El acompañamiento terapéutico, una herramienta indispensable
Los psicólogos cuentan con determinadas herramientas que les permiten hacer frente a los diferentes problemas, malestares o enfermedades mentales que pueden afectar a sus pacientes. Una de estas herramientas, de la que hablaremos hoy, es el acompañamiento terapéutico.
El acompañamiento terapéutico se lleva a cabo, como bien indica esta tesis, “en el entorno habitual del sujeto”. Esto quiere decir que el psicólogo estará presente en la calle, en el hogar o en cualquier otro espacio que pueda desencadenar en el paciente una situación de crisis.
Esto solo se lleva a cabo cuando todo lo que se pueda realizar en la consulta, como diferentes ejercicios, resulta insuficiente y no surte efecto. Es el psicólogo el que se da cuenta de que si no se integra en la vida cotidiana del paciente no va a mejorar.
El acompañamiento terapéutico es un facilitador
El acompañamiento terapéutico es un facilitador que permite que personas con diferentes limitaciones puedan traspasar las barreras que les impiden, por ejemplo, salir de su casa o visitar determinados lugares.
Con esta herramienta, se les permite mejorar su autonomía, desarrollar sus habilidades sociales e interactuar con su entorno de una manera más saludable. Esto puede ser muy efectivo en personas que sufren ansiedad social, por ejemplo.
Sin embargo, para que el acompañamiento terapéutico tenga éxito, se deben tener en cuenta determinadas actitudes y cualidades que el psicólogo debe poseer. Todas ellas las expondremos a continuación basándonos en La relation d’aide de Carl Rogers:
- Presencia: el psicólogo debe estar con el paciente, compartir situaciones y momentos con él.
- Escucha activa: es imprescindible que el paciente se exprese dándole el tiempo necesario para que lo haga.
- Respeto: el psicólogo debe mostrar respeto en todos los sentidos y tener una postura abierta.
- Empatía: la comprensión será fundamental, así como no juzgar.
- Autenticidad: el psicólogo debe mostrarse tal y como es, aunque tiene que ser profesional en todo momento.
Un caso de psicosis
El estudio Acompañamiento terapéutico: práctica y clínica en un hospital psiquiátrico expone el caso de una mujer de 66 años que llevaba 7 años ingresada en un Centro de Salud Mental debido a la psicosis maníaco-depresiva puerperal que le fue diagnosticada.
Debido a que el tratamiento farmacológico no surtió efecto se planteó la posibilidad del acompañamiento terapéutico. Al principio la paciente se mostró ilusionada, hasta que empezaron a aflorar sus miedos. Lo que se hace, entonces, es pasear por la planta y los alrededores del hospital con ella.
En este caso, la intervención de la familia también fue importante. La paciente empezó a poder pasear por la ciudad alejándose de ese entorno seguro que era para ella el centro. Al principio mostraba rechazo al terapeuta y solo decía “quiero ir a casa”. Pero, con el paso de los meses esto cambió.
Empezó a realizar breves visitas a casa hasta que llegó a adquirir determinadas responsabilidades como el cuidado de sus hijas y la toma de la medicación. El proceso fue paulatino, pero dio muy buenos resultados.
El ingreso de esta paciente se realizó porque en su casa les era imposible la contención. Se mostraba agresiva con sus familiares y manifestaba episodios maníacos difíciles de controlar. Sin embargo, el acompañamiento terapéutico estabilizó su sintomatología, lo que le permitió que pudiese volver a integrarse en su núcleo familiar.
El acompañamiento terapéutico ayuda a caminar al otro permitiéndole que empiece a construir todos aquellos lazos que se han roto.
Una herramienta para situaciones difíciles
Como hemos podido observar, el acompañamiento terapéutico es una herramienta para situaciones complejas en las que su tratamiento en consulta no es suficiente. Hemos visto un caso real, pero existen muchos otros en los cuales se requiere poner en práctica esta herramienta.
Las personas que sufren agorafobia, que tienen dificultades para pasear por una calle llena de gente o que les cuesta entrar en un supermercado, pueden beneficiarse del acompañamiento terapéutico. El psicólogo estará a su lado, brindándole apoyo, escuchando lo que está sintiendo el paciente, observando cómo actúa y ayudándole a evitar conductas de huida o escape.
Como vemos, esta cálida técnica impulsa a muchas personas a salir del aislamiento y a destruir las barreras que les limitan en su vida cotidiana, permitiendo que las personas realicen cambios profundos en su vida y que logren mejorar su calidad de vida.