El duelo familiar, cómo sobrellevarlo
La muerte de uno de los miembros de la familia suele producir un impacto importante en su seno. Cada uno de los integrantes vivirá un proceso diferente, de acuerdo con el vínculo que tenía con la persona que partió y de su propia situación personal. Sin embargo, al mismo tiempo se producirá un proceso de duelo familiar que involucra al grupo entero.
A veces el duelo familiar implica también una crisis para toda la familia. Esto es más habitual cuando la muerte del ser querido se produjo de manera intempestiva y problemática, como ocurre en el caso de los accidentes o los suicidios.
Así mismo, las características del duelo familiar suelen depender en buena medida del rol que ocupaba la persona fallecida dentro de la familia. Otro factor decisivo son los rasgos del grupo familiar como tal. Este tipo de hechos tienen un impacto diferente en las familias estables frente a las que son conflictivas o disfuncionales.
“Los rituales permiten contener y efectuar la canalización de la pérdida de manera segura y facilitan la elaboración emocional, cognitiva y relacional, permitiendo encontrar una nueva forma de estar en el mundo”.
-Magdalena Pérez Trenado-
El duelo familiar
El duelo familiar es el proceso por el que se acepta y se asimila la pérdida de un ser querido , dentro de la familia. La muerte de un ser querido suele marcar el comienzo de un duelo personal, pero en muchas ocasiones también comunitario.
La familia puede facilitar el duelo individual o hacerlo más complejo. Así mismo, cada persona llevará a cabo su propio proceso a un ritmo diferente. Lo ideal es que en este último aspecto no haya grandes contrastes, pero no siempre es así.
En términos grupales, el duelo familiar engloba los siguientes procesos:
- Reconocimiento compartido de la pérdida que se produjo.
- La comunicación de las emociones y del dolor.
- Reorganización del sistema familiar.
- Replanteamiento de expectativas y deseos.
- Reconstrucción y reintegración a la “normalidad”.
Compartir el dolor
Uno de los aspectos más problemáticos en el duelo familiar es el proceso de expresión de los sentimientos y del dolor compartidos. Es en este aspecto donde más se marca la diferencia entre una familia y otra. Desde ese punto de vista, encontramos varias posibilidades:
- Familia inflexible. Suele responder al duelo de manera evasiva. Difícilmente van a enfrentarse al duelo de manera compartida, fomentan el secretismo y buscan volver a “la normalidad” cuanto antes. Promueven la dependencia rígida entre sus miembros, muchas veces en función de las creencias religiosas o ideológicas.
- Familia con límites porosos. Corresponde a los grupos familiares que proscriben la vivencia individual del duelo. Pretenden que todos los integrantes sientan lo mismo y ven a la diferencia como una amenaza.
- Familias que amplifican la respuesta al duelo. Asumen la pérdida como una tragedia que debe ocupar la conciencia colectiva durante mucho tiempo. Tácitamente, quedan prohibida la alegría o las celebraciones. Con su actitud suelen cultivar una dependencia del “fantasma” de la persona fallecida.
- Familia flexible. Corresponde a las que logran desarrollar un duelo familiar adaptativo. Aceptan la pérdida y el dolor, permiten a sus miembros expresar las emociones y logran ofrecerse consuelo y cuidado mutuos. Los roles son flexibles, de acuerdo con las necesidades individuales de cada momento.
La reorganización del sistema familiar
El duelo familiar también implica una reorganización de la familia. Esta puede ser adaptativa o desadaptativa. A veces, la pérdida de un ser querido es el preludio de separaciones, rupturas o nuevas dependencias. Otras veces, supone un tiempo de desorden, seguido de la conformación de una nueva estructura familiar.
En general, es más difícil reestructurar el sistema familiar cuando la muerte del ser querido corresponde a los siguientes casos:
- Hijo de corta edad.
- Padre o madre con hijos pequeños.
- Hijo adolescente.
- Padre o madre con hijos adolescentes.
- Adulto joven.
- Cónyuge en una pareja joven.
- Ser querido de una persona anciana.
- Pareja de anciano.
Como se ve, la muerte de un hijo menor o de los padres son las que suelen tener un impacto más significativo. En el caso de las personas ancianas, el impacto puede ser más significativo porque esas pérdidas están asociadas a una gran cantidad de recuerdos.
Cuando el duelo es compartido, lo recomendable es abrir una línea de diálogo intrafamiliar que sirva de compañía y consuelo. Por otro lado, en este contexto comunicativo es importante permitir la expresión libre de cada persona.
Los rituales colectivos de despedida son muy apropiados para enfrentar mejor la pérdida. Si la situación es muy traumática, nada mejor que solicitar la asesoría de un psicólogo para recibir orientación.
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