El misterio de las pequeñas gotas de felicidad
Cada vez son más las personas que afirman que la felicidad se compone de pequeños momentos, de gotas de felicidad. Pero pocos se toman la molestia de explicar qué significa esto realmente, cuál es la profundidad que alcanza dicha revelación filosófica.
“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.”
-Benjamin Franklin-
Lo primero que se tiene que conocer antes de descifrar de qué se tratan estos momentos, es qué significa realmente ser feliz, ya que muchos tienden a confundir estabilidad con felicidad, y aunque, tienen cierta relación, no están del todo conectados.
¿Qué es la felicidad?
La felicidad no reside en lo material, no significa tener un buen trabajo o elevados ingresos económicos. Sino que se trata de acostarse cada noche con una sensación de satisfacción y una sonrisa en el rostro, incluso cuando uno odia el trabajo o vive con el presupuesto demasiado ajustado.
Entonces, ser feliz no significa no tener problemas, es disfrutar la vida a pesar de los problemas, es tener la conciencia de que todo lo bueno y lo malo es pasajero, nada es para siempre y de que se puede aprender mucho de cada experiencia.
Por ello, la felicidad es permanecer optimista, tener un pensamiento positivo que permita perdonarse a uno mismo y a los demás, sacando lo mejor de todas las situaciones que se encuentran por el camino. En definitiva, es estar en paz y calma ante básicamente cualquier circunstancia de la vida.
“La mente es como el agua, cuando está en calma y en paz, puede reflejar la belleza en el mundo. Cuando está agitada puede tener el paraíso enfrente y no lo refleja.”
-David Fishman-
El misterio de las pequeñas gotas de felicidad
Ahora que ya está aclarado de que se trata el concepto de felicidad, nace una gran paradoja: ¿cómo es que se habla de que la felicidad es una actitud semipermanente si se compone de pequeños momentos? Analicémoslo en profundidad.
La respuesta a esto se obtiene al observar a las personas que son mayormente infelices, o incluso en aquellos quienes son melancólicos o que están constantemente tristes. Este tipo de personas centran su existencia en pensar obsesivamente en los pequeños momentos que arruinaron toda su vida y que los derrumbaron emocionalmente.
“Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.”
-John Locke-
Pero, como sabes, la vida se compone de momentos negativos y de momentos positivos. Así que para ser feliz se debe hacer precisamente lo contrario a lo que hacen las personas infelices, hay que concentrarse en los momentos positivos. Esos que, aunque hayan sido muy efímeros y fugaces, siempre se recuerdan con una gran sonrisa.
Solo tú eres responsable de tu felicidad
Aunque a los seres humanos nos encanta culpar a los demás de casi absolutamente cualquier cosa que nos ocurra, la verdad es que con respecto a tu felicidad solo cuenta lo que tú decidas.
Para ayudarte a conseguir estar satisfecho con la vida, puedes pedir ayuda profesional, acudiendo a un psicólogo. Pero, debes tener claro que si no intentas cambiar paulatinamente, según los consejos que recibas, tu visión del mundo, no podrás apreciar la belleza que se esconde tras cada esquina. Eres tú, con tu actitud el que decide ser feliz o infeliz.
“Yo, no los acontecimientos, tengo el poder de hacerme feliz o infeliz hoy. Puedo elegir. El ayer ha muerto, el mañana no ha llegado todavía. Tengo solo un día, hoy, y yo voy a ser feliz.”
-Groucho Marx-
Así que céntrate en lo positivo, en esos pequeños momentos o gotas de felicidad, y aprende a sacarle sonrisas a la vida.
Foto cortesía de Iancu Cristian