¿Cómo responder cuando te sientes atacado?
Las relaciones con otras personas pueden ser fuente de bienestar, diversión y conexión emocional. Sin embargo, los demás no siempre se dirigen a nosotros con todo el respeto, el tacto o la amabilidad que nos gustaría. Cuando el otro se excede en sus comentarios, puede ponernos en una situación difícil. Por ello, queremos ofrecerte algunas pautas que puedes poner en práctica para responder cuando te sientes atacado.
Al sentirnos insultados, ofendidos o agredidos, cada uno de nosotros tendemos a poner en marcha un patrón conductual característico.
Hay quienes responden a la defensiva (resguardándose en su concha y atacado ante cualquier intento de acercamiento), otros a la ofensiva (intentando devolver directamente el golpe) y otros que tratan de pasar sobre el hecho como si no hubiera sucedido nada. También están los que intentan hacer una labor pedagógica e intentan que el otro entienda por qué lo que han hecho no ha estado bien.
Generalmente estas respuestas no son premeditadas, sino más bien instintivas; aun así, ninguna de ellas es la mejor alternativa. Entonces, ¿qué hacer al respecto?
Cómo responder cuando te sientes atacado
Es probable que te hayas visto reflejado en alguna de las reacciones más comunes mencionadas anteriormente: devolver el ataque o permanecer paralizado. Y es que la mayor parte de las personas no respondemos adecuadamente ante los comentarios hirientes de los otros.
Sin embargo, a continuación encontrarás algunos consejos que te ayudarán a responder de forma diferente en la próxima ocasión.
Analiza la situación
Hay una importante diferencia entre sentirse atacado y haber sido atacado realmente. Por ello, el paso inicial siempre ha de ser analizar si verdaderamente el comentario ha sido hiriente y despectivo o si esa ha sido nuestra percepción. Todos contamos con ciertos puntos en los que somos especialmente sensibles, en los que un roce o un golpe muy pequeño puede dolernos mucho.
Normalmente resulta complicado detenerse a reflexionar en el momento en que nos sentimos agredidos, pese a que respirar y contar hasta 10 podría permitirnos decidir con mayor conciencia y mesura. No obstante, puedes realizar este ejercicio de reflexión una vez pasada la situación, a fin de tener las ideas más claras en las próximas ocasiones.
Actúa
Al determinar que realmente la otra persona se ha excedido con sus comentarios o nos ha faltado al respeto, es importante actuar. Quizás sea el momento de recordarle al otro que existen límites que no está habilitado para traspasar. Ya sea por el propio hecho, por quien es o por la relación que mantenéis.
No obstante, es bueno escoger las batallas con inteligencia. Si alguna persona de tu entorno es especialmente ofensiva y no parece modificar su actitud aunque hayas expresado tu malestar, quizá lo más conveniente sea alejarse o terminar la relación.
Comunicación asertiva
Si bien es necesario hacernos oír cuando otras personas nos agreden, ponernos al mismo nivel no es lo más conveniente.
Gritar o atacar de vuelta solo incrementará el conflicto, por lo que la comunicación asertiva es la clave en estas circunstancias. Esto implica expresar nuestras opiniones y necesidades, pero hacerlo sin faltar al respeto al otro. Para ello es positivo seguir los siguientes pasos:
- Hablar desde nuestra propia perspectiva. Es decir, expresar cómo nos sentimos nosotros en lugar de centrarnos en recriminar la conducta del otro. “Me siento dolido cuando me haces este tipo de comentarios” es preferible que “siempre me haces daño”.
- Exponer hechos concretos y hacerlo de forma objetiva. Hablar acerca de los comentarios o conductas específicos que nos incomodan es mejor que generalizar.
- Hacer peticiones claras. Tras expresar cómo nos sentimos ante esos hechos concretos, es importante remarcar qué esperamos o deseamos del otro. Por ejemplo: “me gustaría que no volvieses a hablarme de este asunto”.
Responder cuando te sientes atacado conlleva un aprendizaje
Las anteriores pautas no son sencillas de implementar de un día para otro. Requieren de un alto grado de autocontrol, de introspección y de voluntad; pues, cuando nos enfrentamos a la situación solemos reaccionar sin poder pensarlo demasiado.
No obstante, podemos trabajar paso a paso para modificar nuestra tendencia (tanto si tenemos inclinación a responder con ira como a paralizarnos).
Observa cómo te sientes y cómo te comportas ante una ofensa. Determina qué actitudes quieres erradicar y cuáles te gustaría implementar y ve practicándolas en cada ocasión. Con el tiempo te resultará mucho más sencillo y natural ponerlas en práctica.
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