Enfermedades psicosomáticas: cuando el cuerpo refleja las emociones

Cefaleas, problemas digestivos, asma... existen muchas patologías ​en las que el componente psicológico es un importante factor causal. Te contamos más respecto a las enfermedades psicosomáticas.
Enfermedades psicosomáticas: cuando el cuerpo refleja las emociones
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 06 julio, 2021

Con frecuencia caemos en el error de pensar que cuerpo y mente son entes totalmente diferenciados e independientes. Por lo mismo, cuando padecemos un malestar a nivel físico no nos detenemos a analizar su relación con las emociones, los pensamientos y las vivencias que estamos experimentando. Sin embargo, muchos de los síntomas de nuestro cuerpo derivan de una falta de bienestar psicológico; son las denominadas enfermedades psicosomáticas.

¿En alguna ocasión has acudido al médico aquejado de un síntoma físico para el que no se ha hallado explicación? Tras realizarte numerosas pruebas y visitar distintos especialistas, no has obtenido un diagnóstico claro ni se han encontrado signos de alteración en tu organismo. ¿Qué está sucediendo? Tal vez tu cuerpo esté reflejando aquello que no logras identificar y solucionar a nivel mental.

¿Qué son las enfermedades psicosomáticas?

Las enfermedades psicosomáticas son trastornos en los que aparecen síntomas físicos que no pueden ser explicados por una causa orgánica. Es decir, no existen lesiones, infecciones o alteraciones a nivel biológico que puedan dar cuenta del malestar que se experimenta; o, al menos, no completamente. Sin embargo, sí se ha determinado el componente psicológico como factor causal.

En dichas enfermedades los síntomas presentes causan un malestar significativo y llegan a afectar al desempeño cotidiano de la persona. Por ejemplo, el dolor o las molestias corporales impiden el buen desempeño laboral, afectan a las relaciones sociales o a las actividades diarias del individuo.

Cabe resaltar que no se trata de un hallazgo reciente; por el contrario, hasta principios del siglo XIX los profesionales eran conscientes de la estrecha relación de la mente y las emociones con la enfermedad física. Sin embargo, en los últimos tiempos, este componente psicológico ha sido relegado e ignorado en gran medida.

Mujeres con dolor de cabeza

Algunas de las enfermedades psicosomáticas más frecuentes

Cuando hablamos de síntomas psicosomáticos no siempre necesitamos encontrarnos ante un cuadro complejo y persistente al que propiamente denominaríamos enfermedad. En ocasiones, estos signos se presentan de forma leve o temporal, aunque en otros casos las complicaciones pueden perdurar en el tiempo e incluso llegar a cronificarse. Algunos ejemplos comunes son lo siguientes:

  • Dolores estomacales y trastornos digestivos.
  • Migrañas y cefaleas.
  • Bruxismo.
  • Trastornos dermatológicos y erupciones cutáneas.
  • Fibromialgia y fatiga crónica.
  • Dolor crónico.
  • Trastornos respiratorios, asma y alergias.
  • Problemas cardiacos.

Origen y afrontamiento de las enfermedades psicosomáticas

La psique y su funcionamiento no solo se ven involucrados en el origen de este tipo de enfermedades, sino también en su curso. Por un lado, son los pensamientos y las emociones inadecuadamente gestionadas las que conducen a la aparición de los síntomas físicos. Además, todo el proceso migratorio entre diversos médicos y especialistas, la incertidumbre ante la falta de respuestas y un afrontamiento ansioso de la enfermedad contribuyen en muchas ocasiones a agravar el malestar.

De este modo, el abordaje psicoterapéutico de las enfermedades psicosomáticas cumple una doble función. No solo trata de hallar los factores que originaron la enfermedad y la mantienen; también ayuda a la persona a lidiar con los síntomas de un modo más adaptativo.

Mujer cansada en el sofá

El abordaje psicoterapéutico

Distintas corrientes han explorado, analizado y tratado de comprender el funcionamiento de estas enfermedades y la relación entre cuerpo y mente. Desde el psicoanálisis, se ha postulado que las manifestaciones físicas aparecen cuando la tensión pulsional sobrepasa la capacidad del sujeto para enfrentarla. De esta forma, la alteración emocional se proyecta en el exterior (en el cuerpo) evitando que la persona tenga que enfrentar el malestar psíquico que es origen del problema.

Por otro lado, desde un enfoque cognitivo-conductual, se considera que son los pensamientos, y las emociones derivadas de estos, los que desencadenan los síntomas físicos, en tanto que no son adecuadamente gestionados por la persona. Así, se emplean técnicas que permiten abordar el estrés, la depresión, los problemas sociales y relacionales y las creencias disfuncionales que puede presentar la persona y que están generando o perpetuando la enfermedad.

Este tipo de abordaje se ha mostrado eficaz en la reducción del dolor y otros síntomas físicos derivados de las enfermedades psicosomáticas. Gracias a la adquisición de nuevas herramientas de afrontamiento, la persona puede mejorar su bienestar y su calidad de vida. Por lo mismo, si sufres un padecimiento de esta índole, no dudes en buscar acompañamiento profesional.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Garciandía, J. & Ibarra, A. (2012). Enfermedad psicosomática y patrones familiares en niños con asma. Revista Colombiana de Psiquiatría, 41(1), 111-138.
  • Gallo, H. (2000). Fenómeno psicosomático: entre el cuerpo y el dolor. Revista Colombiana de Psicología, (9), 56-60.
  • de la Rubia, J. M., Ramírez, M. T. G., & Hernández, R. L. (2011). Evaluación de un tratamiento cognitivo-conductual para la fibromialgia. CIENCIA-UANL14(2), 153-161.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.