El diseño universal de aprendizaje
En la actualidad, la educación está enmarcada dentro de la inclusión y utiliza para dar respuesta a las necesidades de su alumnado, entre otras metodologías, el diseño universal de aprendizaje. Sin embargo, esto no siempre ha sido así.
Hasta la década de los setenta, en España no existía una regulación estatal de enseñanza para personas con discapacidad o necesidades especiales. Esta se dejaba, con carácter general, en manos de la asistencia social. Sin embargo, con la promulgación de la Ley General de Educación (LGE, 1970) se instauró un modelo segregador, por el cual estos alumnos comenzaron a ser atendidos en centros específicos de educación especial.
Veinte años después, y tras varios cambios en la visión del tratamiento educativo a la diversidad, la LGE fue sustituida por la conocida LOGSE (1990). Esta ley sustituyó el modelo anterior por un modelo de integración escolar que dotó a los centros ordinarios de recursos para atender a estos alumnos, los cuales comenzaron a asistir a ellos.
Por último, desde la promulgación de la Ley Orgánica de Educación (LOE) en 2006 y la Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en 2013, el modelo de integración fue sustituido por el modelo actual. Este nuevo modelo, de inclusión escolar, prioriza la asistencia de esta tipología de alumnado al centro ordinario, dejando el centro de educación especial solo para aquellos casos en los que las circunstancias particulares así lo inviten.
Un modelo inclusivo para todos
A raíz de todo esto, los centros han tenido que evolucionar para dar respuesta a las particularidades de todos sus alumnos. En lo que respecta al currículum o el plan de estudios, en los últimos años se ha propuesto, tomando como referencia la inclusión educativa, el diseño del mismo siguiendo lo que se conoce como diseño universal de aprendizaje, o DUA.
El DUA surge en el campo de la arquitectura, y se fundamenta en construir edificios a los cuales todo el mundo pueda acceder sin necesidad de reformas o adaptaciones posteriores. Por ejemplo, la construcción de un edificio con rampa y escaleras o con un ancho de puertas suficiente para que pase una persona en silla de ruedas.
El mismo principio se intenta trasladar al ámbito educativo. Se plantea pues que “las dificultades para acceder al aprendizaje se deben, no tanto a las capacidades o habilidades del alumnado, sino a la propia naturaleza de los materiales didácticos”.
El diseño universal de aprendizaje
Tal y como señala Carmen Alba, máxima exponente en España sobre DUA, no existen dos cerebros iguales. Los alumnos no aprenden de la misma forma, no tienen los mismos intereses, las mismas capacidades o las mismas características de personalidad.
Por tanto, es necesario diseñar un currículum al que pueda acceder cualquier alumno y que no actúe como barrera para un completo aprendizaje. El DUA se basa en las aportaciones de la neurociencia y en los avances de las tecnologías de la información y la comunicación para diseñar nuevos modos de aprendizaje. Asimismo, propone tres principios básicos que ha de seguir todo diseño de programación curricular:
- Utilizar múltiples formas de representación
- Proporcionar múltiples formas de expresión
- Contemplar múltiples formas de implicación
Utilizar múltiples formas de representación
Por ejemplo, un alumno con discapacidad auditiva se beneficiará del material visual más que de las exposiciones orales del docente, por lo que se deberán proporcionar ambas formas de representación de la información. Del mismo modo, no todos los alumnos captan mejor la información por medios auditivos, por lo que también se beneficiarán de esta doble representación.
Proporcionar múltiples formas de expresión
La autora se refiere aquí a proporcionar “diferentes opciones para llevar a cabo las tareas de aprendizaje y la forma de expresar que se han alcanzado”.
Por ejemplo, a la hora de enfrentarse a un examen, el alumno con poco conocimiento del idioma se expresará mejor por vía escrita, o por el contrario, por vía oral. No existe una única forma de realizar una tarea de aprendizaje.
Contemplar múltiples formas de implicación
La motivación tiene un papel fundamental en este principio. Es un hecho constatado que la motivación del alumno es un factor decisivo en el aprendizaje y, por tanto, se debe planificar un currículo que potencie la implicación de los alumnos en las tareas diarias y en su propio aprendizaje. Así pues, este principio propone tener en cuenta las preferencias y los intereses del alumno, permitirles elaborar trabajos de forma grupal o individual, etc.
Está claro que seguimos en el camino a la inclusión. Los esfuerzos que se han realizado para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje han dado lugar a programas, metodologías y novedosas estrategias de enseñanza, entre ellas, los DUA. Esto no supone desechar el modelo tradicional de aprendizaje, sino complementarlo teniendo en cuenta el modelo educativo en el que nos hallamos, los nuevos descubrimientos neurocientíficos sobre el proceso de aprendizaje y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- CAST (2011). Universal Design for Learning Guidelines version 2.0. Wakefield, MA: Author. Traducción al español version 2.0. (2013) http://educadua.es/doc/dua/dua_pautas_2_0.pdf