El coste de oportunidad, la clave para tomar decisiones inteligentes

El coste de oportunidad es un concepto que nos recuerda un hecho indiscutible: normalmente al decantarnos por una opción, renunciamos al resto. Lo bueno es que, teniendo en cuenta esta idea podemos llegar a tomar mejores decisiones.
El coste de oportunidad, la clave para tomar decisiones inteligentes
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 28 febrero, 2022

El coste de oportunidad es un concepto que procede de la economía, pero que tiene aplicación en cualquier ámbito en el que se necesite realizar una elección. Hace referencia a lo que alguien deja de ganar al elegir una alternativa y renunciar a las demás. El concepto sirve para todo tipo de decisiones, incluyendo las personales.

Para entender el concepto de coste de oportunidad, veamos un ejemplo sencillo. Si disponemos de 5 euros, podemos utilizarlos en comprar un rico helado, una revista, algún accesorio o ahorrarlos. En realidad, las opciones son muchas, pero seleccionamos unas cuantas al azar.

Lo importante a resaltar aquí es que al elegir una de esas opciones, de manera casi automática, estamos renunciando a las otras. Por lo tanto, renunciamos a los beneficios que nos podían brindar esas alternativas. Allí estamos pagando el coste de oportunidad. Tal coste puede ser más elevado si renunciamos a una buena alternativa, o menor, si elegimos la mejor opción.

La gente inteligente toma decisiones basadas en los costes de oportunidad”.

-Charlie Munger-

El coste de oportunidad

Quien acuñó el concepto de coste de oportunidad fue el economista Friedrich von Wieser en su teoría de la economía social, publicada en 1914. En el plano de las inversiones y las finanzas, este coste se puede calcular en términos numéricos. Por ejemplo, si se tiene un capital y existe la opción de comprar una casa para alquilarla o invertir el dinero en acciones.

En ese ejemplo se debe calcular lo que se obtendría de la renta de la casa en un determinado lapso y compararlo con lo que se conseguiría si el dinero se invierte en acciones. La idea es elegir la opción que más rentabilidad ofrezca. Esta, a su vez, será la que tenga un costo de oportunidad menor.

En la vida personal, no es posible reducir el asunto a cifras y los resultados sueles ser el producto de una conjunto de decisiones -por ejemplo, podemos decantarnos por la opción de comprar el inmueble para alquilar, pero después habrá que buscar a esos inquilinos-. Hay mayor complejidad y a la hora de tomar las decisiones entran en juego muchos factores subjetivos. Sin embargo, también es posible tener en cuenta este concepto para llegar a mejores decisiones.

Hombre pensando
El coste de oportunidad puede ser elevado si renunciamos a una buena alternativa o bien mínimo si elegimos la mejor opción.

Decidir en función del coste de oportunidad

Todo el tiempo estamos tomando decisiones, pero la mayoría de ellas no son razonadas,  y está bien que sea así. No tendríamos suficiente energía para analizar todos los detalles de todas las opciones que podemos elegir. Es imposible calcularlo todo: ¿me conviene más tomar café o té? ¿Me levanto ahora para ir al baño o espero unos minutos? Nos volveríamos locos si examináramos en detalle pros y contras de cada una de estas opciones.

Sin embargo, en las decisiones importantes es necesario ser más calculadores y previsivos. Tener o no tener hijos, cambiar o no de trabajo, estudiar esta profesión o la otra, etc. Son actuaciones que tienen efectos importantes a largo plazo y en estos casos sí vale la pena acudir al concepto de coste de oportunidad.

No hay una fórmula para calcular el coste de oportunidad en las decisiones personales. Lo que sí hay es un conjunto de factores que permiten medir mejor el precio de nuestras elecciones individuales. Los más importantes son los siguientes:

  • Autoconocimiento. A mayor conocimiento de uno mismo, más acierto en las elecciones que se hagan.
  • Disponibilidad de tiempo. Entre menos tiempo se tenga, más selectivo se debe ser en las decisiones que lo impliquen.
  • La proyección a largo plazo. Siempre conviene pensar en qué tanta felicidad proporcionará una elección, luego de algunos años.
  • El efecto del error. Vale la pena estimar el efecto que tendría elegir la opción inadecuada. Entre más impacto tenga, menor será la probabilidad de elegir esa alternativa.
Mujer pensando
Ante decisiones importantes puede ser de gran ayuda recurrir al coste de oportunidad.

Un hábito saludable

Es buena idea convertir el análisis del coste de oportunidad en un hábito para la toma de decisiones. En particular, conviene hacerlo al analizar a qué se le dedica el tiempo. Una buena manera de comenzar es planteándose qué es lo más importante para uno en la vida y preguntándose si se le está dedicando suficiente tiempo a ello.

También es conveniente que, ante cualquier decisión que deba tomarse, se evite el dualismo: o lo uno, o lo otro. Lo indicado es buscar más alternativas y el solo ejercicio de buscarlas logra ampliar el panorama.

Los recursos más importantes de la vida son el tiempo y la energía. Ambos deben ser suficientemente valorados. Todo lo que robe mucho tiempo o mucha energía implica un elevado coste de oportunidad. Que lo elegido valga la pena y no sea un desperdicio.


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  • Meléndrez, D. E. H., González, C. G., & Araújo, M. D. L. C. M. (2021). Economía de la salud: una mirada desde la Psicología. Revista de Información científica para la Dirección en Salud. INFODIR, (37).

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