El miedo al quirófano o tomofobia

Si tienes que pasar por el quirófano, es probable que sientas miedo y tengas muchas dudas. Aquí te contamos cómo puedes actuar y qué puedes utilizar para que la situación no te genere tanta ansiedad.
El miedo al quirófano o tomofobia
María Vélez

Escrito y verificado por la psicóloga María Vélez.

Última actualización: 17 julio, 2020

Tener que entrar en quirófano es una situación que genera ansiedad a la mayoría de personas, tanto si es algo imprevisto como si se ha programado anteriormente. Además, se suma el padecer una patología y el resultado que pueda tener la intervención. Por todo ello, el miedo al quirófano puede provocar intranquilidad, falta de apetito, problemas para dormir e incluso una recuperación peor.

La sensación de miedo depende en cierta medida del historial médico, de la cantidad de intervenciones a las que se haya sometido y de condiciones específicas de la situación. Aun así, generalmente el paciente tendrá miedos basados en las dudas y el desconocimiento, como si sentirán dolor durante la intervención, si le afectará negativamente la anestesia, si se despertará durante la operación… En definitiva, una intervención quirúrgica es una situación de riesgo -mayor o menor- que provoca una amenaza, el principal componente del miedo.

Mujer pensando en el miedo al quirófano

Tomofobia

Aunque el miedo al quirófano es una respuesta común, hay personas que sienten verdadero pánico por muy sencilla que sea la operación. Este miedo irracional, llamado tomofobia, genera una respuesta de estrés y ansiedad considerables, incluso sólo de pensar en la posibilidad de someterse a una operación.

Como cualquier fobia, el principal síntoma de la tomofobia es el temor intenso al objeto de la fobia, en este caso, el quirófano. Además, aparecen síntomas físicos y cognitivos. Por un lado, sudoración excesiva, hiperactivación, vómitos, vértigo, mareos, sensación de ahogo, etc. Por otro, se presentan ideas y pensamientos catastrofistas sobre las operaciones. Es decir, una percepción negativa de la situación como “va a salir mal”, “no voy a poder despertarme”, “me va a doler”…

A nivel conductual, suele evitarse el someterse a una intervención quirúrgica, o bien, evita hablar de ello, ver escenas de ficción sobre ello o, simplemente, escuchar historias al respecto. El principal problema de este asunto es que alguien que padece tomofobia podría intentar evitar entrar en quirófano, pudiendo poner en riesgo su vida o agravar el problema médico.

¿Cómo se aborda el miedo al quirófano?

Como se indicaba anteriormente, es común que los pacientes tengan miedo al quirófano. Se trata de una situación real de amenaza y eso pone en marcha una respuesta de estrés para afrontarla. En condiciones normales, en las que la persona tiene miedo racional a la intervención, bastará con seguir unas sencillas pautas para llevar la situación lo mejor posible:

  • Conocer al equipo médico. Saber con quién se va a estar y tratarlos aunque sea brevemente bastará para generar más confianza en el equipo y, con ello, mayor tranquilidad.
  • Pedir más información o buscar una segunda opinión. Si se tienen dudas acerca del procedimiento, los riesgos o la recuperación, es pertinente preguntar al equipo médico hasta que resuelvan las dudas. Y, si aun así, se sigue dudando, siempre se puede y debe pedir una segunda opinión.
  • Ir acompañado a las consultas. Si todo lo que rodea a la intervención genera un poco de ansiedad, se puede ir acompañado a las consultas por un familiar o allegado para que haga de apoyo y pregunte todo lo que el miedo no permite.
  • En el caso de que se pueda elegir el momento de la intervención, hacerlo cuando la persona realmente sienta que está preparada para enfrentarse a ello.
Paciente hablando con médico

Psicoprofilaxis quirúrgica

Desde los equipos sanitarios, han desarrollado el apoyo psicoprofiláctico para ayudar a todas esas personas que sienten miedo al quirófano y deben someterse a una operación. Este apoyo consiste en un equipo interdisciplinar, en el que profesionales de la psicología y cirugía intervienen conjuntamente para dar recursos de afrontamiento a la persona. Y, así, reducir la ansiedad y el miedo.

Su intervención, en general, se compone de tres etapas:

  • Etapa prequirúrgica. Se trabajan primero los aspectos emocionales que rodean la operación. Es decir, se intenta minimizar los miedos, las ideas asociadas a la muerte y al dolor. En esta fase es esencial que el paciente exponga todas sus preocupaciones y dudas para reducir todo lo posible la incertidumbre.
  • Etapa intraguirúrgica. En el tiempo que rodea a la operación, el equipo le ofrece apoyo emocional y más información al paciente, especialmente en el momento de anestesiarlo. La tranquilidad que aporta reduce el miedo y hace que la persona entre a quirófano con unos niveles de ansiedad mucho más bajos. Igualmente, el momento de despertar es clave, ya que el equipo le ayudará a entender mejor todo lo que ocurre: posibles cambios en el cuerpo, resultados no favorables, por qué está cansado, etc.
  • Etapa postquirúrgica. En este momento se intervendrá con el dolor y posibles molestias, así como en la preparación para la recuperación o rehabilitación.

Este tipo de intervención, además de ayudar enormemente a las personas con miedo al quirófano en una situación crucial para su vida, ha evidenciado en varios estudios que disminuye el uso de analgésicos durante y después de la operación.

En definitiva, tener miedo ante una situación así es completamente natural, así como pedir ayuda para sobrellevarla mejor. Por lo tanto, si tienes que someterte a una intervención y esto te inquieta, no dudes en solicitar apoyo y ayuda a familiares y profesionales.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.