Cómo superar el miedo escénico a hablar en público
Renny Yagosesky define el miedo escénico como una respuesta psicofísica del organismo, generalmente intensa, que surge como consecuencia de pensamientos anticipatorios catastróficos sobre la situación real o imaginaria de hablar en público.
De esta definición podemos extraer una primera conclusión clara: tenemos miedo porque visualizamos el fracaso, unas veces porque recordamos hechos anteriores y otras, simplemente, porque nos lo imaginamos.
Pero también puede darse el hecho de que el miedo escénico sea una simple cuestión ambiental. Hemos oído tantas veces hablar de pánico escénico, hay tantos libros, artículos, vídeos y cursos sobre superar el temor al escenario y es un tema tan popular que nos parece normal sentir este miedo.
Sin embargo, si te mueves en un ambiente en el que la gente habla sin temor en cualquier circunstancia, incluso improvisando (breves o no tan breves) discursos, que se expresa con comodidad y te cuenta las maravillas de dar conferencias o clases, la cosa sería muy diferente. Cualquiera que tenga contacto con una persona sin miedo escénico estaría deseando probar el sabor del éxito al final de una ponencia, por ejemplo.
Si nunca lo has hecho, no temas
Si nunca has hablado en público y tienes que enfrentarte a ello, lo mejor es que te fijes en la gente que disfruta haciéndolo. Observa cómo se mueve, lo bien que se siente, lo segura que se muestra esa persona. Existen numerosos vídeos en Internet de gente dando conferencias. Busca alguno de estos y observa la seguridad que transmiten. Un truco: ponte delante de un espejo en tu casa y haz lo mismo.
Y, sobre todo, concéntrate en los aplausos del final, en la cara de interés del público. Ahora, métete en su piel y visualízate. ¿Qué sientes?
Si fracasaste en el pasado, aprende de tus errores
Que hayas tenido una situación negativa en el pasado no implica que tenga que ser siempre así. Lo primero que tienes que hacer es pensar en lo qué pasó, pero no en el resultado, sino en tu actitud antes, durante y después del evento.
Saca tus conclusiones, ríete de ti mismo y resetea tu mente. Piensa en positivo, y ponte en la piel de un orador de éxito, siente los aplausos y el calor de la gente.
Normalmente nos dejamos influir por nuestras experiencias pasadas y las convertimos en nuestras referencias. Y en cierta medida es correcto, pero siempre y cuando aprendamos de ello. Analizar y pensar sobre lo que salió mal nos ayudará a aprender a corregir errores de cara al futuro. Así pues, en lugar de dejar que estas experiencias nos condicionen de forma negativa, que nos sirvan de aprendizaje.
Hasta los conferenciantes más brillantes tuvieron sus inicios. Unos inicios marcados por la inseguridad y los nervios. Por el miedo al fracaso y al “qué dirán”. Pero poco a poco y a medida que analizan sus fallos, van ganando en confianza. La mejor forma de superar este miedo es exponernos a él. De esta forma, romperemos esa barrera que nos separa de lo que ahora nos parece un abismo.
Errores cognitivos más frecuentes
Bados López (2005), profesor de psicología de la Universitat de Barcelona señala en su artículo que existen ciertos errores cognitivos que se dan con frecuencia. Entre estos errores más frecuentes podemos encontrar:
- Subestimar nuestras propias capacidades.
- Sobredimensionar la probabilidad de cometer errores.
- Pensar que los demás se darán cuenta de todos nuestros síntomas de ansiedad.
- Sobrestimación de la probabilidad e intensidad de la crítica y el rechazo.
- Existencia de una atención selectiva hacia reacciones negativas de los demás y falta de atención a las reacciones positivas.
- Evaluación excesivamente negativa de nuestra actuación.
- Exageración de los errores.
- Recuerdo selectivo de las experiencias negativas.
- Atribución de los éxitos a factores externos.
No debemos olvidar que estos errores, como su propio nombre indica, son errores. Así pues, no debemos centrarnos en ellos ni convertirlos en el centro de nuestra experiencia.
