Entrevista a Óscar González: "El amor es una experiencia sumamente gratificante para el ser humano"
¿Qué es el amor? La respuesta a esta eterna pregunta nos la han dado desde filósofos, poetas, escritores, psicólogos hasta neurocientíficos. Tal vez, este concepto universal sea una alquimia fabulosa que todo lo trasciende, que lo inunda con su singular magnetismo y significado.
Ahora bien, para Óscar González, consultor de pareja y formador en Inteligencia emocional, el amor es básicamente lo que nos permite desarrollarnos a plenitud como seres humanos . Sin embargo, ese camino de crecimiento no está exento de dificultades. Abundan las falsas expectativas, los miedos, la falta de límites, la dificultad para regular emociones, etc.
Uno de nuestros mayores anhelos es lograr que nuestras relaciones de pareja prosperen . Queremos alcanzar el bienestar entre dos y construir un compromiso auténtico con la persona que amamos, pero ¿cómo hacerlo? ¿Hay una estrategia concreta para ello?
En el amor no hay fórmulas mágicas . Hay trabajo, voluntades y el hilo de la Inteligencia emocional bordando la relación. Hablamos de ello con Óscar González.
“Es muy importante, fundamental, que los miembros de la pareja eviten dejarse arrastrar por emociones negativas cuando discuten. Que sus discusiones no se conviertan en peleas lamentables”.
-Óscar González-
¿Qué es el amor? Entrevista a Óscar González
A Óscar González le fascina el alma humana, y por ello, estudió Filosofía . Ahora bien, toda mente inquieta y apasionada por el conocimiento, las emociones humanas y las relaciones, siempre desea ir mucho más allá. De ahí, que estudiara también dramaturgia y artes escénicas.
En la actualidad es un reconocido consultor de pareja , formador en Inteligencia emocional, comunicador interpersonal y fundador de Universo Parejas. Óscar González empodera personas y ayuda a centenares de clientes de España y Latinoamérica.
Asimismo, facilita estrategias para encontrar pareja, reorienta y asesora a hombres y mujeres para revitalizar sus relaciones y ofrece habilidades para encarar la vida tras una ruptura. Lo más importante en el amor, en palabras del propio Óscar González, no es que nos amen mucho, es que nos amen bien .
En nuestra entrevista con él profundizamos en aspectos tan interesantes como los desafíos en la pareja actual , las emociones en el seno de la relación o cómo alcanzar el bienestar con la persona que amamos.
P. ¿Qué es el amor?
¡Vértigo! Esto es lo que me causa una pregunta como esta. ¡La gama de enfoques y posibles respuestas es tan amplia!
La neurociencia responde desde redes neurales, hormonas y neurotransmisores. La antropología desde la adaptación exitosa al entorno de nuestra especie con el objetivo de perpetuarse. La mística desde el éxtasis causado por la vivencia de unión con el “todo”. Y así podemos seguir con el arte, la filosofía y demás disciplinas del saber.
Se puede amar a la vida, a la naturaleza, a uno mismo, al otro (por medio del altruismo, el deseo sexual, la voluntad de cuidar…) ¡En fin, que el tema es complejo!
¡No por ello voy a dejar de responder! El amor es una experiencia sumamente gratificante que el ser humano necesita para desarrollar su potencial. El amor nos hace humanos.
Si a un bebé se le priva de él, es muy probable que su capacidad cognitiva resulte comprometida. Si a un adulto se le priva de él, es muy probable que acabe enfermando. El amor es salud. Es vida.
A mí me interesa, especialmente, el amor compuesto de intimidad, interdependencia y compromiso que establece una pareja. Estos elementos funcionan como pilares sobre los que se edifica una cultura de cariño, respeto y admiración que facilita un vínculo emocional positivo.
Y, entre otras cosas, permite a la pareja capear situaciones y momentos difíciles de manera exitosa. Fortaleciendo, a su vez, el sentido profundo de su proyecto de vida compartido.
