El voluntariado cambió mi vida
El voluntariado es el trabajo desinteresado que muchas personas realizan para ayudar a una Comunidad o al medio ambiente libremente y por decisión propia, y sin obtener nada a cambio a cambio de la satisfacción que les proporciona el sentirse útiles en una causa acorde con su escala de valores, dando lugar a la creación de una nueva red de apoyo social, compuesta por personas ricas en espíritu y que comparten un mismo Compromiso Social.
Las 5 preguntas que debes hacerte
Antes de dejar que comience la magia, tómate tu tiempo para cerciorarte de que estás en el momento y lugar adecuados. Para ello, te proponemos 5 claves que te ayudarán a “darte cuenta” de lo que necesitas.
- REFLEXIONA: ¿cuáles son tus inquietudes?
- OBSERVA: ¿qué necesidades, qué problemas, qué iniciativas de acción solidaria existen en tu entorno?
- VALORA: ¿qué puedes aportar?
- TOMA CONTACTO: ¿cómo, dónde, cuándo… vas a colaborar?
- PARTICIPA: ¿cuál es mi rol en la organización?
Las opciones son infinitas y las dudas también lo serán, por ello ante la pregunta: ¿cómo empezar?, es fundamental ir cultivando nuestro interior para así convertirnos, con nuestra labor, en el reflejo del mundo en el que queremos vivir.
¿Cómo puedo ser voluntario/a?
Tanto a nivel nacional como internacional existen infinidad de iniciativas a nuestro alcance para formar parte de una causa social o medioambiental de nuestro interés (campos de trabajo nacionales e internacionales, el servicio de voluntariado europeo, otros voluntariados internacionales…).
Sin embargo, no hace falta ir lejos para ayudar a los demás y formar parte de algo que nos hace grandes, muy grandes. Un ejemplo de éxito solidariamente contagioso lo encontramos en Burgos, por primera vez en España.
Con el Proyecto Karma Kitchen se responde a la necesidad de alimentar los estómagos y corazones de las personas, donde tu cena fue un regalo de alguien que estuvo antes que tú. Así, para mantener la cadena viva tú decides con cuánto quieres contribuir para que puedan cenar también los que vengan detrás… ¡Ah! lo olvidaba, sus camareros/as te regalan su tiempo y sonrisa.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”
-Mahatma Ghandi-
Qué mueve a los jóvenes de hoy en día
Existe la falsa creencia de que los jóvenes únicamente tienen anhelos superficiales y cuyo fin es obtener beneficios y/o placeres a corto plazo. Este guión que la Sociedad reproduce en los medios de comunicación tiene más influencia de la que a primera vista pudiera parecer, llegando a perpetuar una forma de relacionarnos y reproducir lo que creemos que se espera de nosotros/as.
Pero… ¿realmente creéis que esto es cierto?. Es muy probable que el número de voluntarios/as en todo el mundo supere hoy los mil millones. Además, en ese “probable” se encierra la dificultad permanente de la medición del número de voluntarios y del valor generado por estos.
“Dicen que los jóvenes tenemos inquietud, que en algún momento de nuestra vida abrimos los ojos y queremos volver a sentirnos parte de los que estamos viendo”
-Leticia García-
Voluntariado por egoísmo o por altruísmo
Cuando actuamos egoístamente, bajo la falsa creencia de que el universo gira a nuestro alrededor, nuestras expectativas acaban volviéndose en nuestra contra. Así, es probable que nos invada un torrente de pensamientos negativos que nos hagan sentirnos poco o nada valorados por nuestro entorno. Sin embargo, al darnos a los demás, nuestra autoestima se refuerza y nos invade una sensación de felicidad y realización personal, por tanto, “sale a cuenta” darse a los demás.
No es casualidad que las personas voluntarias, cooperantes o misioneros/as ejemplifiquen con su forma de actuar un espíritu abierto a la vida, resolutivo y esencialmente feliz. El hecho de saberse importantes para la causa o Comunidad a la que dedican sus conocimientos y tiempo, les refuerza la autoestima y autoconcepto, dando lugar a una agradable sensación de plenitud y coherencia personal.
“Lo que les des, te lo das. Lo que no les des, te lo quitas”
-Alejandro Jodorowsky-
Nos encontramos ante un cambio de paradigma fundamental. Desde la perspectiva egoísta, el foco se encuentra en nuestras carencias o debilidades, mientras que desde el acto altruista, son nuestras fortalezas las que salen a flote. Y es a través de esas potencialidades, como cualquier esfuerzo invertido en los otros te beneficiará a ti en primer lugar, ya que dará lugar a un proceso de constante crecimiento y enriquecimiento a nivel emocional, social y físico.
El mundo que se transforma es también el tuyo, no importa a qué colectivo este destinado.
Y tú, ¿qué esperas de la vida?
Tú tienes la oportunidad de cambiar lo que te rodea, tu mundo.
Dí sí a la vida, di sí al voluntariado y en él tienes una gran oportunidad para hacerlo…
Para acabar, os dejamos el ejemplo inspirador de Leticia García, una chica de 17 años, que nos cuenta como su vida dio un vuelco desde que se convirtió en coordinadora del voluntariado para una Fundación con sede en Madrid que cuida a niños con enfermedades raras: