El modelo EPITEX para las disfunciones sexuales
La terapia sexual es un tipo de terapia focalizada en la resolución de los problemas sexuales, tanto si se trata de una disfunción sexual, la búsqueda de placeres diferentes o la mejoría de lo que ya se tiene. Se puede realizar tanto individualmente como en pareja. Este tipo de terapia, entre las que encontramos el modelo EPITEX, ha ido desarrollándose a la par que la sexualidad iba abriéndose paso por la sociedad hasta entenderla como lo hacemos hoy.
El pudor y la vergüenza han retrasado su crecimiento, y por ello se siguen desarrollando modelos para el planteamiento de la terapia sexual. El modelo EPITEX fue planteado por J. Carrobles (1991), catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid.
La necesidad del modelo EPITEX
Existen modelos a través de los cuales se puede afrontar una terapia sexual, tantos como modelos psicológicos o clínicos existen (psicodinámico, cognitivo…). Por ello, aunque el modelo EPITEX no es un modelo persé, se presenta como método de aproximación e intervención terapéutica.
El modelo EPITEX nace a partir de la investigación de Carrobles acerca de los problemas sexuales y las demandas de estos. Lejos de ser un problema poco definido y de difícil resolución, la disfunción sexual puede ser explicada a través de factores predisponentes, desencadenantes y de mantenimiento, pero, sobre todo, también puede ser resuelta de manera “sencilla”.
Ningún problema es fácil de resolver e implica mucho malestar para aquel que lo sufre. Sin embargo, en el caso de los problemas sexuales, podemos encontrar tres grandes causas que, una vez resueltas, habrían solucionado ya el 70% de la mayoría de las disfunciones sexuales.
Estas tres causas mencionadas son:
- La falta de información, la ignorancia y los mitos y falacias sobre la sexualidad.
- Las actitudes negativas, prejuicios o malos sentimientos hacia la sexualidad (y el miedo a las consecuencias de esa actividad).
- La falta de habilidades en el ámbito sexual.
A partir de estos patrones, que suelen ser sistemáticos en las personas con disfunciones sexuales, se plantea el modelo EPITEX que trata de resolver no solo las tres causas anteriormente citadas, pero que trata de incidir sobre aquellos factores que, aunque a priori puedan parecer simples, podrían formar parte de la solución para la disfunción.
El modelo EPITEX, a través de cuatro fases, busca justamente esto.
¿Qué significa EPITEX?
EPITEX no es más que el acrónimo de las diferentes fases que el modelo presenta. De esta manera, el modelo EPITEX está compuesto por las siguientes etapas: educación, permiso, indicaciones específicas y terapia sexual.
A continuación, las diferenciaremos y expondremos en el orden en el que estas áreas serían trabajadas.
Primera fase. Educación e información sexual
El problema de la desinformación suele ser general en la mayoría de los problemas psicológicos. No se nos enseña, desde pequeños, lo que es la ansiedad, los sentimientos que puede generar un ánimo depresivo, como luchar contra los pensamientos irracionales o como cambiar un estilo atributivo poco funcional.
De igual manera, tampoco se nos enseña nada sobre sexo y, por ende, desconocemos por completo el abanico de disfunciones sexuales y lo que estas implican.
Por esto, la educación sexual se plantea como primera etapa del modelo EPITEX. Las disfunciones sexuales pueden generarse y potenciarse a través de pensamientos no ciertos y obsesivos, de manera que es necesario dar un marco general de información sexual objetiva.
Esta educación tiene que adaptarse a las necesidades de la persona, pero puede pasar incluso por conocer la propia anatomía. Por ejemplo, en el caso de las mujeres, la educación sexual suele ser nimia respecto a sus propios órganos sexuales y cómo conseguir placer a través de ellos.
Esta educación deberá impartirse desde los elementos más básicos hacia los más técnicos. Aunque parece una simpleza educar sexualmente a aquellos que vienen con un problema sexual, en ocasiones la anorgasmia femenina puede precederse de una pobre práctica sexual, por ejemplo.
Solo con educación sexual, se solucionan entre un 30-40% de todos los problemas sexuales.
Segunda fase. Permiso para disfrutar
El objetivo de la segunda fase del modelo EPITEX es conseguir que las personas o parejas que viene a terapia se den permiso para disfrutar de su propia sexualidad y la del otro.
Es en esta fase donde se van a tratar los sentimientos de culpa, vergüenza, la sensación de estar haciendo algo pecaminoso o el pudor que la actividad sexual pueden reportar a la persona que la lleva a cabo.
En la fase de permiso se han de tratar las falsas creencias y los mitos acerca de la actividad sexual. Algunos de esos mitos pueden estar relacionados con:
- Los hombres tienen una capacidad sexual mayor que las mujeres.
- Las mujeres tienen menos deseo sexual que los hombres.
- El hombre es el responsable de la satisfacción sexual de la mujer.
- Salirse de ciertas prácticas sexuales puede convertir el sexo en algo pecaminoso.
- La satisfacción sexual de un hombre o mujer está relacionada con el tamaño del pene de su compañero sexual.
- Una mujer que toma la iniciativa en un encuentro sexual es una mujer sucia.
En resumen, en esta fase se busca cambiar la actitud negativa ante el sexo por una positiva y objetiva. No hay nada malo en lo que se hace, lo erróneo es la percepción del que mira.
Tercera fase. Indicaciones específicas
La tercera fase del programa EPITEX se refiere a indicaciones específicas de cada disfunción sexual. Ya sea un problema de eyaculación precoz, anorgasmia o vaginismo, en esta fase se llevarían a cabo las técnicas adecuadas a cada problemática: técnicas de focalización sensoria l, programas masturbatorios…
Cuando el problema es de índole sexual, la terapia terminaría en esta fase. Gracias a esta fase de indicaciones específicas, se da solución a un 95% de los problemas sexuales.
Cuarta fase. Terapia psicosexual intensiva
Se plantea, en algunos casos, la necesidad de una terapia psicosexual cuando, aunque se han resuelto los problemas sexuales específicos, se perciben ciertas problemáticas que pueden potenciar una recaída. Estos problemas pueden estar relacionados con el estrés, con la mala gestión del tiempo de ocio, con problemas en la pareja…
Esta fase puede ser necesaria para ciertas personas, mientras que para otras no. Esta decisión habrá de valorarla el terapeuta que ponga en práctica la terapia sexual desde el modelo EPITEX.
Este paso de la terapia no es necesariamente sexual, pero guarda relación con los problemas sexuales porque se trata de factores que, a la larga, pueden influir en su funcionamiento.
El modelo EPITEX nace de la necesidad de educación sexual por parte de la sociedad en general. La práctica sexual ha evolucionado muchísimo en los últimos años, a pesar de que el conocimiento sobre la misma por el público general ha aumentado a menor velocidad.
Hasta hace poco, la mayoría de adultos no hablaban de sexo con sus hijos (algunos siguen sin hacerlo), dejando la educación sexual de sus hijos en aquellos contenidos que pudieran encontrar e interpretar.
Hoy, afortunadamente, la tendencia social apunta en un sentido muy diferente. Así, muchos padres ya asumen esta responsabilidad, entendiendo que la inversión merece la pena.