Encuentra lo que amas y deja que te mate
La mente corrompe el amor, pensar en lo que supone el amor lo convierte en un problema. Necesitamos atribuirle un significado intelectual. Pero encontrar lo que amas va mucho más allá de comprender mediante la razón. Te invito a que lo sientas, lo vivas y experimentes.
Nuestros pensamientos se encargan de hacer todo lo que es bello y sublime un problema, nos complicamos la existencia a través del control e intentar darle un significado a todo. Buscamos la comodidad, el confort, la seguridad y la estabilidad; y nos perdemos en esa búsqueda sin sentido, que no nos permite ver y aceptar la vida tal y como es.
Vivimos en el miedo a perder lo que creemos que es nuestro, vivimos en el temor, creyéndonos que podemos evitar el dolor; no sentir las viejas heridas. Y tenemos la ilusión de que podremos escapar del sufrimiento, cuando lo único que conseguimos es huir de nosotros mismos.
“Me doy cuenta que si fuera estable, prudente y estático viviría en la muerte. Por consiguiente, acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluída, perpleja y excitante.”
-C. Rogers-
La vida es un regalo
Lo que amas se encuentra en todas partes, no es necesario lanzarse a su búsqueda. El amor surge cuando tenemos el coraje de apartar nuestras actitudes mentales que deterioran todo lo que observamos. Ser capaces de admirar las cosas tal y como son, sin el intento constante de darle una explicación.
Tenemos la capacidad de quedarnos asombrados y admirados ante la belleza de las personas, del arte, de la naturaleza, ideas, actitudes, olores, sabores, caricias, palabras… Contemplar y sentir la belleza supone calmar nuestra mente y abrirnos a las sensaciones. Experimentar a través de nuestros sentidos y no a través de nuestro razonamiento.
Los miedos, las creencias, las exigencias, la incertidumbre, las expectativas; vamos cargados con un repertorio de elementos que nos impiden sentir que la vida es un regalo. Solo si aprendemos a calmar nuestra mente y nos dejamos llevar ante las sensaciones sin ningún temor, podremos comprobar realmente lo hermoso que es todo. Porque encontrar lo que amas puede resultar más sencillo de lo que imaginas.
“Hacia donde miremos, encontraremos que los verdaderos obstáculos para la paz son la voluntad y los sentimientos de los hombres, las convicciones humanas, los prejuicios y las opiniones. Si queremos librarnos de las guerras, tendremos antes que librarnos de todas sus causas psicológicas.”
-Aldous Huxley-
Experimentando la pasión por lo que amas
En nuestras vidas todas las personas hemos experimentado esta belleza inocente, en nuestra etapa infantil fuimos portadores de los más valiosos secretos de nuestra existencia: la capacidad de asombrarnos, de admirar todo lo que nos rodea, y el entusiasmo por explorar y experimentar. Siendo capaces de observar sin intervenir.
En la etapa adulta se va deteriorando todo nuestro repertorio esencial con el que comenzamos para aprender a amar la vida. Existen muchas barreras mentales que hemos ido creando, y ponemos muchas trabas para descubrir aquello que amamos.
“En la pasión no hay exigencia, por eso no hay lucha; en la pasión no existe la más leve intención de realizarse, por tanto, no hay frustración ni dolor alguno. La pasión es libertad del “yo”…, en consecuencia, la pasión es la esencia de la vida, la pasión es esa cosa que se mueve y vive, pero si el pensamiento interviene con todos lo problemas del logro y la posesión, entonces la pasión cesa.”
-Krishnamurti-
El amor es un estado de ser
Es tu estado de ser, lo que has aprendido a través de tu experiencia, el cómo te has ido relacionando, la actitud que tienes ante la vida, el trayecto que has recorrido y tu crecimiento personal; lo que permite que encuentres lo que amas. Y cuando lo haces una energía rebosante te colma y llena de pasión.
Es la pasión por lo que hacemos lo que llena de amor nuestro día a día, la pasión con la que nos relacionamos, la pasión con la que disfrutamos de lo que nos gusta. La pasión por la vida es un estado en el que sentimos la dicha plena y el éxtasis de cada instante.
Por eso, encuentra lo que amas, sumérgete en ello y déjate contagiar por toda su esencia.
Merece la pena experimentar esa pasión por la vida, aunque sea unos instantes. Observar la belleza de las cosas sin compararlas con nada, sin intervenir, sin la necesidad de dar una explicación o un nombre; simplemente observar, admirar, disfrutar y amar.
Lo que está ocurriendo, es lo mejor que podría pasar
Existe un refrán del budismo zen cuya esencia radica en que “lo que está ocurriendo, es lo mejor que podría pasar”. Aceptar lo que ocurre es un acto de amor con la vida y con nosotros mismos. La aceptación como un acto de tener en cuenta todo lo que ocurre y tomar decisiones, es la mejor forma estar coordinados con la vida. Sin embargo, si interaccionamos con la realidad a través de nuestros condicionamientos, no acabaremos de fluir.
La aceptación no es un estado de pasividad. El lema de la aceptación no es, “que pase lo que tenga que pasar”. Más bien se podría definir como “esto es lo que ha ocurrido, ahora veré qué hago”. Para ello es fundamental saber que existen dos tipos de hechos: los que podemos controlar y los que no. Los que no podemos controlar, no tiene sentido preocuparnos, nos resta demasiada energía. Por otro lado, los que sí podemos controlar, los controlamos.
La aceptación, el amor y fluir con la vida van de la mano. De esta forma en lugar de resistirnos a todo aquello que ocurra, ajustaremos las velas y podremos navegar por la existencia con paz, serenidad y armonía.