Efectos de la política en la salud mental
Los efectos de la política en la salud mental son cada vez más evidentes en la población. Hemos llegado a un punto donde una buena parte de los electores están dejando de confiar en la (supuesta) élite política. De pronto, ya no parecen ser esos agentes sociales capaces de solucionar nuestros problemas. El panorama, además, se está volviendo más complejo por momentos.
Cada día nos levantamos con un aluvión de noticias sobre esta materia. El barómetro social tiene su foco estos días en Chile, donde se ha decretado el estado de emergencia a raíz de las últimas protestas. Reino Unido ultima casi a salto de mata los pasos finales del Brexit. Cataluña, por su parte, vive también unos días de disturbios tras la sentencia del “procés”.
También Canadá atraviesa ahora un periodo de incertidumbre electoral tras que a su primer ministro, Justin Trudeau (uno de los políticos mejor valorados de la actualidad) se le atribuyera un caso de corrupción política. Para la mayoría de nosotros es imposible permanecer ajeno a cada noticia, a cada titular e imagen, porque vivimos hiperconectados, porque la noticia se transmite al segundo y la inmediatez está a la orden del día. Lo que pasó ayer ya no es actualidad.
Es ya casi inevitable abrir alguna de nuestras redes sociales para publicar la última foto de nuestro gato o cualquier tema de lo más inocuo e intrascendente para que, al poco, se nos vayan las ganas. Vemos los comentarios «encendidos» de nuestros amigos reales o virtuales, familiares y compañeros de trabajo sobre determinados temas de actualidad y, a menudo, nos asustamos.
¿De verdad piensan así? ¿De dónde viene esa ira? Estas y otras preguntas son las que nos asaltan en estos últimos años; algo que los expertos vienen estudiando desde hace tiempo. Veamos más datos a continuación.
¿Cuáles son los efectos de la política en la salud mental?
Hay quien se siente hastiado, otros aburridos, una parte que experimenta total indiferencia por la política y otros muchos defienden sus firmes convicciones. Todos nosotros tenemos una opinión u otra sobre el contexto sociopolítico que vive nuestro país, así como los países vecinos y esto es esperable y hasta positivo. Ahora bien, lo que ya no lo es tanto es que todos esos escenarios regidos por nuestros políticos afecten a nuestras emociones y equilibrio psicológico.
Los efectos de la política en la salud mental son ya evidentes. Por mucho que nos sorprenda, este fenómeno cada vez tiene secuelas más evidentes. Un estudio de la revista científica PLOS ONE nos reveló esto mismo hace solo un mes. Así, en este trabajo en la Universidad de Nebraska por el doctor Kevin B. Smith, nos indica lo siguiente:
- El 20% ha perdido una amistad o una relación cercana con un miembro de la familia a causa de la política.
- El 31.8% dice que mirar medios de comunicación con puntos de vista contrarios a los suyos les produce estrés y malestar.
- Al 22.1% de la población le preocupa mucho que gane las elecciones un determinado partido político.
- El 11% ha llegado a experimentar un problema de salud relacionado con la política (un dato especialmente significativo en Estados Unidos).
- Las personas con un trastorno bipolar son las que más sufren el efecto de la política en sus vidas.
Además de estos datos, que por sí mismos resultan comprensibles, existen además otros factores que merece la pena considerar.
Contexto socio-político basado en la provisionalidad
Nuestros escenarios políticos son, por decirlo de algún modo, cada vez más «coloridos». Los grandes bloques hegemónicos de rojos y azules han dado paso a nuevas formaciones que vienen a representar, sin duda, nuevas necesidades y perspectivas de la población. Algo así genera que hayamos constituido un escenario político basado en el multipartidismo.
Este fenómeno, el del multipartidismo, es una realidad cada vez más común en Europa. Lo cual provoca grandes problemas a la hora de formar gobierno, ahí donde son comunes las disputas y la inestabilidad. En medio de ese escenario, donde todo ciudadano espera acuerdos por el bien común, lo que vemos con más frecuencia son estrategias ineficaces para la ciudadanía porque solo están destinadas a ganar poder.
El chantaje emocional en la clase política
Otro de los efectos de la política en la salud mental es el uso constante del chantaje emocional. Kevin Smith, politólogo de la Universidad de Nebraska-Lincoln y autor de un estudio sobre este mismo tema publicado en el 2016, nos señala lo siguiente. “Si miras el corazón y el alma de la clase política en la actualidad, verás un trasfondo altamente problemático“.
Una de las estrategias que suelen utilizar nuestros políticos es la «inflamación emocional». Recurren a prácticas tan básicas como a provocar nuestro enfado y nuestra ira contra el adversario. Se tildan de incompetentes los unos a los otros, amenazan con futuribles catastróficos en caso de que gane el partido contrario. El objetivo final no es otro que conseguir el voto.
Sin embargo, ¿es efectiva esta estrategia? La respuesta es no. El chantaje emocional no insta a la mayoría de votantes a ir a las urnas; porque lo genera es hastío, agotamiento, escepticismo y estrés. Esta es una realidad que se está intensificando con los años y de la que no solo son conscientes politólogos, sociólogos y psicólogos.
Hemos llegado a un punto en el que la clase política, que debería ser la élite en cuanto a competencia, ejemplo e inspiración, se han convertido en muchos casos en el problema y no en la solución. Podríamos dar varios ejemplos sobre esta conducta, pero seguro que a ti, inquieto lector, ya se te han ocurrido varios.
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- Smith KB, Hibbing MV, Hibbing JR (2019) Amigos, familiares, cordura y salud: los costos de la política. PLoS ONE 14 (9): e0221870. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0221870