P. ¿Puedes hablarnos del amor en la actualidad?
Si me ciño al ámbito de la pareja y tengo en cuenta las estadísticas sobre matrimonios y divorcios publicadas por el Instituto Nacional de Estadística, tengo la sensación que las parejas que envejecen juntas disfrutando de una relación de bienestar, son una especie en peligro de extinción. Tengo la sensación que este tipo de amor se está convirtiendo en objeto de culto. En lugar de moneda de cambio.
Son tantos los factores que obstaculizan hoy en día que una pareja pueda vivir “hasta que la muerte los separe” su historia de amor, que creo necesaria una labor de prevención. Una labor educativa. Que facilite a las personas, ya en la escuela, la obtención de recursos de inteligencia emocional y de comunicación que les permita afrontar una relación de pareja con más posibilidades de éxito.
P. ¿Cómo protegerse de las falsas expectativas del enamoramiento?
Siendo conscientes, en primer lugar, de lo que implica el enamoramiento. Es decir, un subidón de hormonas, altamente gratificante, que transforma nuestro estado mental y fisiológico.
De tal manera que facilita que nos “obsesionemos” con esa persona por la que sentimos un fuerte apego. Y puede llevarnos a no hacer caso de las posibles “alarmas” que nos pueda causar su comportamiento. Produciéndose la típica situación de no hacer caso a aquellos más cercanos a nosotros, que nos avisan que perciben una realidad distinta a la nuestra.
Siendo conscientes de esto. Al inicio del enamoramiento, especialmente, conviene hacer el ejercicio de tomar distancia y observar a nuestro amado o amada. Observar cómo trata a sus amigos, a los demás, si suele ser una persona con una perspectiva negativa de la vida y de las situaciones, si “se come la cabeza” fácilmente, si concuerda lo que dice con lo que hace o lo que dice con cómo lo dice… Si comparte nuestros valores, inquietudes espirituales, manera de pensar y sentir…
Creo necesario tener el coraje de preguntar y escuchar atentamente la respuesta que el otro nos pueda proporcionar. En lugar de no hacerlo por temor o creerlo inapropiado y dejar que sea nuestra imaginación quien formule una posible respuesta. Si tenemos una inquietud, verbalicémosla.
“He observado que sueles echar monedas a las máquinas tragaperras” (es una observación que funciona como pregunta abierta). Tras su contestación, puede que tengamos que preguntar: “¿Cuánto echas al día? ¿Desde cuándo echas monedas?…”
Y por último, tener claro qué tipo de persona queremos a nuestro lado. Qué tipo de persona cubrirá nuestras necesidades. De esta manera evitaremos en gran medida juntarnos con quien no nos conviene y no caeremos en la trampa del “ya cambiará estando conmigo”, si no las cumple.
Tengamos en mente que las personas cambian por voluntad propia, no porque nosotros les insistamos.
Si queremos o necesitamos a nuestro lado alguien con hábitos saludables, mal empezamos si nos dejamos llevar y nos juntamos con alguien que fuma marihuana mientras va tomando chupitos de tequila, para relajarse.
P. ¿Crees que las parejas duran menos que antes? ¿A qué es debido?
Para mí, esto es claro. Y es así por varios factores. Quiero destacar tres. El primero de ellos es que en una sociedad democrática como la nuestra existe una legislación que facilita la rescisión del contrato matrimonial. No solo no está prohibido el divorcio, sino que está aceptado socialmente. Esto es clave.
El segundo factor es el hecho que la mujer ha accedido masivamente a la educación superior y al mercado laboral. La independencia económica que obtiene le supone, además de autoestima y autoconfianza, libertad de movimiento. Le proporciona poder de decisión y actuación. Ya no tiene por qué permanecer al lado de quien no quiere estar.
El tercero es el impacto de internet en nuestras vidas. Las posibilidades de conectar con otras personas se ha multiplicado exponencialmente en cuestión de pocas décadas. Han proliferado, por ejemplo, una gran cantidad de páginas web y aplicaciones dedicadas a poner en contacto a las personas para tener relaciones sexuales esporádicas.
