Cómo relajar tu mente y tener más paz interior
Tener paz interior implica tener armonía y bienestar emocional, sentirse satisfecho con uno mismo a pesar de las luchas del día a día. Pero no es fácil liberar la mente cuando estamos siempre ocupados en un entorno agitado, a veces abrumador.
Alcanzar la paz interior es para muchos un deseo sin esperanza. Pero esto no tiene por qué ser así. Pequeños cambios y estrategias pueden ayudarte a relajar tu mente y alcanzar esa paz que tanto necesitas y tan beneficiosa es tanto para ti como para los tuyos.
Sin embargo, el camino hacia la paz interior no es sencillo. Alcanzar la paz interior es un proceso que exige estar dispuesto a dejar ir lo que es inútil y a aceptar todas nuestras emociones. Alcanzar la paz interior implica estar dispuesto a descubrir quién eres en realidad y darse cuenta de que solo tú eres capaz de controlar tus respuestas y reacciones emocionales.
Establece límites
Si tu vida está demasiado saturada vas a tener que establecer límites. Es posible que tengas que dejar de hacer algunas de las cosas menos importantes. Sé honesto contigo mismo y elimina aquello que realmente no necesitas. Simplifica tu vida.
“La simplificación de la vida es uno de los pasos hacia la paz interior. Una simplificación persistente creará un interior y exterior de bienestar que nos procurará armonía.”
-Peace Pilgrim-
En muchas ocasiones nos empeñamos en llevar a cabo más tareas de las que realmente podemos. Uno de los primeros pasos para alcanzar la paz interior es hacer de nuestra vida un camino sencillo. La cantidad de exigencias y obligaciones que nos impongamos suele ser proporcional a la cantidad de estrés y ansiedad. Por lo que analizar y establecer una jerarquía real de lo que es realmente importante, nos ayudará a establecer unos límites saludables. De esta forma, al eliminar las tareas más innecesarias, nuestra mente estará más desahogada y repercutirá en nuestro bienestar.
Encuentra una técnica de relajación que te funcione
Existen múltiples formas efectivas de relajarse, algunas de ellas bastante rápidas. Encuentra las que funcionen para ti y aplícalas. Desde escuchar música a salir a pasear o a correr, hasta hacer yoga o practicar la meditación, practicar la respiración profunda, colorear, etc.
Lama Yeshe (1935-1984), nos decía a cerca de la meditación que “el objetivo no es suprimir los pensamientos y deseos; eso es imposible. […] El único enfoque sensato es entrenarnos en observar los pensamientos sin seguirlos. Cuando dejamos de seguir nuestros pensamientos una vez que nos percatamos de ellos, los privamos de su energía compulsiva“.
Lo importante es que cuentes con un amplio repertorio de formas de relajación para que puedas aplicar la que mejor te interese en cada momento. Además, establecer un momento en el día para realizar alguna actividad para relajarte te ayudará a mantener el equilibrio.
No hagas una montaña de un grano de arena
Convertir pequeñas complicaciones en grandes problemas solo te aporta una cantidad innecesaria de estrés. Todos los días encontrarás problemas, unos más importantes que otros. Pero no a todos hay que tratarlos igual. Tienes que aprender a seleccionar y a no dejarte llevar por el estrés generado por todo lo demás.
Una de las mejores maneras para hacer la vida diaria más fácil, más ligero, más positiva y menos estresante es aprender cómo evitar crear problemas donde no los hay. Pero cuando estamos estresados o muy ajetreados es fácil dramatizar los problemas y extrapolar la sensación de urgencia.
Para relajar tu mente ante todo lo que parezca un problema, plantéate si realmente eso importa y a quién, si es tan relevante como para seguir siendo un problema dentro de 5 semanas, 5 meses o 5 años. Mira a tu alrededor y fíjate en los demás. Seguro que encuentras que hay personas que encaran objetivamente una situación más complicada y que son capaces de encontrar la paz a pesar del muro que enfrentan.
Reduce la velocidad
Vivir deprisa hace que nuestras emociones se disparen, se confundan. Si disminuyes la velocidad de tus acciones físicas al moverte, al hablar o al hacer cosas (incluido conducir, comer o trabajar en tu escritorio) tu nivel de estrés se reducirá automáticamente.
“Para ver el mundo en un grano de arena y el cielo en una flor silvestre, despliega el infinito en la palma de la mano y la eternidad en una hora”.
-William Blake-
Al reducir la velocidad se acumularán menos cosas en tu mente y podrás percibir mejor los detalles. La reducción de la fatiga mental y física que conlleva reducir la velocidad te permitirá estar en sintonía contigo mismo.
Como afirma Jack Kornfield, maestro en meditación vipassana, “el arte de vivir consiste en estar en el eterno presente, abrirte a lo que es. Basta un momento para romper el hechizo del tiempo, salir de nuestros pensamientos y ver el sol reflejado en la ventana”. El autor prosigue, “la vida moderna nos obliga a apresurarnos. […] Pero, en general, vivir pensando en otros momentos nos causa estrés y ansiedad. Centrarnos excesivamente en el pasado y en el futuro resta vitalidad al presente”.
Lo que el Kornfield quiere transmitirnos en su texto es que la vida moderna nos introduce en una espiral de prisas, exigencias y caos que nos hacen vivir acelerados. Por lo que para contrarrestar esta velocidad tan dañina e innecesaria, lo mejor es abrirnos al presente. El pasado ya pasó y el futuro no ha llegado, por lo que el presente es lo único que existe.
Ordena tu mundo y suprime lo que te sobre
Ordenar tu entorno te ayudará a mantener ordenada tu mente. Un espacio limpio, colocado y simple trae claridad y orden a tu mente. Dedicar unos minutos diarios a ordenar y limpiar tu casa y tu espacio de trabajo es muy beneficioso para relajar la mente.
Mientras ordenas y limpias, no olvides eliminar todo lo que es prescindible, especialmente aquello que te evoque malos recuerdos o genere pensamientos que sobrecarguen tu mente. No olvides que cuanto más simple sea tu entorno, menos posibilidades hay de que te distraigas y termine convirtiéndose en un caos.
Acepta y deja ir
Lo que pasó, pasó. Acéptalo y deja que se vaya. Da igual de quien fue la culpa o que podría haber pasado en otras circunstancias. Tienes que dejar que esos sentimientos se alejen dejando de darle vueltas. Para relajar tu mente tienes que desterrar todos esos pensamientos negativos y recuerdos desagradables que te perturban.
“Nunca fijes un límite para lo que puedes lograr… no importa cómo haya sido tu vida hasta ahora”.
-Lama Yeshe-
Céntrate en el presente, en las oportunidades que tienes ahora. Afronta el futuro libre de culpa y rencor. Aferrarnos a una experiencia negativa del pasado es dejar nuestra felicidad en manos de algo que ya pasó. Si somos conscientes que el pasado es pasado y lo importante es el presente, aprendemos a dejar ir. Como cantaban los Beatles, “Let it be”, es decir, “Déjalo estar”.
Resuelve tus problemas ahora
Si tienes un problema, resuélvelo. No dejes que sea el tiempo el que decida por ti o el que dicte sentencia. Solucionar un problema te libera de estrés y te permite dejarlo marchar. Debes enfrentarte a tus problemas, incluso cuando la solución no te gusta o te cueste aceptarla.
Cuanto más tiempo pase, más complicado será todo y más te pesará tomas decisiones o aceptar las consecuencias.