El condicionamiento encubierto, cuando te modelan de manera sutil
El condicionamiento encubierto es un modelo teórico desarrollado por Joseph Cautela. Este modelo se centra en la posibilidad de moldear la conducta de los otros mediante el uso de la imaginación. En este enfoque, se utilizan las imágenes reforzadoras, o positivas, y las imágenes aversivas, o negativas, con el fin de aumentar o disminuir una conducta determinada.
En el condicionamiento encubierto se emplean una serie de procedimientos terapéuticos para moldear la conducta. Esto es, para lograr que esa conducta se refuerce, disminuya o se elimine. Todas las técnicas emplean a la imaginación como el medio que hace posible el condicionamiento.
El modelo del condicionamiento encubierto se emplea fundamentalmente en las terapias clínicas. Es evidente que sus principios han sido retomados y asimilados por los enfoques de autoayuda. También ha recibido críticas, ya que los planteamientos también son aplicables al trabajo y a la política, con consecuencias no muy claras en relación con la autonomía.
“Si la libertad es un requisito para la felicidad humana, entonces todo lo que es necesario es proporcionar la ilusión de libertad”.
-B.F. Skinner-
Las fases y pautas del condicionamiento encubierto
El modelo del condicionamiento encubierto se aplica en fases sucesivas. Cada una de ellas tiene el propósito de ahondar cada vez más en cómo se modela la conducta. No importa qué técnica se emplee, siempre se respeta la misma sucesión de etapas.
Las fases del condicionamiento encubierto son:
- Fase educativa. En psicoterapia se le explica al paciente en qué consisten los procedimientos del condicionamiento encubierto y por qué es necesario realizarlos.
- Evaluación y entrenamiento de la imaginación. Se valora el grado de capacidad del paciente para imaginar. Si lo requiere, se le capacita para que incremente tal capacidad.
- Aplicación del condicionamiento encubierto. Se entrena al paciente para que asocie imágenes mentales con ciertas conductas y sus consecuencias. La idea es que cada vez pueda hacerlo con más fácilidad, sin ayuda del terapeuta.
- Consolidación y generalización. En esta fase se logra que el paciente aplique la técnica por sí solo, sin apoyo del profesional.
A su vez, todo ese proceso se lleva a cabo aplicando un conjunto de técnicas. Estas son muy similares a las que se emplean en el condicionamiento no encubierto. La diferencia está en que se valen fundamentalmente de la imaginación.
Técnicas de condicionamiento encubierto
Las principales técnicas del condicionamiento encubierto son: sensibilización encubierta, reforzamiento positivo y negativo, coste de respuesta encubierta, modelado encubierto, aserción encubierta y triada de autocontrol.
Veamos, de manera breve, cada una de ellas:
- Sensibilización encubierta. Se emplea para disminuir la frecuencia de una conducta. Consiste, básicamente, en imaginarse desarrollando tal conducta e introducir de manera abrupta un suceso desagradable o negativo.
- Reforzamiento positivo y negativo. Se emplea para aumentar o disminuir la frecuencia de una conducta. Consiste en imaginar una consecuencia positiva o negativa de una conducta, la cual queda fijada en una imagen mental.
- Coste de respuesta encubierto. Se emplea para disminuir la frecuencia de una conducta. Apela al castigo indirecto para lograr este objetivo. Consiste en lograr que el paciente asocie esa conducta con el retiro o pérdida de un estímulo positivo.
- Modelado encubierto. Pretende incrementar la frecuencia de una conducta. Consiste en imaginar a otra persona, que es un modelo ideal, realizando esa conducta que se desea reforzar.
- Aserción encubierta. Busca reducir los pensamientos y sentimientos negativos hacia uno mismo. Consiste en crear afirmaciones positivas acerca de la propia persona y verbalizarlas.
- Triada del autocontrol. Sirve para disminuir una conducta no deseada. Está compuesta por: 1) detención del pensamiento no expresado; 2) respiración relajante y profunda; y 3) imaginación de una escena agradable.
Aciertos y dificultades
En el plano terapéutico, el modelo de condicionamiento encubierto ha demostrado ser muy eficaz, principalmente para reforzar y fijar conductas positivas. Sin embargo, no parece contribuir de manera significativa al abandono de hábitos fuertemente arraigados, como ocurre en las adicciones o conductas similares.
Así mismo, se ha detectado que es contraproducente su aplicación en los casos relacionados con trastornos obsesivos. De hecho, en muchos pacientes incrementa los síntomas. Sin embargo, estas técnicas parecen producir muy buenos resultados a la hora de tratar la depresión y la melancolía.
Las críticas a este modelo no se refieren tanto a su utilización terapéutica, sino al manejo de sus postulados en otros ámbitos, como la propaganda o la manipulación ideológica. El propio Joseph Cautela llegó a decir que las recompensas y los estímulos aversivos, aunque solo existieran en la imaginación, llegaban a percibirse como reales.
Es claro que la publicidad moderna, tanto de tipo comercial, como político y económico, hacen uso del condicionamiento encubierto para eliminar algunas ideas y reforzar otras. Esto debe ser una llamada de atención sobre los mensajes que recibimos y que nos llevan a amar u odiar determinadas ideas o personajes sin tener muy claro el porqué.