El darwinismo social, qué es y por qué sigue vigente
El darwinismo social es un enfoque que pretende aplicar los conceptos de la selección natural a los individuos específicos y a las sociedades. De ese punto de vista se podría derivar la idea de que en la sociedad debería ocurrir lo mismo que sucede en la naturaleza; es decir, que sobrevivan solo “los más fuertes”.
El darwinismo social ha dado lugar a un volumen de teorías y de políticas de dudosa validez para justificar diferentes formas de discriminación. No son pocos los personajes que han acudido, y siguen acudiendo, a este enfoque para demeritar el valor de personas de determinada etnia o procedencia.
La manifestación más execrable del darwinismo social fue el nazismo que, pese a todo, no ha quedado en el pasado por completo. No son pocos los grupos neonazis que hay en la actualidad. De estos conceptos se desprenden las diferentes formas de supremacismo que tanto daño le han hecho al mundo.
“Todos nuestros ancestros humanos son de África, desde allí comenzamos a expandirnos por el mundo. En ese entonces, nadie estaba pensando en construir un muro para impedir la inmigración”.
-Michel Brunet-
El darwinismo social
Charles Darwin planteó la teoría de la evolución y con ella marcó un hito definitivo en lo que se creía hasta entonces sobre la naturaleza. Esta teoría plantea que las diferentes especies evolucionan a partir de una selección natural. Esta es un proceso por el cual los organismos más fuertes se adaptan y perviven, mientras que los más débiles desaparecen con el tiempo.
De este modo, en la naturaleza se da una continua lucha por la supervivencia que están destinados a ganar los más fuertes. El primero en trasladar esos conceptos del mundo natural hacia el mundo social fue Herbert Spencer. El postulado del darwinismo social es muy simple: si en la naturaleza prevalecen los más fuertes, en el mundo humano debe ocurrir lo mismo.
El primer problema que tiene este enfoque es que no define que significa “fuerte” o “débil”. ¿Stephen Hawking era “débil” por padecer una enfermedad, a pesar de haber sido uno de los científicos más brillantes del mundo? ¿Adolfo Hitler era “fuerte” por haber invadido casi toda Europa, a pesar de que esto solo trajo miseria y destrucción?
Una teoría sin bases
El darwinismo social no ha servido tanto para catalogar individuos “fuertes” y “débiles”, sino que se ha orientado más a clasificar sociedades y etnias enteras. En realidad, ha sido un aparataje teórico para justificar la violencia ejercida por unos pueblos sobre otros y de unos individuos sobre otros. Detrás de esto no hay nada más que ignorancia y afán de poder y de riqueza.
La raza es uno de los temas favoritos de quienes defienden el darwinismo social. La supremacía de una raza sobre otras ha sido el leitmotiv de muchos actos discriminatorios y violentos. También suele ser la razón por la que algunos individuos se sienten con el derecho de agredir o menospreciar a quienes tengan una piel más oscura que ellos.
La ciencia no ha hecho más que desmontar el concepto mismo de raza. No hay algo genéticamente significativo que diferencia a una persona que tenga determinado color de piel de otra cuya cantidad de melanina sea diferente. Esto se sabe desde los años 70. Además, y esto es lo más insólito, todos provenimos de los mismos ancestros negros. No es un dato nuevo. El paleontólogo francés Michel Brunet lo probó hace más de 20 años.
Un pretexto conveniente
El darwinismo social ha servido como pretexto para justificar robos y asesinatos en masa. Por ejemplo, si “el negro” no tiene alma, entonces está sustentado el derecho a esclavizarlo y apropiarse de su fuerza de trabajo, de modo que le genere riquezas a otros de por vida, sin hacer mayor inversión. Si el que es “verde” pertenece a una cultura inferior, entonces no tiene nada de malo invadirlo, sojuzgarlo y quedarse con todos sus bienes.
El capitalismo salvaje también se ha apropiado de algunas aristas del darwinismo social para justificar una desigualdad inaceptable. De ahí postulados como que si hay personas o pueblos pobres lo son por su inferioridad. O sea, no cuenta que hayan sido sistemáticamente expropiados o limitados por otros. Tampoco que no hayan contado con las mismas oportunidades históricas o coyunturales.
El darwinismo social también le sirve a algunos individuos para justificar su narcisismo patológico. Fue el caso de Hitler y de muchos otros que liberan sus ansias destructivas sobre otros, escondiéndose detrás de conceptos teóricos sin fundamento. Dicho de otra manera, personas y sectores que hacen equivalente la brutalidad con la fuerza, cometen injusticias graves y sacan de ello un gran provecho particular.
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- Barbero González, J. I. (2012). El darwinismo social como clave constitutiva del campo de la actividad física educativa, recreativa y deportiva. Revista de Educación.
- Blázquez Ruiz, Francisco Javier (2014). Nazismo, derecho, estado. Madrid: Dykinson.