¿Cómo recuperar la esperanza?

¿Cómo recuperar la esperanza?
Sara Clemente

Revisado y aprobado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Escrito por Sara Clemente

Última actualización: 28 enero, 2020

¿Quién no ha perdido alguna vez la esperanza? ¿Quién no ha sentido que ésta se esfuma a su paso? Cuando nuestros objetivos no se ven cumplidos, cuando sentimos que no estamos en el sitio que queremos estar… Cuando pensamos que el camino que deseamos es inalcanzable, nos preguntamos: ¿cómo puedo recuperar la esperanza?

A veces, parece que ésta se ha marchado para no volver y nos ha dejado abandonados. Pero, ¿qué podemos hacer para conseguir lo que queremos? Recuperar la esperanza no es tarea fácil, por eso muchísimas personas caen en estados depresivos o de desánimo continuo. Recuerda que si te sientes abatido de manera constante, es recomendable que acudas a un profesional especialista que pueda ayudarte.

“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”

-Khalil Gibran-

Dos opciones ante la desesperanza

Ante esta situación de desesperanza, se te presentan dos caminos:

Uno es hundirte, pensar negativo, machacarte y pensar que jamás conseguirás lo que quieres. ¿Qué obtendrás con esto? Desánimo, autodestrucción, estancamiento. Y, por si fuera poco y, si la mente no está bien, tampoco estará bien tu cuerpo. Recuerda que como seres humanos que somos, todos los aspectos biopsicosociales (biológicos, psicológicos y sociales) se encuentran interrelacionados en nosotros. Eso explica por qué, manteniendo en el tiempo un estado de desánimo profundo, podemos llegar a enfermar.

Mujer triste con desesperanza

El otro camino es aceptar la situación. En vez de hundirte con pensamientos negativos, puedes poner toda tu atención en las soluciones al problema. Para ello, puedes empezar por desgranar los pasos que tienes que ir dando para poder avanzar en el sentido que quieres. Así, puedes reflexionar sobre si lo que estás haciendo es suficiente o si, por el contrario, es necesario que cambies de estrategia.

Los resultados esperanzadores

¿Qué obtendrás con el segundo camino? Esperanza, porque ésta solo aparece cuando pensamos que podemos conseguir lo que queremos. Que es posible, que se puede. Por lo tanto, si estás centrado en encontrar soluciones y en poner en marcha nuevas acciones, estarás yendo en la dirección correcta. Aquella que te lleva a tu objetivo.

Recuerda que, cuando nos frustramos o nos enfrentamos a algún problemam tendemos a ver las cosas tres veces más negativas de lo que son. Es algo automático. Percibirás la situación de una manera menos realista en comparación con que estuvieras en un buen estado emocional. Si eres consciente de esto puedes pararlo.

¿Cómo recuperar la esperanza?

A continuación, te vamos a mostrar algunos aspectos importantes para que reflexiones:

Asegúrate de no centrar toda tu felicidad en un solo aspecto

Normalmente los que creen que su vida solo merece la pena si consiguen algo en especial son los que más riesgo tienen de caer en el desánimo. En la vida hay muchísimas cosas buenas, cuantas más puertas abiertas tengas, más fácil te resultará estar motivado.

Imagina la diferencia entre una persona que solo tiene una puerta abierta y otra que tiene 20. La que tiene solo una, si un día se cierra se quedará sin nada. En cambio la que tiene 20, aunque se le cierren 4 o 5, dispone de muchas más. Las puertas pueden ser personas, actividades, hobbies, amistades, valores, etc..

Aferrarse a una sola cosa es peligroso, porque sin eso nos sentimos desgraciados. Hay demasiadas opciones en la vida como para aferrarse a solo una, abre tu mente y expándete.

Haz una lista de las cosas de las que disfrutas en tu vida y, si son escasas, aumenta tus actividades y descubre nuevos hobbies.

Si tienes pocas amistades o no estás satisfecho con las que tienes, conoce a nuevas personas. Ni siquiera las personas somos irremplazables, siempre hay infinidad de opciones y gente de todo tipo. El típico pensamiento de: “nunca conoceré a alguien igual” es totalmente erróneo. Existen y existirán personas que encajen en tu vida.

Cuando has perdido a alguien de quien te habías encariñado, es lógico que creas que no conocerás a alguien igual, pero si te pones en marcha de una manera eficiente puedes descubrir personas del perfil que te guste. Y, ¿por qué no?, incluso mejor de lo que habías conocido en el pasado. Las posibilidades son infinitas, pero siempre desde la acción, las cosas raramente vienen solas.

Chica recuperando la esperanza

La solución puede estar muy cerca, dentro de ti

Altas dosis de positividad. Éste sería el punto clave. Puede sonar a tópico, pero es que realmente funciona.

Si tus emociones están bien podrás estar esperanzado. Las emociones van en función de tus pensamientos, así que la única manera de mejorar tu estado de ánimo es a través de buenos pensamientos.

Te preguntarás: ¿cómo puedo mantenerme positivo si las cosas me van mal y estoy lejos de lo que quiero en mi vida? Aprende de lo que no funciona. Y, en vez de utilizar pensamientos como “soy un desastre”, “no tiene solución”, “nunca conseguiré nada”, etc…; usa la imaginación para impulsarte, en vez de para hundirte.

La diferencia entre las personas que se hunden ante los problemas y las que cogen más fuerza para seguir adelante, está claramente en la forma de pensar, en el centro de sus pensamientos.

Mientras hay lamentos, negatividades y autodestrucción, no hay cabida para seguir adelante. En cambio, cuando la mente está ocupada buscando soluciones para analizar lo que no funciona y poner en marcha nuevas estrategias, tomarás el camino que solucionará tus problemas.

No dejes que nada te detenga. Recuerda que se puede recuperar la esperanza, que hasta el agua que parece débil, gota a gota, acaba erosionando una piedra. Por pequeños que te parezcan al principio tus pasos, no tienen por qué serlo. Un camino no se ha construido en un solo día, si no a base de pequeñas losas que se van poniendo día a día.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.