Deja de preocuparte por todo!
Quizás hayas escuchado varias veces aquello de que no debemos “preocuparnos” por las cosas, sino “ocuparnos” de ellas. Pero, ¿has reflexionado en ello? ¿Te has puesto a pensar en la diferencia entre estas dos palabras que resulta clave si las sabes distinguir?
De hecho, es algo tan importante que puede cambiarte la vida. ¡Y vaya si te la cambia!, pues no es lo mismo “preocuparte” por lo que tienes que hacer mañana, que “ocuparte” de lo que tienes que hacer hoy.
En la primera opción, te inmovilizas y le das vueltas a la misma idea, pensando en un futuro negativo y de fatales consecuencias. En la segunda, te ocupas, es decir, haces algo concreto para llegar a ese propósito. Por supuesto que ocuparse tiene ventajas para tu propia salud mental.
Cómo dejar de preocuparse
Te ofrecemos 5 opciones que te pueden ayudar a “ocuparte” y dejar a un lado la preocupación que te lleva al estrés y las consecuencias que eso conlleva para tu calidad de vida.
1. No sufras por lo que no tienes
Disfruta lo que tienes y valora todos sus beneficios y ventajas. Tu mente te agradece tener pensamientos positivos. Si careces de algo, puedes ocuparte en hacer lo posible por conseguirlo. Pero si no está en tus manos obtenerlo, de nada sirve ocupar toda tu energía y tiempo en lamentarte.
Cada vez que te descubras pensando en lo mal que la pases sin eso que no tienes, trata de pensar en todo lo que disfrutas con lo que sí tienes.
2. Ignora el qué dirán
Hay gente que vive su vida atada a la opinión de los demás. Y como resultado, viven una vida totalmente ajena a la que alguna vez llegaron a desear. Y es que vivir del qué dirán es triste para cualquiera.
Si realmente te interesa tomar tus propias decisiones y elegir tus propias opciones, deja a los que gustan de vivir a través de la vida de los demás. Actúa por ti mismo y de acuerdo a tus convicciones, después de todo, se trata de tu propia vida.
3. Acepta tus errores y no te sobre exijas
¿Eres humano? Entonces cometerás errores. Si pretendes ser perfecto, difícilmente lo lograrás… Observa a los demás y podrás darte cuenta de que aun las personas que parecieran intachables, han cometido algunas equivocaciones en su vida.
Eso no significa que no te preocupes por hacer las cosas lo mejor posible, pero tampoco te mortifiques haciendo de cada uno de tus errores un calvario.
Gracias a los errores podemos aprender y extraer importantes conclusiones acerca de nosotros mismos y los demás. Los errores son necesarios cara al proceso de aprendizaje.
4. Arriesga: expresa tus sentimientos
Es muy agradable estar en tu zona de confort; no corres riesgo alguno, no hay cosas inesperadas… El problema es que esa es la zona donde eres más vulnerable a lo inesperado. Siempre es mejor expresar tus emociones y estar dispuesto a vivir las consecuencias. Al final, te darás cuenta de que vale la pena exponerte al rechazo y a experiencias que te ayuden a fortalecer tu personalidad. La mayoría de las veces, las cosas no pueden ir peor de lo que tú te puedas imaginar.
5. Piensa en tiempo presente
Puede sonar a cliché, pero es la realidad: el pasado ya se fue y el futuro aún no llega. Es innecesario ocupar tu tiempo en algo que ya no puedes cambiar o en aquello que todavía no sucede. No solo es un tremendo desgaste de energía, sino que además te distrae de cosas que pueden ser más importantes y productivas en tu vida. Después de todo, no puedes modificar el pasado, ni puedes predecir el futuro. Si sólo malgastas tu tiempo pensando en el pasado o en algo que nunca sucederá, ¿cuándo podrás ocupar toda tu energía en lo que verdaderamente es importante y está sucediendo en este mismo instante?
Piénsalo. Si deseas una vida más relajada, con una mente más clara, relajada y feliz, ocúpate y despreocúpate.