Cuatro claves para desarrollar tu resiliencia
La vida diaria está salpicada de dificultades, obstáculos pequeños y grandes, que hay que aprender a sobrellevar o a superar. Ninguno de nosotros llegamos a este mundo con un manual de la perfecta existencia, ese que nos da pautas para cada problema, para cada crisis y cada dificultad. Por eso, es indispensable desarrollar tu resiliencia. Solo así podrás hacerle frente a todas las adversidades que pueden sorprenderte en la vida.
Llegamos a este mundo como caídos de una extraña chimenea llamada destino, suerte o providencia. Se nos ofrece una familia más o menos buena, una sociedad más o menos democrática en la que crecer con unas determinadas normas y valores, y un círculo social que vamos creando nosotros mismos a medida que crecemos.
Tenemos voluntad de elegir y una aparente sensación de libertad. Sin embargo, no siempre logramos ser felices. No siempre logramos vencer esa adversidad cotidiana que nos trae la vida de vez en cuando.
Crecimiento continuo
Como personas en crecimiento que somos, siempre vale la pena aprender de todas aquellas tendencias que nos llegan, y que pueden ofrecernos mecanismos de mejora. Y la resiliencia es una de ellas, se trata ni más ni menos que de la capacidad para afrontar los problemas y adaptarnos lo mejor posible a esos baches, a esas curvas en forma de pérdidas, fracasos, desengaños, traumas e incluso situaciones de estrés.
Hemos de tenerlo claro, ser resiliente no significa en absoluto, no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. La resiliencia es la capacidad de asumir el dolor, aceptarlo y aprender de él. Al mismo tiempo, gestionamos tanto nuestras emociones como nuestras respuestas, para sobrellevar las adversidades del mejor modo posible.
No es fácil, lo sabemos, aprender a ser resiliente es un largo proceso que requiere tiempo y mucho auto-conocimiento. Pero una vez dominado y comprendido, nos sentiremos más capaces y más protegidos. Veamos pues los puntos fuertes y algunas claves para desarrollar tu resiliencia.
1. Capacidad de introspección
La primera de las claves para desarrollar tu resiliencia es comprenderte a ti mismo. Para ello, saber escucharte, hablar con esa voz interior que está conectada con esa madeja nerviosa de sentimientos y emociones será clave. Para lograrlo,detente y, simplemente, atiende a ese rumor interior que te perfila como persona vulnerable y también fuerte. Capaz.
Es el momento ideal de practicar atención plena o mindfluness. Esta técnica te permitirá atender a tus pensamientos. Un aspecto fundamental es no juzgar ningún pensamiento que se te pase por la cabeza. Tan solo debemos observarlos y dejar que se vayan como nubes en el cielo. De esta forma, poco a poco, iremos indagando en nuestro interior y conociendo los demonios que nos atormentan. Así pues, a medida que nos vayamos conociendo seremos capaces de afrontar las situaciones de forma mucho más calmada y profunda.
2. Motivación esencial
La adversidad te puede abrazar con su manto frío y terrible. Deseará quitarte el aire y sumirte en un rincón solitario. Pero no debes dejarte vencer. Existen muchas otras cosas más allá del dolor, la pérdida o la frustración. Tu proyecto, tu necesidad por seguir adelante, por ilusionarte de nuevo por la vida y por los tuyos. Todos debemos tener un plan existencial, un objetivo en el horizonte por el cual seguir sonriendo cada mañana.
Desde la psicología budista defienden que la adversidad debe servirnos de impulso para aprender. Tanto de lo bueno como de lo malo se puede obtener un aprendizaje. Por tanto, si en lugar de observar los problemas como una traba en nuestra vida los vemos como una posibilidad de desarrollo personal, sin duda, estaremos optando por una opción que nos va a enriquecer de forma notable.
3. Autorregulación emocional
Está bien que sientas la rabia, la pena, el desconsuelo, la tristeza… es esencial llorar y desahogarnos. Pero una vez hayamos pasado esta etapa, toca levantarnos y regular estas emociones, racionalizándolas primero hacia la aceptación y luego a la superación.
Sufrir es necesario, pero luego vendrá la aceptación y más tarde las estrategias para asumir un nuevo aprendizaje desplegando unos medios para saltar ese obstáculo.
Conoce tus emociones, acéptalas y guíalas hacia un proceso óptimo y curativo que te logre fortalecer. Saber cómo te sientes en cada momento es el primer paso para conocerte profundamente. Así lograrás desarrollar tu resiliencia.
4. Actitud positiva y auto-confianza
No es solo una etiqueta. No es esa frase que tanto vende y que tantas veces te encuentras en los muros de tus redes sociales: Mantener una actitud positiva ante la vida, es una necesidad. Sabemos que en ocasiones no es fácil, que las tinieblas nos asolan sin que nadie lo espere, sin que nadie se haya preparado ante ello y que puede resultar imposible asomar una sonrisa en tales circunstancias.
Pero ten por seguro que no hay amanecer que no haya podido vencer al anochecer, y lo que hoy te parece tan negro, poco a poco irá perdiendo esa intensidad si te enfrentas a ello con fuerza y optimismo. Y sobre todo, con confianza en ti mismo.
Todos disponemos de recursos para poder afrontar la adversidad. Busca en ti, esfuérzate, quiérete y convéncete de que mereces ser feliz y de que vas a conseguirlo. En ello se esconde la clave para desarrollar tu resiliencia.
Y tú… ¿eres una persona resiliente?