¿Qué es la desregulación emocional?
Definimos la desregulación emocional como esas respuestas mal moduladas y extremas que dificultan la capacidad de funcionar de manera efectiva. Ejemplo de ello es no poder mantener la calma y acabar hablando mal a alguien que queremos. También, darnos atracones de comida después de tener un mal día en el trabajo o de discutir con nuestra pareja.
Si hay algo que escuchamos con frecuencia es que toda emoción es válida y cumple su función. Ahora bien, una cosa es experimentar cualquier emoción de valencia negativa intensa (como la ira) y otra es dejarnos llevar por ellas. Todos, por ejemplo, hemos visto alguna vez a esas personas que insultan y tratan mal a alguien a raíz de una mala gestión de la frustración.
Asimismo, es importante saber que, cuando esta característica es particularmente extrema, se relaciona con múltiples trastornos psicológicos. Ejemplo de ello es el trastorno bipolar. No obstante, todos en algún momento podemos sufrir un episodio puntual y episódico en el que manifestamos un estallido emocional poco ajustado, con sus evidentes consecuencias.
Características de la desregulación emocional
Quien más y quien menos se ha sentido en alguna ocasión sobrepasado por sus emociones. Siempre hay situaciones que pueden desencadenar estas respuestas intensas. Sin embargo, reaccionar de manera vehemente ante un contexto adverso es algo normal. Lo anormal y hasta patológico es reaccionar de manera desajustada en una situación en apariencia cotidiana.
Sucede cuando una persona vuelve de su trabajo estresada y carga sobre la familia su ansiedad de manera violenta. Ocurre también cuando un adolescente recurre a las autolesiones por la insatisfacción con su cuerpo o por problemas en el instituto.
La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) define la desregulación como cualquier respuesta excesiva y abrumadora que atenta contra nuestro bienestar.
Componentes que la definen
La desregulación emocional es un fenómeno de gran intensidad que se acompaña de múltiples procesos. Así, en un trabajo de investigación de Gratz & Roemer se detalló cuáles era esos factores capitales que orquestan este estado psicológico. Lo analizamos:
- Hay una clara falta de conciencia, aceptación y comprensión sobre las emociones que experimentan en ese momento dado.
- La persona experimenta una negación ante lo que siente. No lo acepta y, por lo general, termina proyectando esa emoción por otras vías: gritos, lloros, autolesiones, etc.
- No evidencian ninguna estrategia para manejar esa situación. Es más, por lo general, las personas con desregulación emocional tienden a intensificar ese estado a través de la rumia, la preocupación irracional y la negación.
¿Cómo se manifiesta?
Esa incapacidad para regular las emociones deriva de estrategias deficientes de regulación psicológica de lo que sentimos y lo que nos pasa.
Ahora bien, es importante saber que la desregulación emocional deriva en muchos casos de trastornos mentales. Por lo general, es común tener personas que llevan meses o años repitiendo ese mismo patrón conductual, cognitivo y emocional.
Por término medio, solemos ver las siguientes manifestaciones asociadas:
- Filtran su realidad y cada experiencia desde el filtro de la negatividad.
- Sufren alteraciones del sueño.
- Alteraciones psicosomáticas.
- Suelen tener problemas de atención.
- Problemas para mantener las relaciones de pareja, de amistad, etc.
- Tendencia a las discusiones, en ocasiones violentas o subidas de tono.
- Problemas laborales (dificultad para ser productivo, para llegar a acuerdos con los compañeros de trabajo, etc.).
- Explosiones de ira, de llantos, etc.
- Autolesiones.
- Alteraciones en la alimentación.
- Posible riesgo de consumo de sustancias adictivas, como el alcohol o las drogas.
¿Cuál es el origen de la desregulación emocional?
Investigaciones como las realizadas por el doctor Russell A. Barkley, destacan que a menudo podemos ver muestras de desregulación emocional en niños de dos años que más tarde evidencian un trastorno de atención con hiperactividad (TDAH).
Son chicos y chicas con mayores problemas para regular la ira y la angustia. Aunque los mecanismos de por qué ocurre esto aún no están claros, es algo que se aprecia con frecuencia.
Por otro lado, y como venimos señalando, esa dificultad para controlar las emociones suele asociarse a más de un problema mental. Estos serían algunos ejemplos:
- Las personas que han sufrido algún trauma de infancia suelen evidenciar muestras de desregulación emocional.
- El trastorno bipolar también muestra esta característica.
- El trastorno de espectro autista (TEA) es otro ejemplo.
- Trastorno límite de personalidad (TLP).
- El trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (TDDEA) es una condición en la que aparece esa dificultad para manejar y controlar las emociones. Afecta a niños y adolescentes que muestran arrebatos e intensos de irritabilidad y mala conducta.
Tratamiento para la desregulación de las emociones
Una estrategia efectiva y válida para tratar la desregulación emocional es la terapia dialéctica conductual. Este enfoque ayuda de manera efectiva a las personas a controlar sus emociones. De este modo, entre los objetivos que integran esta metodología terapéutica están los siguientes:
- Cambiar y trabajar las conductas poco saludables que incrementan el sufrimiento.
- Entender, tomar conciencia y regular las emociones.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
- Mejorar la atención y las habilidades para la relajación.
- Aprender a tolerar la angustia y la resistencia a la frustración.
Para concluir, si bien es cierto que todos podemos tener problemas puntuales en el control y regulación de nuestras emociones, el problema esencial está en cuando dicha realidad se torna una constante. Es entonces cuando deberemos solicitar ayuda experta.
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