¿Por qué estudiar psicología?
Podríamos darte mil razones por las que vale la pena estudiar psicología. Sin embargo, hay una que lo resume todo: es apasionante. Pocas disciplinas van más allá del mero desempeño profesional para enriquecernos como personas, para permitirnos crecer y tener una visión mucho más amplia de nuestra realidad. A pesar de no ser una carrera fácil, es una aventura que sin duda merece la pena.
Cuando uno asiste a la primera clase en la universidad y entra en contacto con ese amplio abanico de asignaturas que integra el grado de psicología, suele preguntarse si habrá acertado o no en la elección de dichos estudios. Hay quien experimenta cierto asombro cuando tiene ante sí decenas libros, de teorías y enfoque distintos que comprender y saber diferenciar.
“Tú eres aquello que haces, no aquello que dices que harás”
-C. G. Jung-
Hay quien por su parte siente algo de tirantez e incluso grima cuando se ve cara a cara con el siempre complejo, pero interesante, mundo de la estadística, de los diseños de experimentales: un mundo en el que las matemáticas siguen presentes para desgracia de quienes no guardan un buen recuerdo de ellas. Sin embargo, es el trabajo diario y el contacto con cada uno de los campos que integran esta ciencia cuando uno finalmente despierta a su fascinante universo y empieza a trazar su propio camino.
Por otro lado, cabe decir que estudiar psicología difícilmente nos hará ricos ni nos garantizará un trabajo nada más terminar la carrera. La sociedad actual y las condiciones del mercado laboral son las que son y a veces hay que combinar el talento con el ingenio, la motivación con oportunidad y la persistencia con la paciencia. Sin embargo, cabe decir que sus campos de actuación son múltiples y que con una buena especialización podemos construir un futuro profesional enriquecedor y excepcional.
10 razones por las que estudiar psicología
Tanto si estamos en ese momento decisivo de nuestra vida en que nos toca elegir a qué dedicar nuestro futuro profesional, como si deseamos lanzarnos a un cambio y formarnos en algo diferente, estudiar psicología siempre será una buena opción. Cada uno debe hacer sin duda su propia reflexión, en la que sin duda dos puntos importantes será: qué busca y qué le gustaría ofrecer a los demás.
La psicología es un intercambio donde permitirnos crecer mientras nos formamos, para poder así ofrecer lo mejor de uno mismo en beneficio de los demás. Veamos ahora qué ventajas nos puede brindar el grado de psicología.
1. La psicología nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos
A medida que profundicemos en todas esas teorías antes citadas, en los distintos enfoques sobre la personalidad, el desarrollo humano o en cómo la cultura impacta en nuestro comportamiento, flexibilizaremos más de un aspecto sobre nosotros mismos y los demás.
Estudiar psicología nos llevará casi de forma obligatoria a hacernos muchas preguntas. Preguntas, eso sí, que no siempre tienen respuesta, sino que se convertirán en motivo de búsqueda constante, en una aventura persistente donde conocernos cada día un poco más y donde dejar atrás ciertos esquemas, actitudes e ideas que antes eran principales.
Para que la psicología nos transforme es importante ser un “cuenco vacío”. Los maestros budistas, afirman que cuando escuchamos nuevas enseñanzas debemos ser cuencos vacíos. Si somos un “cuenco roto”, nada de lo que escuchemos se quedará en nosotros y no tendrá ningún efecto. Si somos un “cuenco sucio” contaminaremos el nuevo conocimiento con nuestros prejuicios. La mejor opción es disfrutar de lo que aprendemos e interiorizarlo. Una vez que la teoría “sea nuestra” y la entendamos desde dentro podremos ser más críticos.
2. Aprenderemos a valorar los métodos científicos
La psicología no es magia. No somos mentalistas ni tenemos un radar en la mirada que nos permite captar en 5 segundos y medio qué trauma esconde la persona que tenemos en frente, qué teme o cuáles son sus puntos fuertes. Puede también que más de una vez nuestros amigos, conocidos o familiares nos dejen caer la recurrida y clásica frase de “seguro que ya me estás analizando”.
“Plantear nuevas preguntas, nuevas posibilidades, considerar los viejos problemas desde un nuevo ángulo, requiere imaginación creativa y marca un avance real en la ciencia”.
-Albert Einstein-
La psicología, como ya sabemos, acumula infinidad de falsos mitos que nos acompañarán en muchos contexto, lo queramos o no. Sin embargo, hay un aspecto que debemos tener claro desde el minuto “cero”: la psicología es una ciencia social que se apoya en el método científico.
