Cuestionario de pensamientos automáticos (ATQ-R)
¿Sueles tener pensamientos negativos? ¿De esos que oxidan un poco las esperanzas y apagan los ánimos? A todos nos pasa. En nuestro interior habita un guionista de películas de terror que, de vez en cuando, asume el control y crea tramas mentales de lo más angustiantes. Sin embargo, casi siempre logramos reformularlos y aplicar sobre ellos un foco más realista, más saludable.
Ahora bien, en los últimos años estamos viendo una realidad preocupante. Cada vez son más las personas que derivan en un razonamiento debilitante y adverso. Son patrones de pensamiento automáticos, rumiantes y desgastantes que pueden sentar las bases de más de un problema de salud mental.
Lejos de dejarlos pasar y de no darles relevancia, hay quien les permite espacio y les ofrecen veracidad. En el momento en que damos validez a una idea irracional y catastrofista, perdemos el control de nuestra vida y emerge el malestar persistente. Desde un punto de vista clínico, saber cómo son los pensamientos que tiene un paciente nos permite evaluar el riesgo de derivar en una depresión.
Con ese fin se han diseñado numerosos instrumentos, pero entre todos ellos destaca una herramienta de gran valor que analizamos a continuación.
Las cogniciones y los pensamientos automáticos constituyen un gran riesgo para nuestra salud mental. Son las semillas que hacen crecer desde los trastornos de ansiedad hasta la depresión.
Cuestionario de pensamientos automáticos (ATQ-R): objetivo y características
Nuestros pensamientos pueden ser como faros para dar solución a cada problema o la losa que desmoraliza. A menudo nos irritan, despiertan el dolor del pasado y nos hacen ver el futuro con gran inseguridad. Es cierto que resulta imposible pensar siempre de manera positiva y esperanzadora, pero lo más decisivo es tener el control sobre ellos y saber racionalizarlos.
En el momento en que quedamos dominados por percepciones inexactas, fatalistas e irracionales, la mente cambia. Por llamativo que nos parezca, esto es lo que experimentan cada vez más personas en los últimos años a raíz de la crisis sanitaria, los cambios sociales y los problemas económicos. Asimismo, debemos tener presente un hecho significativo.
La Universidad de Regina destaca en una investigación que los síntomas depresivos se correlacionan de forma significativa con los pensamientos automáticos negativos. Por tanto, un modo de detectar si una persona está en riesgo de sufrir un trastorno del estado de ánimo es evaluando dichas cogniciones. Los tests pueden ser muy útiles en estos casos.
La validez que le damos a nuestros pensamientos irracionales es un factor de riesgo para el desarrollo de una depresión.
Una herramienta útil en terapia psicológica
El cuestionario de pensamientos automáticos ATQ-R es un instrumento desarrollado por los psicólogos e investigadores Steven D. Hollon y Phillip C. Kendall, que busca detectar las cogniciones asociadas a la depresión. Es decir, no se trata solo de evaluar si la persona tiene o no razonamientos irracionales de valencia negativa.
El objetivo es saber si el paciente da veracidad a esas imágenes y razonamientos distorsionados que produce. Asimismo, cabe señalar que esta prueba se nutre de la teoría del psicoterapeuta Aaron Beck sobre la tríada de la depresión. Es decir, todos corremos el riesgo de caer en este trastorno psicológico si se dan tres factores:
- Tener una visión negativa de nosotros mismos e interpretar lo que nos sucede de manera adversa.
- Mantener unos esquemas de pensamiento desgastantes e inflexibles.
- Evidenciar errores de pensamiento, como puede ser el catastrofismo, el pensamiento dicotómico de blanco o negro, etc.
En estos tres casos, el cuestionario desarrollado por Hollon y Kendall es de gran utilidad y validez. Un trabajo destaca la relevancia de atender en entornos clínicos ese pensamiento y diálogo interno que evidencian las personas.
¿En qué consiste este cuestionario?
El cuestionario de pensamientos automáticos (ATQ-R) consiste en 30 autoafirmaciones que la persona debe evaluar del 0 al 4 según su identificación con ellas. Las cuestiones son enunciados como «nadie me entiende», «quisiera estar muy lejos de aquí» o «he defraudado a todo el mundo».
Asimismo, esta serie de pensamientos que la persona debe calificar se organizan en cuatro categorías, de las que se derivará la puntuación final. Gracias a ella, se identificará si la persona está en riesgo o evidencia ya un trastorno depresivo.
- Autoconcepto negativo: imagen debilitante que la persona tiene de sí misma.
- Indefensión: creencia de que, todo esfuerzo o iniciativa que lleve a cabo para cambiar su realidad no sirve de nada.
- Adaptación deficiente: incapacidad para afrontar los cambios y problemas cotidianos.
- Autorreproches: elevada autocrítica.
El cuestionario de pensamientos automáticos (ATQ-R) ha sido actualizado con el paso de los años y se alza como un instrumento válido para identificar cogniciones depresógenas.
¿Qué validez y fiabilidad tiene este instrumento?
El cuestionario de pensamientos automáticos (ATQ-R) ha sido actualizado por Netemeyer et al., en el 2002, y según la literatura científica se alza como un instrumento válido y eficaz. Su administración es sencilla y aporta unos indicadores útiles a la hora de evaluar las cogniciones asociadas a la depresión.
Asimismo, es interesante señalar que es un recurso frecuente tanto en la terapia de aceptación y compromiso (TAC) como en el tratamiento con la terapia cognitivo conductual. No solo se usa para detectar la presencia de un posible trastorno depresivo, sino que también nos permite valorar el cambio a lo largo del propio tratamiento psicológico.
El propósito de esta prueba no es evaluar cuántos pensamientos distorsionados y negativos produce una persona. Con su administración lo que buscamos es saber si da veracidad a todas esas producciones mentales adversas que produce. Ese es el auténtico problema, y al que tenemos que atender.
No todo lo que pensamos es válido, útil y racional. Analicemos la veracidad de todo aquello que nos decimos a nosotros mismos, porque eso garantizará buena parte de nuestro bienestar psicológico.
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