Y lo mismo con personas que quieren tener una relación estable. Sea como sea, en el inconsciente se instala la idea de “usar y tirar” o, en su defecto, “Si no me encaja del todo, seguiré mirando el catálogo”.
El filósofo Zygmunt Bauman en su obra Amor líquido advertía de la mercantilización del amor. Y de que en las sociedades altamente tecnificadas como la nuestra, las “conexiones” entre las personas estaban desbancado a las “relaciones”. Y si algo caracteriza una “conexión”, es su provisionalidad. Todo ello nos hace menos resilientes. Menos propensos a tener mentalidad de corredor de fondo en nuestras relaciones.
P. ¿Qué hacer cuando la rutina aparece?
Si la rutina es positiva, motivadora y enriquecedora, disfrutarla. Si es negativa, desmotivadora y empobrecedora, cambiarla. ¿Y cómo la cambiamos? No resignándonos a la situación y proponiendo alternativas.
Si queremos que algo cambie, seamos nosotros quienes tomemos acción para generar ese cambio. No esperemos a que la cosa vaya a peor. O a que sea el otro quien tome la iniciativa.
Pensemos cómo nos gustaría que fuera la situación, qué pasos debemos dar para llegar a ella y ejecutarlos.
P. ¿Cómo fortalecer la relación de pareja?
Practicando sexo placentero para ambas partes . ¡Muy importante! La oxitocina y dopamina que este tipo de actividad genera, potencian de manera significativa el vínculo emocional de la pareja. No perdamos de vista que si algo define una relación de pareja es la actividad sexual.
Cultivando la amistad, el respeto y la admiración mutua . A través del establecimiento de una serie de hábitos afectivos y de comunicación que facilitan que los pensamientos y sentimientos positivos acerca del compañero y la relación pesen más que los negativos. Que siempre los hay, por más bien que se lleve la pareja.
Yo siempre digo que si quieres mantener una sana relación de pareja, empieza con un beso, un abrazo y un buenos días. Y a partir de ahí vete añadiéndole acciones y comportamientos que envían un claro mensaje a tu compañero de que te importa y lo reconoces.
Diseñando un proyecto compartido que ilusione o pueda ilusionar a ambos . Que aporte sentido tanto a los miembros de la pareja como a la relación. Un ejemplo mundano pude ser el de escoger una serie de fotos de entre las miles que se tengan en un disco duro y diseñar unos álbumes.
Entre otras cosas, esta actividad permite rememorar a la pareja partes de su historia compartida. Y quien dice esto dice tener un hijo, preparar un viaje, implicarse en un voluntariado, etc.
P. El amor todo lo excusa, ¿hasta qué punto es cierto?
Simplemente es falso. No hay “amor” que justifique el maltrato psicológico o físico, por ejemplo. ¡Mucho cuidado con creencias que forman parte del refranero popular del tipo, “quien bien te quiere te hará llorar”!
P. Amarte a ti, amar a los demás, ¿qué hay que hacer primero?
Hoy en día la tendencia es a responder casi automáticamente, “amarse a uno mismo, por supuesto”. Yo, en cambio, creo que ambos ámbitos se retroalimentan.
Si amas a los demás, esa interacción muy probablemente te aportará una gran cantidad de energía y experiencias positivas que van a facilitar que te ames a ti mismo. Que tengas una autoimagen positiva de ti mismo. Y viceversa.
Es cierto que la autoestima es básica para la salud mental y la buena salud de nuestras relaciones. Otra cosa es interpretar el “amarse a uno mismo” como conditio sine qua non para poder amar sanamente a otra persona o los demás.
Yo puedo decir que si hubiera tenido que esperar a “amarme a mi mismo” del todo, no estaría felizmente casado desde hace más de una década y disfrutando de mis dos hijos, por ejemplo. A día de hoy sigo lidiando con mi voz interna castigadora.
