El trauma del nacimiento y sus efectos
El primero en hablar acerca del trauma del nacimiento fue el psicoanalista austriaco Otto Rank. Su postulado central es que el solo hecho de nacer implica el primer trauma que vive el ser humano. Este significa una separación abrupta de la madre y el paso súbito de un entorno totalmente protector a un entorno más hostil.
Otto Rank consideraba que el trauma del nacimiento era el primer capítulo de la neurosis y que nos instalaba en el terreno de lo humano, es decir, en el terreno de lo imposible. Esto da origen a una angustia esencial que nos acompañará de por vida.
“Los na´vi dicen que cada persona nace dos veces. La segunda es cuando ganas tu lugar en el clan para siempre”.
-Sam Worthington-
Es un hecho que el bebé sufre al nacer. El trauma del nacimiento también es un concepto que aborda la medicina, aunque lo hace desde el punto de vista anatómico y fisiológico. La teoría de Otto Rank va mucho más allá y propone ese trauma inicial como el principal factor que define nuestra vida psíquica. Sus planteamientos, hasta el día de hoy, son fuente de polémica.
La vida psíquica fetal
Una de las fuentes de controversia en torno al trauma del nacimiento es la idea de que el cerebro del neonato no está suficientemente desarrollado como para registrar sus vivencias como un trauma, en el sentido estricto del término. Por supuesto que sufre al nacer, pero para muchos esto no da lugar a la determinación de la vida psíquica.
Sin embargo, hay estudios que dan cuenta de fenómenos psíquicos altamente complejos en la vida fetal. Uno de ellos es el que realizaron Nilsson, Rottmann y Lukesch. Estos investigadores estudiaron la vida intrauterina de fetos cuyas madres no deseaban embarazarse. De este modo encontraron una evidente relación entre este tipo de madres y bebés que al nacer presentaron las siguientes conductas:
- Síndrome de apatía. Deseo de dormir todo el tiempo y poca movilidad.
- Síndrome hiperactivo. El caso opuesto. Corresponde a niños que se excitan con facilidad y lloran mucho.
- Anomalías en los hábitos alimenticios.
- Niños con excesos de vómitos.
Estos investigadores concluyeron que el vientre materno no es un paraíso neutral. El feto es estimulado fisiológicamente por la madre, ya que percibe los cambios fisiológicos en ella. Todo esto repercute luego en su comportamiento. Por lo tanto, no sería descabellado pensar que dentro del útero también se gestan comportamientos posteriores.
El trauma del nacimiento
Otto Rank ubica el origen de la angustia en el trauma del nacimiento. Se debe recordar que la propia palabra “angustia” proviene de la raíz “angosto”. La primera dificultad que enfrenta el ser humano al nacer es precisamente la de atravesar el canal del parto, cuya principal característica es precisamente su angostura.
Hay investigadores que postulan que cuando el trauma del nacimiento es muy severo, la persona experimenta durante su vida adulta sensaciones parecidas a las que tuvo en el momento de nacer. Es el caso de quienes sienten taquicardias inexplicables, dolores de cabeza que se perciben como una fuerte presión en el cráneo y sensaciones de ahogo, entre otros. Todas ellas son sensaciones propias de los ataques de pánico.
De otro lado, Otto Rank también ve un fuerte componente afectivo en la separación del niño y su madre. Por lo tanto, el trauma del nacimiento no se limitaría solamente a las sensaciones físicas experimentadas, sino también a la pérdida de un estado ideal. Según Rank, eso nos marca y nos hace particularmente sensibles a todas las pérdidas en general.
La controversia
El trauma del nacimiento produjo una de las grandes rupturas en la historia del psicoanálisis. Pese a que Otto Rank era uno de los discípulos predilectos de Freud, las tesis de Rank desafiaban su concepto central de que el complejo de Edipo era el hecho fundador de la vida psíquica. Finalmente esto los distanció irreparablemente.
Las tesis del trauma del nacimiento de Otto Rank no han sido suficientemente difundidas. Aún así, gozan de aceptación entre un importante número de psicoanalistas, psicólogos y médicos. De hecho, muchos continuadores de la obra de Rank estiman que el trabajo terapéutico es como un volver a nacer, superando el trauma inicial.
Claramente son más sólidas la tesis de Freud. Sin embargo, también ahora sabemos que durante la vida prenatal y los primeros meses de vida, pese a que el sistema nervioso no se haya desarrollado por completo, las experiencias dejan huellas perdurables que marcan la forma de ser y hacer en los seres humanos.