¿Qué es una emoción y cómo nos influye?

Ira, alegría, miedo, tristeza, asco y miedo son algunas de las emociones básicas que experimentamos a lo largo de la vida. Conoce qué son las emociones, cómo nos influyen y otras muchas curiosidades sobre ellas.
¿Qué es una emoción y cómo nos influye?

Escrito por Marcelo R. Ceberio

Última actualización: 21 julio, 2020

En líneas generales, los seres humanos tenemos una serie de emociones básicas, tal y como lo representaron en la película Inside out. Ahora bien, el hecho de que las tengamos no quiere decir que necesariamente conozcamos todo sobre ellas, ¿o sí? ¿Sabrías explicar qué es una emoción?

Siempre se han relacionado las emociones con el cerebro antiguo, lo que se llama arquicortex o el cerebro primitivo: el sistema límbico, que está formado por diversas estructuras cerebrales (tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, séptum, mesencéfalo y cuerpo calloso). Estas provocan respuestas orgánicas y fisiológicas ante la presencia de estímulos emocionales.

El sistema límbico interacciona muy velozmente con el sistema endocrino y el sistema nervioso autónomo y, en general, no median estructuras cerebrales superiores de la neocorteza. Por ello, está relacionado con la atención, la memoria, la conducta y los instintos sexuales. 

Esto es territorio de estudio de la psicoinmunoneuroendocrinología (PINE), que estudia los vínculos entre cuatro sistemas: mente, sistema inmunitario, sistema nervioso central y endocrino. Lo más interesante de todo, es que las emociones son el punto de convergencia.

Hay una infinidad de modos en que el sistema nervioso central y sistema inmunitario se comunican: caminos biológicos que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no estén separados, sino íntimamente interrelacionados.

Los mensajeros químicos que operan más ampliamente en el cerebro y en el sistema inmunitario son aquellos que son más densos en las zonas nerviosas que regulan la emoción.

¿Qué es una emoción?

Una emoción es un estado afectivo, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras.

Las emociones básicas descriptas por Darwin (1955) tienen un carácter adaptativo y están compuestas por: la ira, la alegría, el asco, la tristeza, la sorpresa y el miedo. A estas, Ekman y Friesen (1969, 1971, 2003) agregaron el deprecio.

Las 6 emociones básicas Darwinianas.
Las 6 emociones básicas Darwinianas.

¿Las emociones están con nosotros desde que nacemos?

Sí. Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones primarias como el miedo, el enojo o la alegría. Basta observar a los bebés para darnos cuenta que estas emociones son biológicas, ya vienen en nuestro envase desde el nacimiento y después se perfeccionarán con la interacción social.

Algunos animales comparten con nosotros esas emociones tan básicas. Sin embargo, vale la pena destacar que estas en los humanos se van haciendo más complejas gracias al lenguaje. Esto se debe al uso de símbolos, signos y significados, junto con el lenguaje paraverbal, la comunicación y expresión emocional.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que existen matices y que cada quien experimenta cada una de las emociones de forma particular , según sean sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Por esto mismo, no todas las personas manifiestan alegría o asco de la misma manera.

¿Las emociones influyen en los cuatro sistemas?

Como veníamos comentando, mientras que algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, otras pueden adquirirse. Estas emociones primarias producen efectos en los sistemas. 

La emoción del miedo nos permite defendernos o anticiparnos de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad; mientras que la sorpresa produce sobresalto, asombro, hasta desconcierto, es muy transitoria y permite dar una aproximación cognitiva para saber qué es lo que sucede en un ambiente determinado ampliando el campo perceptivo.

La aversión se expresa mediante el disgusto o el asco, y solemos alejarnos del objeto que nos produce rechazo, entonces nos protegemos; la ira es la rabia, el enojo, el resentimiento, la furia, la irritabilidad, –sin llegar a extremos– la que posibilita poner límites y es motivadora.

La alegría implica diversión, euforia, gratificación. El estar contento provoca una sensación de bienestar, de seguridad e induce a compartir y relacionarnos. Y por último, la tristeza se puede expresar como pena, soledad, o pesimismo, y permite la introspección y la reflexión.