P. Las emociones en la relación de pareja, ¿puedes hablarnos sobre ello?
¡Este tema también es complejo! Así que voy a focalizarme en la importancia de la regulación emocional.
Es muy importante, fundamental, que los miembros de la pareja eviten dejarse arrastrar por emociones negativas cuando discuten. Que sus discusiones no se conviertan en peleas lamentables. Si la negatividad escala de manera habitual en las discusiones, la pareja tiene poco futuro por delante.
Así pues ser capaz de autorregularse emocionalmente, de echar el freno de mano emocional a tiempo, vale su peso en oro. A ello ayudan las siguiente tres factores:
- Tener claros qué límites uno no quiere cruzar ni que el otro cruce. Por ejemplo ridiculizar, amenazar, romper objetos o agredir físicamente.
- Tomar conciencia de nuestro cuerpo mediante la respiración, por ejemplo. Con esto facilitamos lo que yo llamo una “toma de tierra aquí y ahora”. Liberamos ancho de banda de nuestra mente que hasta ese momento ha estado ocupado con pensamientos estresantes.
- Saber decir “¡basta!”, “¡dejémoslo aquí!” o “¡necesito despejarme, no puedo con tanta negatividad!”. Y de esta manera no sobrepasarnos emocionalmente.
En cuanto notemos que el malestar nos puede, hagamos ese ejercicio de autocuidado. ¡También es importante ayudar al otro a regularse emocionalmente, por supuesto!
Si vemos que nuestro compañero está sobrepasado y bloqueado, seamos compasivos. Aplacemos la discusión para cuando esté relajado. Con lo que llevamos a cabo una muestra de respeto y cariño.
De lo que se trata es de rescatar nuestra mente del secuestro emocional causado por el cortisol, la “hormona del estrés”. Que limita nuestras capacidades cognitivas.
P. Por último, ¿puedes darnos algunas claves para que prospere el amor y el bienestar en la relación de pareja?
Soy de la opinión que conseguir aquello que merece la pena en esta vida, requiere de esfuerzo. Disfrutar de una relación de pareja motivadora y positiva no es cuestión de suerte. Es cuestión de propósito y compromiso.
Comparto cinco claves que te van a permitir que el amor y el bienestar prosperen en tu relación de pareja:
- Focalízate en lo que de positivo tiene y te aporta tu compañero o compañera. Valóralo. Es importante no perder de vista lo que de bueno tiene nuestra pareja. Porque nuestra mente es fácilmente presa del sesgo de negatividad.
Si además verbalizamos nuestro reconocimiento, lo que hacemos es predisponer al otro a reiterar esa acción, conducta o comportamiento que nos resulta gratificante.
- Muéstrale agradecimiento por aquello que hace por ti. A diario. No des las cosas por hechas, por sentadas. Si viene de hacer la compra y ha comprado el jamón que a ti te gusta, dale las gracias. Por más que sea lo habitual. Es una oportunidad que aprovechas para establecer una conexión emocional.
- Reservad media hora al día, siempre que sea posible, para compartir cómo os ha ido el día. Para tratar temas ajemos al ámbito de la pareja, como pueda ser lo que ha sucedido en el trabajo. De esta manera reduciréis estrés. Y lo más importante, evitaréis que problemas externos a vuestra relación la acaben afectando negativamente.
- Afrontad las tareas domésticas, la gestión del hogar y las responsabilidades familiares con mentalidad de equipo. Hay que implicarse de tal manera que ningún miembro acabe sufriendo el síndrome de carga mental. ¡Por supuesto aquí hago un llamamiento a los hombres a tomar conciencia del asunto y actuar!
- Y por último, y no por ello menos importante, fomentad una sexualidad satisfactoria para ambos. Lo que signifique “satisfactorio” depende de cada cada cual. Lo que quiero destacar es que tanto si se trata de un “aquí te pillo aquí te mato” para descargar energía, como si se trata de una sesión de profunda conexión emocional, todo es positivo. Repercute favorablemente en el vínculo emocional. Y el futuro de la pareja.