9 efectos de crecer en ambientes disfuncionales
¿Cómo es crecer en ambientes disfuncionales? ¿Qué consecuencias tiene para los niños? Por norma, nuestras familias son el campo en el que aprendemos a interaccionar con los demás.
Cada familia es única en la forma en la que sus miembros interactúan. Si bien algunas familias brindan a los niños amor, afecto y un entorno seguro, otras muchas mantienen dinámicas que no ayudan y afectan de manera negativa a la personalidad del niño en crecimiento.
Las familias saludables son aquellas en las que el niño se siente seguro, protegido y libre. Se respetan los límites de cada persona, se aprecia la singularidad y se satisfacen las necesidades. Las familias disfuncionales tienen dinámicas en las que los padres descuidan repetida y constantemente a los niños, los traumatizan emocionalmente y los tratan de manera poco respetuosa.
Cuando la familia no genera seguridad
No existe la infancia perfecta. Sin embargo, crecer en una familia disfuncional puede causarte heridas tan profundas que te afecten durante el resto de tu vida. ¿Qué define la disfunción y cómo saber si encaja en esta clasificación?
Crecer en una familia disfuncional puede significar muchas cosas. En la mayoría de los casos, el hogar es inestable y está lleno de conflictos. Comúnmente, hay abuso, negligencia y dependencia de drogas o alcohol, lo que hace que el niño sufra todos los días.
Tipos de familias
Las familias disfuncionales crean un ambiente que tiende a experimentarse como caótico e inseguro, ya que uno de los padres a menudo se comporta de manera impredecible e inadecuada. Los niños que crecen en familias disfuncionales no tienen control sobre su entorno familiar tóxico.
La mayoría de los hogares disfuncionales son una combinación de dos o más de las siguientes dinámicas poco saludables:
- Hogares caóticos: en estas familias, los padres suelen estar ausentes y se comportan de manera inadecuada. Están ocupados llevando sus propias vidas y descuidan las necesidades de los niños.
- Familias de alto conflicto: existe un conflicto entre los padres o entre un niño y el padre. Los niños en tales familias crecen con inseguridad, estrés constante e incapacidad para formar vínculos afectivos.
- Hogares con padres patológicos: en hogares como estos, uno de los padres o ambos son patológicos, es decir, tienen un trastorno de la personalidad o del estado de ánimo y, en otros casos, el padre está afectado por el abuso de alcohol o drogas.
- Hogares con un padre dominante: en muchas familias disfuncionales, hay un padre que es dominante y demasiado controlador e ignora las necesidades y los sentimientos de su pareja y de los niños. La pareja y los niños desarrollan emociones negativas y de enfado reprimidas.
- Hogares con padres emocionalmente distantes: en muchas familias, los padres no saben cómo expresar o reprimir deliberadamente cualquier expresión de emociones. Esto generalmente se debe a ciertos antecedentes culturales. Los niños en tales familias crecen con baja autoestima y son igualmente o más inexpresivos.
Los efectos psicológicos de crecer en ambientes disfuncionales
Para un niño que creció en una dinámica familiar disfuncional es difícil formar límites saludables, tener una autoestima sana y formar relaciones respetuosas y amorosas. Muchas veces, los propios niños repiten el patrón del padre que aprendieron en su infancia y se entregan a comportamientos autodestructivos como medio de escape.
Los dolores del abuso se irradian a lo largo de las décadas, y pueden producir una alteración en la persona de por vida. ¿Fuiste víctima de algún abuso o negligencia mientras crecías? Estos son algunos de los impactos de por vida que has podido experimentar.
1. Problemas de confianza
Uno de los primeros y más importantes problemas que tiene crecer en una familia disfuncional son los problemas de confianza. Cuando no puedes confiar en las personas que te dieron la vida, creces con la sensación de que no puedes confiar en nadie.