Algunas ideas positivas para superar el miedo escénico
La gente no acude a verte sufrir, sino a disfrutar con tu discurso
Las personas tenemos mucho que hacer para ir a sacarle falta a un conferenciante. Lo que todos buscamos es aprender, disfrutar, compartir ideas. Dale a tu público lo que quiere, es lo mismo que quieres tú. ¿Para qué perder el tiempo en pensamientos negativos?
Ensaya, entrena, practica
Lo de visualizar está muy bien, pero eso no significa que te abandones a la suerte. Practica, entrena, ensaya…. Llámalo como quieras. Pero, como a hablar se aprende hablando, ¿a quién aburro repitiendo el mismo discurso una y otra vez?
No es necesario, de hecho, es casi desaconsejable, al menos hasta que no tengas seguridad en ti mismo. Llena una habitación de juguetes o papeles pintados con caras y habla para ellos. Si te equivocas… ¡genial! Tienes una excelente oportunidad para improvisar, una capacidad imprescindible para desenvolverse en público.
Y, por supuesto, grábate y analiza lo que haces. Esto es algo que a muchas personas les da un pánico horrible. No importa, tú grábate y mira los vídeos cuando sientas que lo has hecho bien.
Puede que tengas que repetirlo muchas veces, pero no importa. Te ayudará a ganar confianza y a mejorar muchísimo.
No permitas que nadie te diga que no puedes
Huye de esas personas tóxicas que se dedican a echar su mierda sobre ti. Céntrate en la gente que te anima, que te apoya y que confía en tus posibilidades.
¿Eres tú el que se autosabotea? Entonces, tal vez sea hora de salir a tirar la basura. Libérate de pensamientos negativos y quiérete.
Cómo dominarte y controlar la situación
Ya te has visualizado, has ensayado, te has llenado de energía positiva y has practicado un poco más. Estás preparado para salir a triunfar.
Pero, aún así, sientes un pequeño temblor en las piernas o notas una especie de sudor frío que te recorre todo el cuerpo. Bueno, puede que estés un poco nervioso, pero también que sientas una gran emoción. Intenta canalizar tus energías y haz lo siguiente:
Habla con pasión y enamora a tu público
La gente sentirá mucho más interés por lo que dices y se involucrará en el discurso. La energía positiva que desprendas al hablar te irá alimentando durante la charla.
Divide tu discurso en parte fáciles de diferenciar
Esto te ayudará a enfrentar cada parte de forma independiente, a memorizar el discurso y a sentir que evolucionas con éxito. Además, para tu público también será más fácil escucharte.
Respira hondo
Las técnicas de respiración son fundamentales para hablar en público y superar el miedo escénico, igual que para relajarse y concentrarse. Practica la respiración diafragmática antes de salir a hablar, consciente de lo que haces. Oxigenarás tu cuerpo y te sentirás más tranquilo.
Tómate un vaso de agua
No te olvides de beber un vaso de agua tranquilamente. Eso le enviará a tu cerebro un mensaje de tranquilidad. Es más, ten a mano agua mientras hablas. Puedes tomar un sorbito de vez en cuando, aprovechando el paso entre una sección y otra, o mientras alguien formula una pregunta.
Siempre que puedas, aprovecha la tecnología
No significa que lleves tu discurso escrito en una presentación y que la leas, por supuesto que no. Se trata de que te apoyes en la tecnología para facilitar tu discurso, bien a través de diapositivas que te ayuden a estructurar la charla, fotos que hagan más gráfico lo que dices o cualquier otra cosa que te facilite las cosas y que ayude al público a captar mejor tu mensaje.
Acude con tiempo al lugar del acto
Así, además de poder explorar con calma la sala y de visualizarte en ese contexto, vas a poder comprobar que todo lo que necesitas está bien: luces, conexiones eléctricas, equipo informático, etc.
“Nunca prediques porque tienes que decir algo, sino porque tienes algo que decir. ”
-Richar Whately-