Es necesario entender que para llegar a ciertas conclusiones, a ciertos datos y apreciaciones se parte de un trabajo laborioso, objetivo y paciente basado siempre en una serie de métodos de investigación; precisamente es ahí donde reside el éxito profesional. A un lado queda pues esa “psicología pop” que tanto gusta a las masas en general y que vemos a diario en revistas o redes sociales y que no tiene poco o nada que ver con la realidad.
3. Desarrollarás un pensamiento crítico
Gran parte del material, de las teorías, enfoques y áreas que conforman los estudios de psicología nos ayudan a desarrollar un pensamiento crítico. Lo queramos o no, es un requisito esencial si queremos ser buenos profesionales, si deseamos de verdad ser útiles a las personas sin perder la integridad y el honor propio. Solo así diferenciaremos el árbol del bosque, la lucidez del engaño, la realidad de la manipulación.
“Nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante”
-Ivan Pavlov-
Aprender diferentes teorías y puntos de vista sobre un mismo tema nos ayudará a desarrollar un pensamiento crítico. Por ejemplo, cuando en la Universidad se estudia el concepto de Personalidad, nos damos cuenta que se trata de un constructo elaborado por el hombre. Es decir, no existe una definición natural que la defina, sino que se trata de la acumulación de definiciones de diferentes investigadores.
Esto nos lleva incluso a crear nuestra propia definición. Observamos como diferentes autores, desde diferentes paradigmas, construyen teorías sobre un mismo concepto. Este aspecto, sin duda, nos ayuda al desarrollo de un pensamiento crítico más profundo.
4. Mayor comprensión de las relaciones humanas
Estudiar psicología no nos convertirá de forma espontánea en personas psicológicamente más sanas, exitosas o más felices (a la mayoría, al menos). También los psicólogos sufren depresiones, ansiedad, también ellos fracasan como cualquier persona en sus relaciones afectivas y tienen, por qué no, sus pequeñas fobias y limitaciones.
“Incluso una sola buena relación humana puede ser una tabla de salvación cuando surgen los problemas, una estrella polar y una brújula que nos guían cuando tenemos que navegar por un océano de dificultades”.
-Oliver Sacks-
Sin embargo, al disponer de todos esos conocimientos son mucho más conscientes de lo que les ocurre y de lo que sucede a su alrededor. Al disponer de toda esa ciencia y esas aptitudes basadas en el comportamiento del ser humano comprenden mucho mejor las dinámicas relacionales, saben en qué momento se debe pedir ayuda o qué caminos es mejor iniciar para favorecer en ellos mismos o en los demás un mayor bienestar.
5. Apreciarás el desarrollo humano en todas las etapas de la vida
Comprender cómo nos desarrollamos, cómo cambiamos las personas a lo largo de nuestro ciclo no solo nos aporta unos conocimientos válidos. Por norma, también nos hace más sensibles y abiertos a los problemas de los demás y al sufrimiento o las dudas que puedan ir asociadas.
Por otro lado, y no menos importante, es el hecho de que la psicología nos descubre determinadas particularidades asociadas a determinadas etapas de nuestro desarrollo, como pueden ser la infancia o la vejez. En ellas quizás hallemos también nuestra pasión o un motivo para dedicarnos a un colectivo en concreto.
Cuando somos capaces de comprender el desarrollo de los niños, pasamos de verlos como “gamberros” y “pequeños exploradores”. Sabemos que durante una etapa la característica principal es explorar el mundo y tocarlo todo. Algo ante lo que mucha gente afirma que “mi hijo es un diablo, lo rompe todo”. Así pues, ya sabemos que el niño no es un diablo, es un explorador de la vida. La psicología nos ayuda a comprender comportamientos que de otro modo calificaríamos de forma incorrecta.
6. Desarrollarás una nueva percepción sobre las enfermedades mentales
Estudiar psicología te permitirá derrumbar muchos de los mitos en los que pudieses creer sobre las enfermedades mentales. Entenderás, por ejemplo, las diferencias entre lo que es un síndrome, un trastorno y una enfermedad.
Te darás cuenta de que los fármacos no curan ciertas enfermedades, solo las “tratan”. Descubrirás en piel propia lo complejo de hacer un diagnóstico, los múltiples matices que hay tras una depresión, un trastorno de ansiedad o una esquizofrenia.
