¿Comprometerte antes de los 30?
No estoy realmente convencida de que exista una buena razón para casarse. Pero si para ti es importante una boda, al menos espera hasta los 30 o después. Estas son mis cinco mejores razones para tomar esta decisión.
1. Tienes un mejor conocimiento de ti mismo
Creo que todos tenemos claro que vivimos cambios constantes, pero además hay que tener claro que cuando estamos en la década de los 20 somos más básicos. Los temas que nos ocupan son más superficiales y esto también afecta a la elección de la pareja y nuestro grado de compromiso. En cambio, a los 30 años o después ya tenemos más claro el nivel de compromiso que queremos y ya no estamos definiendo quiénes somos ni lo que deseamos.
2. Eres financieramente más estable
Aunque es cierto que el dinero no compra la felicidad, desde luego que la facilita mucho. Algunos tienen la suerte de crecer rápidamente en lo laboral y lograr una estabilidad financiera pero muchos otros no pueden lograr ese nivel de confort. Esto parece insignificante cuando estamos enamorados, pero con el tiempo la inestabilidad financiera puede hacer terminar muy mal a cualquier relación.
3. No has experimentado lo suficiente
Nuestros años 20 son el momento donde tendremos mayor diversión y posibilidades de explorar en todos los ámbitos de nuestra vida. En esa etapa tenemos más libertad para viajar, conocer gente, enamorarnos y desilusionarnos y en pocas palabras, disfrutar de nuestra vida sin ataduras. Aunque se puede experimentar a los 30 o 40 las oportunidades no serán las mismas y menos si se está casado.
4. Si el matrimonio es para siempre ¿cuál es la prisa?
Esta es una de las preguntas que siempre me he hecho. En algunos casos he visto parejas que se casaron solo porque querían buscar la estabilidad antes de los 30. Desafortunadamente suele ocurrir lo contrario y el matrimonio dura poco. Aquí influye mucho el conocimiento que tenemos sobre nosotros y las experiencias que hemos vivido. Si apresuramos una decisión tan importante como el matrimonio solo para no estar solos o tener algo seguro a los 30 estamos creando la receta perfecta para el fracaso.
5. El éxito no siempre es aplazable
Todos tenemos sueños y metas, la gran mayoría de las cuales se complican con la edad. Desde luego que algunas metas se llevan décadas, pero otras pueden realizarse en el momento si no las retrasamos. El matrimonio nos obliga a tomarnos con mucha más calma estos sueños y con el tiempo podemos perder el enfoque.
Esto no significa que se deban evitar las citas o las relaciones, pero el matrimonio en la década de los 20 nos puede hacer entrar en una serie de problemas y vivir un nivel de estrés que podemos evitar. Desde luego que no todos los matrimonios que se dan antes de los 30 fracasan pero las estadísticas demuestran que existen factores que pueden poner en riesgo la duración del mismo.
Foto cortesía de Masson