Una emoción, como la alegría o la tristeza, la vergüenza o simpatía, es un complejo repertorio de respuestas hormonales y neuronalres y neurotransmisores que forman un patrón distintivo. Estas respuestas son producidas por el cerebro cuando detecta un estímulo emocionalmente competente. O sea, puede ser un objeto (cosa, persona, animal o situación) real o producto de la rememoración, que desencadena la emoción.

Las respuestas son automáticas. Las características del objeto pueden producir una emoción determinada, pero también se puede imaginar o al objeto real proyectársele (cognitivamente, por asociación) un significado que produce como resultado la emoción. Esto demuestra que la memoria o la imaginación tienen tanto poder como la imagen real. 

“Los hombres no se perturban por las cosas, sino por la opinión que tienen de estas”.

-Epicteto-

¿Existe universalismo de las expresiones faciales?

Por otra parte, algunas de las investigaciones de Paul Ekman –el gran investigador del lenguaje no verbal y las emociones– han incluido el estudio intercultural de las expresiones faciales (Ekman y Friesen, 1971).

La investigación consistió en presentar un número de fotografías que mostraban a niños o adultos expresando en su rostro alguna emoción básica. Los resultados arrojaron que el 70 % de los participantes podían juzgar y categorizar correctamente cada una de las emociones de las fotografías.

Solamente la expresión del miedo fue confundida con la expresión de sorpresa. La mayoría de las personas de la muestra reconocieron correctamente cada expresión emocional, más allá de la cultura y de sus capacidades educativas. Este tipo de estudios, en suma, permitió a Ekman y su equipo concluir que para cierto número de emociones su reconocimiento podía darse de forma universal, con independencia de la cultura (Zerpa, 2009).

Interesante conclusión, puesto que habla de que las emociones básicas poseen cierto universalismo que trasciende la singularidad de las culturas, más allá de las particularidades que le otorgan algún sesgo anexo.

Bolas con caras de emociones
Ciertas emociones son reconocidas por la mayoría de las personas, independientemente de la cultura a la que pertenezcan

¿Las emociones y los sentimientos son lo mismo?

Tanto las emociones como los sentimientos constituyen la plataforma de la relación social, de la supervivencia y de la toma de decisiones en la que se involucra el razonamiento. A pesar de que siempre se los emparenta, es importante también diferenciar las emociones de los sentimientos.

Mientras que las emociones son espontáneas y asociadas al universo biológico, los sentimientos refieren a fenómenos más complejos puesto que intervienen factores cognitivos. 

Según el neurocientífico Antonio Damasio, la evolución asoció la maquinaria cerebral de la emoción y el sentimiento en etapas. Primero fue la maquinaria para producir reacciones a objetos, personas y situaciones. A posteriori, se desarrolló el mecanismo para producir un mapeo cerebral y obtener una representación mental del estado resultante del organismo: los sentimientos.

Así, mientras que las emociones posibilitaron actuar efectivamente frente a las circunstancias desfavorables que plantea la vida en pos de la supervivencia, l os sentimientos introdujeron una alerta mental, un sentir en el cuerpo y potenciaron el impacto de las emociones al afectar de manera permanente la atención y la memoria.

Además, conjuntamente con los recuerdos, la imaginación y el razonamiento, los sentimientos posibilitaron la producción de respuestas nuevas, no estereotipadas. Entonces, en el principio fue la emoción, pero es importante recordar que junto con la emoción el organismo produce una acción.  

Este análisis de Damasio, podría reafirmar que los sentimientos son producto de las interacciones en el tiempo de relación y se entremezclan con escalas de valores, esquemas de creencias, funciones, y todo un universo de atribución de significados.

Amor, celos, envidia, violencia, soledad, entre otras, implican procesos de relación y condiciones de atribución de significados, con lo cual, entramos en el territorio de los significados. De tal manera que el universalismo de los gestos correspondientes a cada una de las emociones básicas es inconfundible, mientras que los sentimientos se particularizan de acuerdo a cada persona.


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