Incluso, algunos psicólogos y estudiantes de psicología van más allá y dejan de creer en las enfermedades mentales. En lugar de ello, defienden que se trata de un cúmulo de circunstancias que han complicado la vida de una persona. De esta forma, nos damos cuenta del gran debate aún existente dentro de la psicología sobre las enfermedades mentales. Y como mencionábamos en un punto anterior, también fomenta nuestra mente crítica. Pero sin duda, nuestra percepción sobre la enfermedad mental cambia por completo.
7. Hay una especialidad para cada pasión
No todos los psicólogos son psicoanalistas ni siguen los principios de Freud; es más, son mucho más los que no los siguen que los que los siguen. No todos practican la hipnosis ni desempeñan su labor en el ámbito clínico. Estudiar psicología nos ofrecerá la oportunidad de formarnos posteriormente en un gran abanico de especialidades, de manera que podamos elegir cuál nos gusta más. Las opciones sin duda son múltiples:
- Psicología clínica.
- Psicología educativa.
- Psicología del deporte.
- Psicología forense.
- Psicología de la salud.
- Psicología organizacional.
- Psicología infanto-juvenil.
- Psicología social o comunitaria.
- Psicobiología (psicoendocrinología, psicofarmacología, neuropsicología, psicología fisiológica, etc).
- Psicología jurídica.
- Historia de la psicología.
- Investigación en psicología.
- Etc.
8. La psicología: un complemento perfecto para otras disciplinas
Pocos estudios complementan tanto otras disciplinas como la psicología. Podemos disponer, por ejemplo, de un grado en periodismo, en medicina, en enfermería, farmacia, filología, antropología, arte o economía y decidir iniciar el grado en psicología para adquirir una así formación mucho más rica y completa, a la vez que fascinante.
“Incluso cuando no es completamente alcanzable, nos convertimos en mejores al intentar perseguir una meta más alta”
-Viktor Frankl-
Más allá de disponer de un currículum mucho más sólido, estudiar psicología nos enriquece al comprender mucho más el comportamiento humano, la interacción social, el lenguaje, la comunicación, la motivación, las emociones, la toma de decisiones… Son procesos muchas veces esenciales para tener una visión más completa del resto de ciencias.
9. Aprenderás a comunicarte mucho mejor
Este es un aspecto del que no siempre se habla. Sin embargo, algo que descubre el estudiante de psicología en su día a día es que al adquirir competencias en la gestión de las emociones o al comprender mucho más el lenguaje corporal y sus matices, adquiere también adquiere una mayor habilidad en su comunicación interpersonal.
No nos referimos solo a la oportunidad de mejorar nuestra habilidad a la hora de hablar en público, sino que lograremos comunicarnos mejor con los nuestros, entender a quien tenemos en frente a través de su comunicación no verbal, de su tono de voz y expresiones para construir un diálogo más empático y eficaz.
10. Estudiar psicología puede ser el primer paso hacia la mejor época de tu vida
Lo decíamos al inicio, podríamos darte 100 razones por las que estudiar psicología, pero hay una que trasciende a todas las demás: es una ciencia fascinante y puede abrirnos sin duda una nueva etapa en nuestra vida. Siempre encontraremos algo que en un momento dado, nos atrape de tal modo que nos digamos a nosotros mismos aquello de: “esto es lo mío”, quiero profundizar en esa área, quiero ser útil en ese tipo de disciplina, quiero ayudar a este colectivo en concreto.
En ocasiones es la neurociencia y sus misterios, en otros casos es un determinado tipo de terapia, otras veces es el deseo claro de servir de ayuda al mundo de la infancia o de centrarnos en esa área más experimental donde desarrollar determinadas investigaciones. El campo de la psicología es tan extenso que todos en un momento dado, hallamos nuestro lugar. Y es en ese instante donde todo cambia y todo adquiere sentido.
Por tanto, si en estos momentos estás barajando la posibilidad de estudiar psicología, por nuestra parte te animamos a emprender este viaje sensacional que no defrauda a “casi” nadie…
Referencias bibliográficas
Triglia, A, Regader, Bertrand, y García-Allen Jonnatahn ,(2016). Psicológicamente hablando. Paidós.
Sheena Iyengar, (2006). The Art of Choosing. Psychology Press.
Pink, Daniel (2010). La sorprendente verdad sobre qué nos motiva. Gestión 2000.
Butler-Bowdon, Tom (2004). 50 Psychology Classics: Who We Are, How We Think, What We Do: Insight and Inspiration from 50 Key Books. New York: H. Books.