David Eagleman, biografía de un experto en el cerebro

David Eagleman es un neurocientífico que también se ha consagrado como escritor de literatura. Se le considera un «showman» por la labor divulgativa que realiza a través de la televisión, en sus libros y en sus conferencias.

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 23 septiembre, 2024

David Eagleman es un neurocientífico estadounidense, considerado uno de los mayores expertos de la actualidad en temas del cerebro. También es uno de los divulgadores científicos más apreciados en el mundo, por la gracia y la sencillez con la que aborda asuntos que, para la mayoría de nosotros, resultan muy complejos.

Se hizo famoso en muchas partes del planeta gracias al programa de televisión The Brain with David Eagleman. Se trata de una serie que recuerda al famoso Cosmos, de Carl Sagan. De hecho, el programa fue nominado al premio Emmy en 2016. Pero más relevantes son los libros de este neurocientífico, traducidos a más de 32 idiomas.

Curiosamente, uno de los textos de David Eagleman con mayor éxito es Suma, una obra de ciencia ficción. Allí demostró que no solo es un hombre brillante de la ciencia en nuestra época, sino también un escritor extraordinario. Otro libro suyo de gran repercusión es Incógnito: las vidas secretas del cerebro, el más vendido en Amazon en 2011. En definitiva, Eagleman no es un neurocientífico más.

¿Quién es David Eagleman?

David Eagleman nació el 25 de abril de 1971 en Albuquerque (Nuevo México, Estados Unidos). Es hijo de Arthur y de Cirel Egelman. El padre es un médico psiquiatra que habla ocho idiomas y la madre una exitosa profesora de biología. Los dos eran lectores incansables y le transmitieron a David la pasión por los libros.

Desde muy pequeño, Eagleman dio muestras de ser un niño dotado de gran inteligencia. Una experiencia temprana abrió su curiosidad. Cuando tenía 8 años cayó de un techo y esa situación de peligro le permitió percibir que, en sucesos como ese, el tiempo parece transcurrir de un modo diferente. Esto lo llevó a interesarse por el tema de la percepción del tiempo.

Eagleman hizo su secundaria en la Academia de Albuquerque. Decidió estudiar literatura británica y estadounidense en la Universidad de Rice, en Houston. El último año lo hizo en la Universidad de Oxford, gracias a un intercambio. Obtuvo su licenciatura en 1993, pero vio que los escritores y filósofos no satisfacían su curiosidad.

Por lo mismo, decidió hacer un doctorado en neurociencia, en el Baylor College of Medicine, el cual culminó en 1998. Después, hizo estudios postdoctorales en el prestigioso Instituto Salk de San Diego. De allí salió para hacerse cargo de un laboratorio en el Baylor College de Texas. Lo demás es la historia de un joven científico que en poco tiempo terminó acaparando todas las miradas.

Múltiples intereses

Eagleman, que adoptó ese apellido después de hacer una exhaustiva investigación de su árbol genealógico, es un investigador multifacético. Muchos lo definen como un anfibio que es capaz de pasar de un tema a otro, y de un área a otra, con extraordinaria naturalidad. Ha profundizado en campos tan dispares como la sinestesia, la percepción del tiempo o la plasticidad cerebral. Eso sin contar con su vena de escritor, de la que hablamos al comienzo.

Además, Eagleman siente un especial interés por el llamado Big Data. Una vez fue mordido por una oruga (2003) y su reacción fue la de crear una web para que los usuarios pudieran compartir sus experiencias similares. Así acopió una gran cantidad de información; además, creó un mapa y una base de datos envidiable.

También se hizo famosa su conferencia en TED, donde en la mitad de la charla sorprendió al auditorio quitándose la camisa y mostrando una especie de chaleco que era capaz de traducir el sonido de su voz a sensaciones táctiles. De esta manera, inició una carrera como inventor en la que se destacan un dispositivo para permitir que las personas con discapacidad auditiva oigan y otro que ofrecen buenos resultados en la detección de la esquizofrenia.

También incursionó en un campo poco desarrollado: la neuroley. Una de sus ideas más audaces es que los criminales pueden rehabilitarse con el «gimnasio prefrontal», una terapia que ejercita la capacidad de tomar decisiones. En definitiva, David Eagleman, que en la actualidad es profesor de Stanford, es una de las mentes más brillantes de nuestra época y alguien de quien seguiremos escuchando en los próximos años.