Cómo superé el miedo al abandono
Superar el miedo al abandono y alcanzar la autosuficiencia emocional no es una tarea fácil. Sin embargo, puede conseguirse en cuanto nos convencemos de algo: de lo valiosos que somos. De lo importante, luminosos y fuertes que podemos llegar a ser sin necesidad de depender de nadie. En el momento en que somos capaces de darnos el amor que merecemos, todo cambia.
Hay personas que ya desde edades muy tempranas han tenido que enfrentarse a una de las experiencias más duras: el abandono. Sin embargo, no nos referimos solo al hecho de crecer con la ausencia de unos progenitores de referencia. En ocasiones, no hay dolor más evidente que el del abandono emocional. El contar con unos padres presentes pero eternamente ausentes que en ningún momento nutrieron emocionalmente ni conformaron las bases sólidas de un apego seguro y favorecedor.
La experiencia temprana del abandono deja huella. Al igual que lo hace esa impronta continuada de fracasos afectivos donde poco a poco, la persona desarrolla sensación de vergüenza, indefensión y angustia. La angustia de experimentar un sentimiento de pérdida crónica y continuada. De ese abandono que de algún modo, deja en nuestra mente mensajes o ideas como que nunca seremos amados, que la soledad es nuestro único refugio y de que nadie es digno de confianza.
El abandono continuado distorsiona la realidad y nuestros pensamientos. Ahora bien, hay un hecho que es necesario comprender. Sentir miedo a ser abandonados en algún momento por parte de las personas que amamos, entra dentro de lo comprensible (y más si ya lo hemos sufrido con anterioridad). Lo patológico es la ansiedad, es permitir que nos asalten pensamientos obsesivos ligados a la idea permanente de que vamos a ser abandonados una y otra vez.
Salir de estos estados es posible. Veamos cómo.
“El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro”.
-Woody Allen-
Miedo al abandono, un temor primario
El miedo al abandono es como una cárcel. Es un espacio cerrado y asfixiante que boicotea todas nuestras relaciones. Ahora bien, lejos de torturarnos por experimentar esta realidad, comprender sus fundamentos nos puede ayudar a manejar mucho mejor estas situaciones. Para empezar, el miedo al abandono es un temor primario.
¿Qué significa esto? Básicamente que como especie, nada es tan importante para el ser humano y su desarrollo que el sentir desde una edad muy temprana que contamos con unas personas de referencia en las que apoyarnos. Progenitores o figuras que nos confieren afecto seguro, sensación de seguridad y confianza. Si falta esto ya desde el nacimiento y la primera infancia, nuestro cerebro siente un vacío abismal. Es entonces cuando somos más vulnerable a la hora desarrollar ciertos trastornos del ánimo.
Por ejemplo, en el Journal of Youth and Adolescence se publicó un interesante estudio llevado a cabo por el departamento de Psicología Universidad Estatal de Arizona, donde se demostró algo que sigue esta misma línea. Pudo verse que el miedo al abandono aparece sobre todo en personas que han experimentado la muerte de alguno de sus padres. Es un temor primario, algo de lo que no podemos desprendernos con facilidad.
Sin embargo, una vez aprendemos a enfrentar a esa angustia original, en cuanto sanamos esa herida, todo cambia. Al final, logramos salir de esa prisión habitada solo por necesidades, vacíos y heridas abiertas para vivir con mayor integridad.
Cómo se manifiesta el miedo al abandono
El miedo al perder a alguien suele manifestarse de diversas maneras. Los indicadores más frecuentes suelen ser:
- Dificultad para confiar en los demás y establecer relaciones. Muchas personas con miedo al abandono evitan establecer vínculos estrechos con los demás, pues temen salir heridos en caso de que el otro se marche o se distancie. De hecho, solo estrechan lazos cuando están completamente seguros de que la otra persona estará allí para ellos.
- Alta sensibilidad a las críticas. Se sienten muy afligidos cuando alguien señala o critica algún aspecto de ellos, a tal punto de incrementar sus inseguridades.
- Ser complaciente. Las personas con miedo al abandono harían cualquier cosa con tal de que los demás las acepten y se queden con ellas. Incluso, harían cosas que no les gusten, con tal de no incomodar o molestar al otro.
