¿Ayudan los descansos cortos a aprender mejor?

Ensayar una y otra vez los mismos procedimientos mejora nuestro aprendizaje. Sin embargo, existe una variable que no solemos tener en cuenta: el descanso.
¿Ayudan los descansos cortos a aprender mejor?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 28 agosto, 2023

La práctica hace al maestro. La idea del ensayo sistemático y sostenido en el tiempo está muy arraigada en la sociedad, pero la repetición monótona de una tarea puede resultar pesada e incluso inducir al abandono. Entonces, ¿es necesario seguir este estilo de educación para aprender mejor?

La respuesta es que no. Está demostrado que la introducción de intervalos de descanso intercalados con la práctica fortalece la consolidación de la habilidad durante el periodo de vigilia. Los dos estudios que conocerás a continuación ahondan en esta cuestión, tanto a nivel experimental como en el correlato neurológico del proceso.

¿Ayudan los descansos cortos a aprender mejor?

El proceso de aprendizaje de una habilidad —como montar en bicicleta o tocar el piano— no solo se basa en la repetición, donde las nuevas conexiones neuronales se refuerzan con cada ensayo, sino que requiere de un proceso de consolidación. Este proceso de asentamiento de los conocimientos o habilidades se produce durante el reposo cerebral.

Un estudio publicado en Cell reports encontró que el cerebro cuando está en reposo reproduce recuerdos de forma rápida y repetida sobre lo que la persona ha aprendido de manera reciente. Cuanto más rememora el sujeto su aprendizaje mientras descansa, mejor es su desempeño en las sesiones posteriores.

Por tanto, quedó evidenciado que los descansos cortos también forman parte del aprendizaje de nuevas habilidades. No obstante, ¿cómo funciona esto a nivel cerebral?

Características del estudio

El grupo de investigadores utilizó una técnica de escaneo altamente sensible, llamada magnetoencefalografía, para registrar las ondas cerebrales de 33 voluntarios sanos y diestros.

La tarea consistía en escribir un código de prueba de cinco dígitos con la mano izquierda, que era la no dominante, para asegurar que la tarea era novedosa a nivel cerebral.

A los participantes se les pedía que escribieran el código «41234» tantas veces como pudieran durante 10 segundos, dejando otros 10 segundos de descanso a continuación. Repitieron este ciclo de práctica y descanso un total de 35 veces, evaluando la curva de aprendizaje durante el proceso.

Resultados

En las etapas iniciales de las pruebas, la rapidez con la que los participantes redactaron el código aumentó significativamente, pero hacia el ciclo once, esta tendencia se niveló. La optimización en la habilidad fue mayor con descansos cortos que después de una noche de sueño.

Esto sugiere que, durante el reposo en vigilia, el cerebro conecta los recuerdos necesarios para aprender una nueva habilidad.

Además, a nivel cerebral se encontró una correlación entre la mejora del desempeño con una disminución en la amplitud de las ondas cerebrales beta. Para explorar esto, los doctores desarrollaron un programa informático para observar la actividad cerebral en cada uno de los ciclos de práctica de los sujetos.

Cómo los descansos ayudan al cerebro a aprender mejor

El programa mencionado mostró que la actividad cerebral era 20 veces más rápida durante estos descansos cortos entre ensayos, confirmando los resultados. Al tratarse de una tarea motora —escribir números—, la actividad cerebral ocurría en áreas sensoriomotoras, pero también en el hipocampo y la corteza entorrinal.

Aunque se pensaba que estas últimas estructuras no tenían un papel muy relevante en la memoria procedimental, se observó que sí interactúan con la corteza sensoriomotora durante el proceso.

Por tanto, sí, los descansos ayudan al cerebro a aprender mejor, y la relación tiene una buena potencia predictiva: los sujetos que más repitieron el ejercicio en la mente en sus pausas fueron los que después aprendieron más deprisa la habilidad de escribir con la mano no dominante.

Descansos cortos para consolidar el aprendizaje

En general, los resultados del estudio apoyan la idea de que introducir descansos en los procesos de aprendizaje de forma controlada es una buena forma de consolidar los recuerdos en el contexto del aprendizaje.

Las aplicaciones de estos hallazgos son heterogéneas: van desde mejorar las técnicas de aprendizaje en las aulas hasta acortar los tiempos de formación en empresas.

Además, en situaciones donde el tiempo de aprendizaje juega en contra de la persona —como en accidentes cerebrovasculares—, acelerar el proceso puede ser muy beneficioso.

Los autores del estudio hablaron de aplicar los descansos cortos a la rehabilitación neuropsicológica, de forma que pudiera convertirse en un factor positivo de recuperación del daño cerebral.



