El paradigma de transferencia de excitación
Es el minuto 92 de partido. Queda uno para el final. El F.C. Bacerlona va ganando por un gol a cero al Real Madrid. Un jugador del equipo azulgrana intenta parar la entrada a otro del equipo madrileño dentro del área y éste cae. El árbitro pita penalti y los jugadores del Barça explotan contra el árbitro. Algunos parecen entrar en cólera. Un jugador del equipo catalán increpa a otro del Madrid y este estalla. El árbitro se ve en la obligación de sacar dos tarjetas rojas y varias amarillas. ¿Qué está sucediendo? Todos ellos están siendo víctimas del paradigma de transferencia de excitación.
Es frecuente encontrarnos ante situaciones en las que alguien reacciona de forma desproporcionada ante un estímulo, en apariencia, inocuo. En muchas ocasiones hemos recibido respuestas bastante desagradables por parte de algún ser querido o conocido ante un comentario que hemos hecho. Sin embargo, ni el comentario ni la intención pretendían dañar al otro. Además, este tipo de acontecimientos tienden a darse con mayor frecuencia al final del día. ¿Por qué ocurre esto? ¡Sigamos leyendo!
¿Qué nos está ocurriendo?
Dolf Zillmann desarrolló el paradigma de transferencia de excitación a raíz de la teoría de arousal que postulaba Stanley Schachter. Según este autor, el arousal equivale a la activación fisiológica. A pesar que de ser una teoría mucho más extensa, esta breve descripción nos basta para entender el paradigma de Zillmann.
Según Zillmann, la activación fisiológica no acaba de forma súbita al finalizar las condiciones que la originaron, sino que tarda en desaparecer debido a que los procesos hormonales que la sustentan son lentos. Esto es, si una persona se ha activado en un contexto A y al poco rato se encuentra en el contexto B y este provoca en él una emoción, esta segunda activación se sumará a la que le ha generado el contexto A. Eso es lo que se conoce como arousal residual, el grado de activación que arrastramos de un contexto a otro.
Atribución errónea
Cuando arrastramos el arousal del conexto A al contexto B, solemos atribuir erróneamente el arousal total únicamente al contexto B. Si nuestra jornada laboral está siendo una pesadilla y a última hora nuestro superior nos encarga una nueva tarea, a pesar de que nos dé tiempo a acabarla, nuestra reacción podría ser de una ira inmensa y explotamos contra él (aunque no se lo digamos la mayoría de las veces). Estamos atribuyendo todo nuestro cabreo al encargo de la última tarea por parte del jefe.
“No cometas obra alguna con la furia de la pasión; equivale a hacerse a la mar en plena borrasca”.
-Thomas Fuller-
Si la tarea del jefe hubiera sido asignada a primera hora de la mañana lo más seguro es que la hubiéramos realizado sin ningún problema, ya que todavía no arrastraríamos ningún tipo de activación fisiológica. O quizás sí, según cómo nos haya ido el día desde que nos despertamos hasta que llegamos a trabajar. Así, el paradigma de transferencia de excitación puede cumplirse o no, dependiendo de cómo nos esté yendo la jornada.
Por ello, antes de responder a alguien con furia, es mejor dejar pasar unos minutos e intentar relajarnos en la medida de lo posible, ya que en muchas ocasiones, expresado de un modo coloquial, solemos “estar calentitos” y cualquier cosa que nos digan puede alterarnos. “No me digas nada que llevo un día horrible“, cuando nos dicen esto, mejor callar.
Experimento de Zillmann sobre el paradigma de transferencia de excitación
En 1971, Zillmann llevó a cabo un experimento sobre el efecto de ver películas con diferente contenido emocional en la conducta agresiva. Diferenció tres etapas diferentes:
- Al inicio de la sesión, un cómplice despertaba el enfado en el participante.
- Acto seguido, le proyectaban a los participantes una película de contenido violento, erótico o neutral.
- La última etapa consistió en que al participante se le dio la oportunidad de administrar descargas de intensidad variable al cómplice.
Zillmann esperaba que aquellos que visualizaron películas eróticas y agresivas proporcionaran descargas de mayor intensidad a su “enemigo” que aquellos que vieron las neutras. Los resultados mostraron que los participantes que vieron la película de contenido violento, administraron descargas más intensas que después de ver las de contenido neutral. Y que tras ver la película erótica administraron descargas de mayor intensidad que tras la agresiva.
Partiendo de la teoría de Zillmann, en 1993 el equipo de investigación de Scott C. Bunce, llevó a cabo una investigación sobre la transferencia de excitación y entre los principales resultados hallaron que los extrovertidos reaccionaban peor ante estímulos desagradables. La razón, según los autores, radica en que aquellos que tienen mayores puntuaciones en este rasgo de personalidad parecen gozar de menos experiencias negativas a su alrededor, por lo que deben de realizar un mayor esfuerzo en el procesamiento de la información sobre las experiencias desagradables.
Conclusiones finales
Las investigaciones que se han llevado a cabo sobre el paradigma de transferencia de excitación han mostrado que los cambios de activación no son atribuidos correctamente a los acontecimientos reales que los desencadenan. Los sujetos parecen entender que su activación está provocada por la situación en la que están presentes y no por situaciones anteriores que han ido activándolos gradualmente.
“Si te enfadas, piensa en las consecuencias”.
-Confucio-
Los resultados también sugieren que reacciones y acciones no se apoyan en las relaciones estrechas entre el arousal percibido y su antecedente causal. Este efecto pone de manifiesto la relevancia del arousal fisiológico en la modulación de la intensidad afectiva, así como, confirmaría la idea de que este es indiferenciado y no específico.