El coraje, como músculo, se fortalece usándolo
Las personas que se han impregnado de coraje y han pasado tempestades y ciclones llevan tatuada la marca de la supervivencia en su cuerpo. Ellas se merecen todo el respeto del mundo por su valentía, por atreverse a cruzar una selva llena de fieras y haber vencido. Por haberles plantado cara a todos y cada uno de sus miedos con coraje.
“Valiente es aquel que siente miedo.
No se puede ser valiente sin antes sentir miedo […]”
Estas personas han comprobado por sí mismas que tener miedo significa tener algo que perder, pero también mucho que ganar. Ellas que han visto que el coraje, como músculo, se fortalece usándolo han llegado a esa conclusión tras haber ganado.
Te realizarás cuando ya no temas ser lo que eres
Cada uno de nosotros tiene su propia parcela de coraje y valentía dentro del cuerpo, solamente hay que aprender a sacarla fuera cuando es necesario defendernos de los monstruos. Se trata de esa fuerza interior indestructible que todos poseemos y que nos permite creer en nosotros mismos.
“Es valiente
quien se autorretrata sin retoque
para poder sanar las taras […]”
-Suso Sudón-
El miedo es ese animal salvaje que busca hacernos fracasar en cada movimiento y el coraje es aquel que nos hace encontrar en ese fracaso una oportunidad: uno a uno todos los sueños que tenemos en la vida se pueden cumplir si no tememos ser lo que somos y nos damos la oportunidad del error.
Somos personas imperfectas, pero con una pizca de libertad debajo del brazo que ve la luz cuando nos esforzamos por sobrevivir a las malas experiencias: el coraje nos da la garra, el impulso suficiente para moldear nuestro presente y prepararnos para el futuro.
Ten el coraje para hacer lo que tu intuición te diga
El presente y el futuro no son más que acciones queriéndose hacer, por lo que todas nuestras emociones se combinan para formar obstáculos o ser guías de lo que hacemos. Así, cuando el temor sea la piedra y se alíe con la razón, que sea la valentía quien marque el paso: con intuición, con corazón y algo de cordura logramos lo que nos hace felices emocionalmente.
Y es que tú, que también te has enfrentado a grandes batallas, has podido comprobar que el miedo se detiene al final del tramo. Tú sabes con certeza de equilibrio y de estabilidad porque le has plantado cara a lo que te horrorizaba y ahora ves de otra manera.
“Ser valiente es movimiento,
acción activa, voluntad, anhelo,
ilusión, principios, horizonte, medios,
miedo al estanque, ansias de final.
No se puede ser valiente
si no se tiene nada que perder […]”
-Suso Sudón-
Por todas esas razones no debemos dejar de creer en la intuición por miedo, no debemos dejar de creer en nosotros por temor. Tenemos que decidir superarlo para lograrlo.
El coraje es una decisión
Hallar la valentía significa comprender que las situaciones más complicadas son idóneas para ver el final de un mal camino; por eso, quienes han conseguido llegar ahí también son capaces de cambiar de rumbo y crear nuevos horizontes. Ellos saben que el coraje es una decisión, un deber de amor propio, el mejor amigo de una travesía difícil.
Todos sabemos que el valor nace de dentro y que nadie puede darnos el suyo. Todos nos sentimos arropados con las fuerzas que nos brindan los demás, con sus ánimos y su empuje; sin embargo, tomamos la dirección desde, por y para nuestro bien emocional.
“Valiente es aquel que siente miedo,
no se paraliza
y lo utiliza como combustible del valor.
No se puede no ser valiente”
-Suso Sudón-
Aquellas personas que son conscientes de estar teniéndole un miedo terrible al miedo y aun así intentan superarlo una y otra vez hasta que es el miedo el que acaba con miedo: esas están llenas de puro atrevimiento. Así, como decía Nelson Mandela, el coraje no es la ausencia de miedo sino el triunfo sobre él.