Cómo aprender de manera más rápida

«Todo el mundo piensa que es necesario “practicar, practicar y practicar” cuando se aprende algo nuevo. En cambio, descubrimos que descansar, temprano y con frecuencia, puede ser tan crítico para el aprendizaje como la práctica».

~ Leonardo Cohen ~

La investigación anterior no fue la primera en mostrar que los descansos cortos influyen en el aprendizaje. En el 2019, Marlene Bönstrup, junto con Leonardo G. Cohen y otros colaboradores, encontraron lo mismo.

En ese entonces, los investigadores descubrieron que, durante el aprendizaje de habilidades motoras, las mejoras en el rendimiento no se producen tanto durante los periodos activos de práctica, sino más bien durante los cortos descansos entre ellos. Estas mejoras offline fueron más notables en las primeras etapas del entrenamiento, cuando la curva de aprendizaje era más pronunciada.

Cómo se realizó el estudio

Los individuos se acomodaron en un asiento frente a un monitor y portaban un casco especial para el escaneo cerebral con forma cónica. Las ondas cerebrales fueron capturadas utilizando un método de escaneo avanzado denominado magnetoencefalografía.

Durante el experimento, se les presentó una secuencia de números en el monitor y se les solicitó transcribirlos repetidamente con su mano izquierda durante un lapso de 10 segundos, seguido de un intervalo de descanso de la misma duración.

Este proceso de alternar entre práctica y pausa se llevó a cabo 36 veces. El propósito de este enfoque es minimizar posibles inconvenientes relacionados con el agotamiento u otros elementos.

Resultados

Los autores notaron que el progreso de los participantes se manifestaba, principalmente, en los intervalos de descanso y no mientras tecleaban. Las habilidades adquiridas durante estos momentos de pausa contribuyeron mucho a la evolución total que los participantes mostraron ese día.

De manera sorprendente, este progreso superó al que se evidenció cuando los participantes volvieron al día siguiente para continuar. Esto indica que los descansos iniciales son tan cruciales para el aprendizaje como el acto de practicar.

También se encontraron patrones que insinuaban que, durante los descansos, los cerebros de los participantes estaban reforzando lo aprendido. En específico, observaron que las variaciones en la amplitud de las ondas cerebrales beta en la red frontoparietal estaban relacionadas con las habilidades que los participantes adquirían en esos momentos de pausa.

«Nuestros resultados sugieren que puede ser importante optimizar el tiempo y la configuración de los intervalos de descanso al implementar tratamientos de rehabilitación en pacientes con accidente cerebrovascular o al aprender a tocar el piano en voluntarios normales», dijo el Dr. Cohen para un comunicado de prensa de los Institutos Nacionales de Salud.

Cómo usar el descanso corto para optimizar el aprendizaje

A partir de estos dos estudios, te ofrecemos algunas recomendaciones básicas para que puedas utilizar el potencial de las pausas breves en tus sesiones de aprendizajes.

  • Usa intervalos cortos de descanso: procura intercalar pausas breves entre sesiones de estudio para que tu cerebro trabaje en la consolidación de la información.
  • Evita estudiar durante largos periodos: en lugar de practicar de manera ininterrumpida durante varias horas, secciona tu tiempo en espacios más cortos con momentos de descansos entre cada uno de ellos.
  • Repasa en tu mente: cuando estés descansando, deja que tu mente retome lo que has estado aprendiendo, de esta manera permitirás que el repaso neuronal te ayude a consolidar.
  • Distribuye tus repasos: para potenciar los beneficios del descanso, repasa cada cierto tiempo la información. A esto se le conoce como evocación espaciada. En su libro Cómo aprendemos (2020), Héctor Ruiz recomienda hacer este tipo de evocación porque «cuanto mayor es el tiempo que transcurre entre cada práctica, mayor es su eficacia».
  • Evita la multitarea: cuando apliques los descansos breves, no te distraigas con otras actividades. Dale tiempo al cerebro de procesar y consolidar la información.

Estos consejos prácticos y sencillo de aplicar pueden ayudarte a usar los beneficios que tiene el descanso para optimizar tus procesos de aprendizajes, sobre todo, si estás buscando adquirir nuevas habilidades motoras.

Conclusión

Los estudios que hemos reseñado en este artículo nos revelaron que los descansos cortos son una forma rápida y sencilla de consolidación que contribuye al aprendizaje temprano de habilidades.

Estos hallazgos desafían la noción tradicional del aprendizaje basado solo en practicar. Además, sugieren que el cerebro aprovecha las pausas para fortalecer y mejorar lo que se ha estado aprendiendo.


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