Este corto explica cómo funciona el amor
El amor llega sin avisar. Primero de manera eufórica, creando ideales y expectativas. Después, tras su vuelta a la realidad, decide si quedarse contigo o por el contrario, marcharse.
Así es el amor, caprichoso en sus comienzos, confuso durante su crecimiento pero protector, cálido y seguro cuando se construye desde la confianza, la comunicación, el respeto, la autenticidad y el afecto. De hecho, si sus pilares no son estos, el amor puede deambular entre la dependencia, el maltrato o el desprecio, como podemos observar en el corto que podéis ver al final de este artículo.
“Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.”
-Sam Keen-
El peligroso enamoramiento
Un buen día de repente te descubres a ti mismo enamorado. Sin saber cómo ni por qué, tus pensamientos han comenzado a girar alrededor de una persona que poco a poco has ido viendo como especial, única y diferente.
No solo es su sonrisa, sus gestos o la forma que tiene de mirarte. Tampoco cómo se expresa o qué habilidades y valores tiene, es todo a la vez. Lo curioso es que, así como para nosotros tiene ese encanto especial, para el resto de personas ese alguien a quien admiramos se encuentra dentro de la “normalidad”.
Pero ¡cuidado! el enamoramiento también tiene su vertiente negativa: el autoengaño. Cuando nos enamoramos es como si echáramos un largo manto que cubriera las imperfecciones de la persona que nos atrae, haciéndolas totalmente invisibles para nuestros ojos. De esta manera, la imagen que vemos del otro es un ideal que con el paso del tiempo iremos desmontando.
Así, cuando este mágico manto comienza a desaparecer nos enfrentamos a un verdadero reto: descubrir la realidad de la otra persona. Momento en el que podemos decidir si seguir compartiendo nuestro andadura con ella o por el contrario, no hacerlo.
La relación es construcción de dos
Una relación se mantiene por el esfuerzo de sus participantes al igual que el éxito de una pareja de bailarines se refleja en sus entrenamientos, destinados a que su actuación brille en el escenario. Por eso, si dejamos a la deriva nuestra relación de pareja probablemente se acabará perdiendo en un océano de desgana, incertidumbre e inercias.
Compartir sentimientos en una relación requiere apostar por seguir creciendo juntos con empeño.
Pero tampoco vale que solo uno de los miembros de la pareja se haga cargo, pues el amor requiero de dos para que dé sus frutos. Si solo una parte hace su trabajo, al igual que en el baile la armonía no aparecerá y se notará inevitablemente en la coordinación de sus participantes. Algo así ocurre con nuestros personajes, el descuido y la despreocupación por parte de él, generan sentimientos contrariados, reproches y desilusión.
La relación es el lienzo invisible donde la pareja dibuja sus pasos que definirán un boceto o una pintura enmarcada en un cuadro
Amar o depender
Bajo la fuerza del enamoramiento podemos caer en la dependencia. ¿Cómo? Nuestro personaje del corto nos lo muestra: entregando su corazón y la otra persona aceptándolo. Al depender dejamos de ser nosotros mismos, dejando el papel protagonista a una nueva persona: esa imaginaria que el otro quiere que seamos.
De esta manera, cuando se decide terminar la relación uno se queda a merced del sufrimiento y del dolor generado por la ruptura. Aparece un vacío que puede dirigirnos hacia la desvalorización propia mantenida por la creencia de que somos indignos de amor.
Este vacío si no lo aceptamos puede construir muros de piedra que harán imposible futuros encuentros. Por eso es tan importante realizar el proceso de duelo tras la pérdida de una pareja: para recuperarnos y renovarnos con los aprendizajes de esa relación.
Depender es olvidarse de uno mismo y entregarse al otro. Amar es respetarse a sí mismo y a los demás para ser dos, sin dejar de ser uno
También puede aparecer alguien que con paciencia destruya piedra a piedra nuestro muro y que nos enseñe que el amor pleno se basa en el respeto de la intimidad del otro y en el compartir, como le sucede al final del corto a nuestro personaje. El apoyo de otra persona ayuda a superar una ruptura, incluso puede esclarecer tus tinieblas: de ti depende si quieres avanzar y salir de ellas.
La consolidación del amor
Si finalmente hemos decidido caminar junto a la otra persona, es importante que mantengamos viva la idea de que el amor no es un sentimiento pasivo, sino que este se alimenta de nuestros actos. El amor es como un jardín que hay que regar día tras día.
El amor auténtico no se nutre de hacer al otro a nuestra imagen y semejanza, sino de la aceptación sincera y del conocimiento de la otra persona. El amor es el brillo que nace de dos corazones que han decidido voluntariamente amarse y entenderse.
Donde cada uno tiene la llave para abrir las cerraduras del otro y donde, por eso mismo, la complicidad crece; agrandándose de tal manera que se crea una atmósfera emocional que sirve de aislante por el único lenguaje que se habla: el de los sentimientos y corazones.
El amor en una relación sana funciona como un sostén donde apoyarse e impulsarse, un lugar donde se crece conjuntamente.
Cada relación humana es un mundo en sí misma que nace del encuentro de otros mundos. La dirección que tome cada una dependerá de sus líderes y del tipo de esperanza que alberguen en ella. En este sentido, “The Gift” es un corto que sirve como metáfora para entender algunos aspectos fundamentales sobre cómo funciona el amor. Os dejamos con él: