La terapia cognitivo conductual

La terapia cognitivo conductual se basa en la relación entre pensamiento, emoción y conducta para abordar diversos problemas psicológicos. En este artículo profundizamos en sus ideas centrales, destacando aquellos puntos que las diferencian de otras corrientes.
La terapia cognitivo conductual
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 02 junio, 2020

A lo largo de los años, la psicología ha ido adoptando diversos enfoques para comprender y abordar el funcionamiento humano. Cada uno de ellos con sus propios planteamientos teóricos y aplicaciones prácticas. Desde hace más de tres décadas, la terapia cognitivo conductual se ha convertido en la orientación psicoterapéutica con mayor evidencia de su eficacia. 

Se ha logrado aplicar, con muy buenos resultados, en problemáticas muy diversas. Pero además constituye una opción muy eficiente y flexible. Obtiene cambios significativos en un tiempo limitado y la pluralidad de técnicas que abarca le da de una gran flexibilidad para adaptarse al problema y a la persona concretos.

Paciente con terapeuta

Origen de la terapia cognitivo conductual

Según las distintas épocas, la corriente psicológica imperante ha ido variando y han surgido numerosas alternativas con enfoques diferentes.

Dos de ellas (el conductismo y el cognitivismo) se encuentran en el origen de la terapia que hoy nos atañe. Por ello, en primer lugar, hemos de comprender en qué consisten.

Conductismo

El conductismo centra su interés en la conducta visible. Su objeto de estudio son únicamente las conductas que emite el individuo y que pueden ser observadas y medidas.

Según está corriente, las conductas son respuestas a ciertos estímulos, y aumentan o disminuyen su frecuencia en función de las consecuencias. Por tanto, podemos modificar el comportamiento de una persona variando las relaciones entre estímulo, respuesta y consecuencia.

Por ejemplo: la persona con fobia a los perros ha asociado perros y miedo, por eso ante su presencia huye. Si logramos romper esa asociación, los perros dejarán de ser un estímulo aversivo y la persona dejará de huir. Por otro lado, si queremos que un niño aumente la frecuencia con la que come verduras, deberíamos premiarle cada vez que lo haga.

Cognitivismo

Este enfoque psicológico se centra en estudiar las cogniciones, es decir, los pensamientos o procesos mentales. Se interesa por conocer el proceso que realiza un ser humano tras recibir una información: cómo la procesa y cómo la interpreta.

El fundamento del cognitivismo es que no percibimos la realidad como es, sino como somos. Cada uno de nosotros, con sus propios procesos internos, le otorga un significado diferente a la realidad que percibe.

Por ejemplo: llamas a un amigo y no te contesta. Puedes pensar que no ha oído la llamada o puedes interpretar que no quiere hablar contigo porque, realmente, no le agradas. La realidad es la misma, pero el proceso interno es completamente diferente.

Psicóloga haciendo terapia psicológica

La terapia cognitivo conductual

La terapia cognitivo conductual aparece entonces como una combinación de las dos corrientes anteriores, relacionando pensamientos y conducta. Afirma que existe una relación intrínseca entre pensamiento, emoción y conducta, y que los cambios en alguno de los componentes tendrá consecuencias sobre los demás.

De esta forma, emplea técnicas muy diversas encaminadas a modificar uno de los tres elementos, sabiendo que de esta forma se extenderá al ser humano en su totalidad. Por ejemplo:

  • La reestructuración cognitiva es una técnica que se basa en ayudar a la persona a modificar sus creencias o pensamientos. Para hacerlo, invita a la persona a evaluar la veracidad de lo que piensa y a buscar alternativas de pensamiento más adaptativas. Una vez que cambias tu forma de interpretar la realidad, cambia la forma en que te sientes y actúas.
  • La exposición es una técnica dirigida a modificar la conducta. Se anima a la persona a dejar de evitar y escapar aquello que teme y hacerle frente. Al cambiar su conducta y afrontar la situación temida, comprueba que esta es inocua e inmediatamente cambian sus creencias y sus emociones respecto a ella.
  • Las técnicas de relajación se enfocan en modificar las emociones. Concretamente ayudan a la persona a autorregular sus emociones y su nivel de activación. Si tus emociones cambian, tus pensamientos se vuelven menos catastrofistas y tu conducta deja de ser de huida para ser de afrontamiento.

La terapia cognitivo conductual es un enfoque muy completo, flexible y efectivo. Logra mejoras muy importantes en un tiempo reducido y en gran variedad de trastornos y condiciones. Además, es la orientación psicológica con más evidencia experimental de su eficacia. Sin embargo, a la hora de acudir a terapia es aconsejable informarse de las alternativas disponibles y escoger el enfoque con el que te sientas más identificado.


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  • Fernández, M. Á. R., García, M. I. D., & Crespo, A. V. (2012). 
  • Manual de técnicas de intervención cognitivo conductuales
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  • Psicothema
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