- Baja autoestima. Tienen una valoración negativa y sesgada sobre sí mismos. Son incapaces de reconocer sus fortalezas y creen que no son lo suficientemente buenos o capaces para gran parte de las cosas.
- Patrón de relaciones tóxicas. También suelen involucrarse en relaciones de dependencia y de violencia.
- Dificultad para establecer compromisos con los demás. La falta de confianza en los demás, aunado al temor de salir heridos, hace que desarrollen un miedo al compromiso.
- Culpabilidad cuando las cosas no funcionan. Cuando notan que sus relaciones no van bien, asumen que ellos son los culpables de todos los conflictos y problemas.
- Recurrir al chantaje emocional. El miedo al abandono también los llevan a desarrollar comportamientos de manipulación, con el fin de retener a la otra persona a su lado. Por ejemplo, dicen frases como “si me dejas no sé que será de mí”.
- Apegarse a los demás con suma facilidad y rapidez. En contraposición con aquellos que evitan establecer vínculos estrechos con los demás, están los que se apegan demasiado rápido. Pues, le temen a la soledad y requieren de la compañía de un otro para sentirse plenos.
- Sentimiento de pánico cuando no se recibe una respuesta inmediata de los demás. También suelen sentir montos elevados de ansiedad cuando envían un mensaje, o hacen una llamada, y no recibe una contestación inmediata. En estos casos, suelen pensar cosas como: “y si está molesto conmigo”, “y si ya no me quiere”, “ya no se preocupan por mí”, etc.
- Problemas para dormir. La ansiedad experimentada suele complicar un buen descanso por las noches. Incluso, algunos tienden a desarrollar pesadillas en la que otras personas les abandonan.
Tipos de miedo al abandono
Por su parte, es pertinente mencionar que no todas las personas experimentan de la misma forma el temor al abandono. Por lo que se han clasificado diferentes formas de expresión de esta experiencia. Estas son:
- Miedo al abandono emocional. En este caso, la persona percibe que sus necesidades emocionales no están siendo satisfechas. De manera que se siente despreciada por los demás y desconectada de su entorno. Por lo general, estos sentimientos no corresponden con la realidad y no hay motivos para que se sienta así. No obstante, las carencias emocionales que arrastra desde la infancia la lleva a interpretar las situaciones de forma sesgada y en su contra (por ejemplo, creer que no le quieren porque no contestan sus llamadas).
- Ansiedad por abandono en las relaciones amorosas. La persona suele desarrollar un fuerte dependencia a su pareja, a tal punto de desarrollar conductas tóxicas para mantenerla a su lado. Por ejemplo, control excesivo sobre el otro, celos patológicos, chantaje emocional y fuerte necesidad de complacer al otro.
- Miedo al abandono en los niños/as. En los niños es normal que experimenten miedo al abandono. De hecho, la denominada ansiedad por separación, suele ocurrir durante las primeras etapas del desarrollo. A medida que los niños/as empiezan a comprender que los seres queridos regresan, superan estos síntomas del miedo.
¿Por qué se desarrolla l miedo al abandono?
Las causas de este este temor son variadas y la mayoría de ellas tienen su origen durante la infancia. Las más comunes son:
- Experiencia traumática por abandono: Por lo general, el trauma tiene lugar cuando el niño o niña experimenta la pérdida o ausencia de un padre o cuidador; bien sea por el fallecimiento, el abandono, el maltrato o la negligencia de estos últimos.
- Trastorno límite de la personalidad: Las personas que padecen este trastorno de la personalidad suelen experimentar un miedo intenso al abandono; lo que las lleva a entablar relaciones tóxicas y comportamiento impulsivos. Aunque, es pertinente mencionar que esta afección suele desarrollarse en personas cuyos padres fueron abusivos o estuvieron ausentes.
- Trastorno de ansiedad por separación: se da cuando el niño no supera la ansiedad por separación, propia de etapas anteriores; o cuando desarrolla síntomas más exacerbados de lo normal, de manera que interfiere con sus actividades diarias y funcionamiento normal.
- Trastorno de personalidad por evitación: Es otro trastorno de la personalidad en donde la persona experimenta miedo al abandono y suelen sentirse inhibidas o inadecuadas.
Cómo superar el miedo al abandono
Experimentar de forma traumática uno o más abandonos nos hace pensar que no somos valiosos. A la baja autoestima se le añade no solo el temor de que eso vuelva a repetirse, aparece también la ansiedad y el no saber ya cómo manejar una nueva relación.