2. Incapacidad para poner límites al abuso
Debes perdonar, o incluso ignorar el mal comportamiento. La disfunción que tiene lugar durante nuestros años de juventud a menudo está llena de ejemplos de nuestros padres, cuidadores y familiares que perdonan el comportamiento abusivo. Se espera que la próxima generación disculpe y descarte el mal comportamiento.
3. Aprender a no hablar de los problemas, tan solo esperar que estos estallen
Los miembros de la familia aprenden a esconder las cosas debajo de la alfombra. Faltan habilidades de comunicación porque nadie quiere lidiar con los problemas, por lo que pasan poco tiempo interactuando.
4. Problemas de ansiedad y depresión
Las condiciones erráticas o impredecibles en las que crece un niño puede afectar a cómo aprende a gestionar el estrés. Están constantemente en guardia porque nunca saben lo que sucederá a continuación.
Aunque crecen y tienen un lugar propio, el cerebro ha sido programado para vivir en un estado de alerta constante. El modo de lucha o huida no se deja atrás tan rápidamente, principalmente cuando su cuerpo está acostumbrado a niveles más altos en las hormonas relacionadas con el estrés, como el cortisol.
5. Habrá uno o dos chivos expiatorios que librarán de responsabilidades a otros miembros de la familia
Casi siempre hay al menos un chivo expiatorio familiar. Esta persona será utilizada para culparla de todos los problemas de la familia, ya que crea una distracción de la disfunción y le da a la familia la simpatía que anhelan en los círculos sociales.
6. Mala gestión financiera
Muchas personas que crecen en el caos nunca aprenden a administrar el dinero de manera efectiva. No tener un ejemplo positivo de pago de renta, cable, luz y agua puede tener un impacto considerable.
Algunas de estas familias carecen de estabilidad económica, por lo que el niño difícilmente aprenderá la importancia de no gastar todo lo que tiene en compras frívolas sin pensar en el mañana.
7. Aprender la violencia
¿Alguna vez has escuchado que el abusado se convierte en abusador? Lamentablemente, es bastante común que alguien que fue abusado se convierta en abusador. La razón es que nunca aprendieron formas efectivas de manejar el conflicto.
8. Automedicación con drogas y alcohol
Muchas personas no saben cómo lidiar con todas las cosas que les sucedieron en el pasado, por lo que tratan de automedicarse para aliviar el dolor.
La desventaja de este proceso de pensamiento es que el entumecimiento desaparece cuando la intoxicación desaparece, y entonces todavía debes enfrentar la realidad.
9. El sufrimiento continuo es asumible
Crecer rodeado de personas que discuten con frecuencia, o que incluso evitan comunicarse, les enseña a los niños que el conflicto es una parte inevitable de las relaciones.
Si bien esto es parcialmente cierto, el conflicto humano es inevitable, las familias disfuncionales enseñan formas poco saludables e inseguras de lidiar con el conflicto, y ese se convierte en el problema.
Si eres padre, madre o cuidador y crees que puedes estar cayendo en los mismos patrones familiares disfuncionales, entonces lo mínimo que puedes hacer es cambiar tus comportamientos.
Para descubrir cómo lidiar con una familia disfuncional o cómo curarse de una, el camino a seguir puede estar en buscar terapia como adulto. Al hablar con un profesional, finalmente puedes tener la libertad de procesar tu pasado en un espacio seguro y libre de juicios.
Además, al hacerlo con alguien capacitado, es posible que finalmente pueda romper el ciclo de negligencia, abuso o caos por ti mismo. Una combinación de terapia individual y terapia familiar puede ser beneficiosa para romper los patrones disfuncionales.
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- Gillis Kaytee. 5 Lecciones que se aprenden de crecer en ambientes disfuncionales.7 de abril de 2022. Psychology Today. https://www.psychologytoday.com/es/blog/5-lecciones-que-se-aprenden-de-crecer-en-ambientes-disfuncionales.
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