Aaron James y su ensayo sobre "la imbecilidad"
El célebre escritor de best sellers terroríficos Stephen King lo tiene claro, para él, “Trump es un imbécil sin idea de cómo funciona un gobierno”. Pero el estudio de este personaje y otros similares va más allá. Tanto es así que un filósofo de la talla de Aaron James le ha dedicado su ensayo de la imbecilidad.
Aaron James es doctor en Filosofía en la Universidad de Harvard y profesor titular en la Universidad de California. Hasta la fecha, gran parte de sus ensayos se han centrado en el mundo de la imbecilidad y similares. Al fin y al cabo, ya que hay tantos estudios que versan sobre las bondades del ser humano, ¿por qué no ahondar también en sus miserias?
Ensayo de la imbecilidad
Con el tiempo, Aaron James se ha convertido en toda una autoridad en el campo que se empieza a conocer como “imbeciliología”. Según el filósofo, el nuevo presidente norteamericano encarna bien los valores de lo que se considera un imbécil, de ahí que le haya dedicado su último libro, “Trump: ensayo sobre la imbecilidad”.
Sin embargo, la utilidad de este ensayo va mucho más allá de una disertación sobre la figura del magnate neoyorquino. A través de su narración didáctica y sencilla, nos plantea problemas muy actuales. Al fin y al cabo, ¿quién no tiene un amigo, familiar o conocido al que considera “un poco imbécil”?
Así que James nos presenta una guía a modo de mapa para reconocer personalidades peligrosas. En este sentido, hemos de fijarnos en perfiles con baja o nula empatía, irreflexivos, voraces, furiosos o con una autoestima totalmente desaforada.
Mapa sobre la imbecilidad
Entroncando con el ensayo de la imbecilidad propuesto por James, podríamos elaborar un sencillo mapa con una serie de puntos básicos que definen la personalidad del imbécil. Vamos a conocerlos de forma breve:
- James considera el comportamiento del presidente como el de un “bobo”. Este detalle es distintivo, pues le sirve para tener éxito económico, pero también le facilita la conversión a déspota capaz de consentir actitudes violentas.
- El imbécil para reafirmarse hace notar su poder. Compara su valía con su dinero y su capacidad para influir en la vida de los demás. Así, se ve como un “pez gordo”.
- Se reconoce al imbécil por su forma de hablar. Lo hacen con rapidez, no siempre acaban la frase y se presentan ante su auditorio creando suspense.
- Otro detalle que observamos en este tipo de perfiles se refiere a sus gracias. Su visión parcial del mundo hace que no se de cuenta de todo cuanto acontece a su alrededor, pero a su auditorio le suele parecer divertido.
- Es curiosa su visión crítica. Les verás hablando mal a diestro y siniestro. Vilipendian de forma extravagante, sin refinamiento y sin un objetivo concreto ni un discurso bien hilvanado. En definitiva, se les puede considerar como embusteros y charlatanes.
“Los hombres que alaban siempre son o simples o bajos; los que no alaban nunca son o imbéciles o envidiosos”
-Jaime Balmes-
Otros detalles básicos sobre la imbecilidad
Para completar esta definición, tenemos que tener en cuenta otros detalles:
- Es difícil distinguir cuándo el imbécil cuando habla en serio. Normalmente son maestros de entretenimiento, por lo que no se sabe si dicen algo real o son simples tonterías.
- Si se contraría, el imbécil habla con mayor vehemencia y se reafirma en su falsedad. Es más, puede llegar a afirmar con convicción total que no dijo lo que realmente dijo. De hecho, muestra tal confianza que no es fácil rebatir sus argumentos, aunque en realidad no tienen un peso específico.
- En general, el imbécil no necesita conocer un tema en profundidad para hablar de él con total seguridad. No sabe los hechos, pero una simple noción le sirve para asegurar que tiene toda la razón.
- Curiosamente, James considera a los imbéciles del estilo de Trump como inconscientes. No son manipuladores, intrigantes o cínicos, pues su capacidad no les llega para tanto. Simplemente tienen un amor propio excesivamente inflamado e irreal.
- Las opiniones sobre temas complejos suelen ser muy simples. Así que no es difícil distinguir en ellos el racismo, la xenofobia o el sexismo.
“El que confía en imbéciles, termina comportándose como un imbécil”
-Paul Auster-
Parece evidente que el ensayo de la imbecilidad retratado por Aaron James está muy bien delimitado. Por ello el filósofo muestra un cuadro muy identificable no solo en Donald Trump, sino en muchas personas que a buen seguro conocemos o hemos conocido en algún momento.