Cómo ser más organizados
En muchos casos, ser desordenado es una conducta aprendida o inherente de la personalidad, que se puede mantener durante toda la vida. Hasta para algunos, es positiva.
“Solo yo me entiendo en mi desorden”
Es una de las frases más comunes, o bien “Si no sigo mi orden, luego no encuentro las cosas”.
El dramaturgo inglés Thomas Middleton dijo que una de las ventajas del desorden es que se hacen nuevos y excitantes descubrimientos continuamente. Sin embargo, esta actitud puede ser tomada como perjudicial, falta de compromiso, sinónimo de “vagancia” o de no importarle nada, etc. Es que el desorden puede retrasar nuestras tareas diarias o impedir en algunos casos que las hagamos.
Si quieres dejar de ser tan desordenado y empezar a organizar tu habitación, tu casa, tu lugar de trabajo y hasta tu vida, puedes echar un vistazo a las siguientes ideas. Debes saber que necesitarás de un tiempo para ponerlo en práctica, pero todo se basa en el compromiso, la constancia y la voluntad.
Recomendaciones para ser más ordenado
1 – Define un sitio para cada cosa. Estos espacios se pueden etiquetar o rotular para luego ser más fácil de encontrar o recordar lo que se colocó allí. Lo que más te costará no será poner una cosa en ese lugar, sino, después volver a colocarlo cuando lo sacas. Utiliza cajas, frascos, carpetas y agrupa objetos.
2 – Ordena poco a poco. Si bien lo mejor sería tomarse todo un día del fin de semana para hacer “limpieza general” del hogar o media jornada laboral para organizar la oficina, si ya eres desordenado “nato” esto será una tarea muy tediosa y nunca la realizarás por completo.
Lo mejor es ir ordenando por etapas. En el caso del hogar, empieza por la cocina, por ejemplo, y luego sigue por la sala, a la semana siguiente la habitación y algunos días después la cochera.
3 – Establece una rutina del orden: si te cuesta mucho mantener todo ordenado, entonces tómate .un tiempo en la agenda semanal para organizar. Así crearás un hábito y cada vez te será menos engorroso acomodar y mantener el orden.
4 – No demores la tarea de limpiar después de ensuciar. El ejemplo más claro de esta recomendación es lo que ocurre en la cocina. Es la mejor manera de actuar para que luego no nos de pereza hacerlo.
Cuando estás cocinando y usas muchos elementos e ingredientes, todo parece un desastre, pero si vas lavando a medida que terminas de utilizar ciertos utensilios (que no volverás a necesitar), el ambiente ya parecerá más ordenado. Lo mismo en la oficina, apenas terminas de beber el café, ve a lavar la taza y tira los papeles de galletas a la papelera.
5 – Almacena lo que no utilizas: Casi siempre guardamos cosas “por las dudas”. Si eres de aquellos que les cuesta desprenderse de lo material o bien si te has mudado a un espacio más pequeño y tienes muchas cosas, puedes almacenar en los estantes superiores aquello que utilizarás pocas veces al año, como por ejemplo el árbol de navidad o los recuerdos de la infancia de tus hijos.
6 – No hagas “lugares intermedios”: Si tienes una casa muy grande o de dos plantas, es común que acumules cosas en la base de la escalera o en un punto “medio” entre donde estaba a donde va realmente.
El problema reside en que luego no lo llevamos a donde corresponde y terminamos amontonando cosas en todos lados. Llévalos directamente a su sitio aunque te tome más tiempo subir las escaleras o caminar hacia el último ambiente de la casa.
7- Aprovecha los archivadores: Esto es bueno para el trabajo, porque en las oficinas suelen haber documentos sueltos todo el tiempo. En casa se puede hacer lo mismo con las facturas o las cuentas para pagar. Una carpeta donde puedas guardar todo es realmente muy buena idea, siempre rotulando para saber qué hay en su interior.
8- Arma un plan de acción en equipo: Si en tu familia son varias personas o trabajas con al menos una persona más, pueden organizarse de tal manera de ordenar y acomodar al unísono. Trata de que esta actividad no sea aburrida sobre todo si hay pequeños en la casa.