Al final, terminamos creando dinámicas tóxicas donde necesitar en exceso a la otra persona, donde perdemos la autenticidad en nuestro afán por ser amados, ser nutridos y validados en nuestras carencias.
El amor que se basa de forma obsesiva en la necesidad vive del sufrimiento. Nadie merece vivir una situación así y por tanto, es necesario aprender a hacerlo: superar el miedo al abandono. Veamos por tanto algunas estrategias para lograrlo.
1. Reconoce el miedo como algo normal
Acepta ese miedo como lo que es: algo normal. Algo que es innato en el ser humano pero que en tu caso, se vio intensificado por una experiencia pasada. Los miedos son naturales pero lo que no es permisible es que ellos tomen el control de nuestra vida.
2. Identifica los orígenes de tu miedo
Como ya dijimos, el miedo al abandono se relaciona con las experiencias de la infancia. Conocer dónde empezó todo nuestro temor puede ayudar a comprender la situación y superarla con mayor facilidad.
Por tanto, haz un ejercicio de retrospectiva en el que analices cómo ha sido tu relación con las personas significativas de tu pasado ¿siempre tuviste miedo a que te abandonaran? ¿te sentiste querido y importante para ellos? ¿a partir de cuándo empezaste a sentirte así? ¿hubo algún evento en particular que lo desatara?
3. Trabaja tu autoestima
Para superar el miedo al abandono debemos ser 100% responsables de nosotros mismos. Nadie tiene que salvarnos, nuestras parejas no están obligadas a ser responsables de nosotros ni a ser nuestros únicos suministradores emocionales. El amor que de verdad puede sanarnos es el amor propio. El amor incondicional por nosotros mismos.
4. Cambia tu diálogo interno
Queda prohibido infravalorarnos, ya no es permisible dejar espacio a esa angustia que nos trae pensamientos como que vamos a ser nuevamente abandonados. Hay que cerrar el paso a la desconfianza en nuestra pareja, a pensar que no nos quieren, a que si hace esto o aquello es porque ya no le interesamos… Una mente en calma vive mejor, un enfoque relajado parte de la confianza, esa que traza relaciones más fuertes y significativas.
5. Trabaja la autosuficiencia emocional
Este es un camino lento que exige saber observarnos e identificar necesidades. Cada uno de esos vacíos deben ser sanados por nosotros mismos. Es una responsabilidad personal que no debemos situar sobre hombros ajenos. Es nuestra y solo nuestra.
6. Practica el autocuidado
Muy relacionado con el autoestima, el autocuidado es una practica imprescindible para empezar a valorarnos y querernos a nosotros mismos. Además, nos garantiza el bienestar general y mayor productividad. Para ponerlo en practica te sugerimos los siguientes hábitos:
- Empieza una dieta sana y balanceada.
- Haz ejercicio físico.
- Incluye tiempos de ocio en tu rutina diaria.
- Expande tu círculo de amistades.
- Practica yoga, meditación y otras actividades que proporcionen relajación.
- Cuida tu aspecto físico.
7. Considera ir con un psicoterapeuta
Por último, señalar una vez más que este proceso de sanación no es algo sencillo. La marca del abandono, ya sea física o emocional suele dejar una impronta profunda y persistente. Es un sendero largo y tortuoso que a veces no podemos llevar a cabo por nosotros mismos.
Así, y en caso de percibir que ese miedo a ser constantemente dejados es algo recurrente y el origen de que no logremos relaciones sólidas y satisfactorias, no dudemos nunca en solicitar ayuda profesional.
Merecemos ser autosuficientes, merecemos liberarnos de las cadenas del miedo.
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- Muñoz M, Gómez P; Santamaría C. Pensamientos y sentimientos reportados por los niños ante la separación de sus padres. Universitas Psychologica. 2008; 7(2): 347-356.
- Schoenfelder E, Sandler I, Wolchik S, MacKinnon D. Erin N. Schoenfelder, Irwin N. Sandler, Sharlene Wolchik & David MacKinnon. J Youth Adolescence [Internet]. 2011 [consultado 7 junio 2022]; 40: 85–96. Disponible en: https://link.springer.com/article/10.1007/s10964-009-9503-z