Estereotipos y prejuicios: diferencias
Por llamativo que nos parezca, el significado de los estereotipos y prejuicios se confunden con asiduidad. Sin embargo, desde la psicología social nos señalan que son dos dimensiones con claras diferencias. No obstante, ambos términos comparten, como bien sabemos, un amplio espectro de actitudes negativas. Las mismas que confluyen en la mayoría de los procesos discriminatorios
Antes de incidir en las diferencias, comenzaremos por definir cada uno de ellos. Los estereotipos serían esas creencias que tenemos sobre las características de un grupo. Los prejuicios, por su parte, harían referencia a la evaluación negativa respecto al grupo.
Los primeros tendrían más relación con nuestra parte cognitiva, los segundos con la parte emocional. Los estereotipos nacerían de un conocimiento general del grupo, mientras que el prejuicio aparecería cuando atribuimos estas características generales a cada uno de los miembros de ese colectivo y hacemos inferencias que facilitan la aceptación o el rechazo.
Veamos más datos a continuación.
“¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.”
-Albert Einstein-
Estereotipos y prejuicios, las raíces de la discriminación y la desigualdad
En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Kansas publicado en el Boletín de Personalidad y Psicología Social, nos señalan algo interesante. Los estereotipos, según los autores de este trabajo se forman como justificaciones para el prejuicio.
Es decir, lo primero que se lleva a cabo es esa simple etiqueta, la categorización de grupos de personas. Tras ello, aparece el prejuicio, esa actitud negativa donde ya aparece la emoción adversa, el rechazo. Más tarde, acontece la discriminación como tal.
Estereotipos como forma de etiquetar
Los estereotipos, según Allport (1954), cumplen funciones de categorización, simplifican nuestra realidad. Disminuyen, por tanto, nuestro gasto de energía a nivel mental, ya que forman grupos y asignan características similares por pertenecer a ellos.
- Suponen un ahorro de energía y no tienen por qué ser negativas, siempre y cuando sepamos que no es algo general y que en ningún caso, representan una realidad total ni totalmente ajustada.
- Un ejemplo de estereotipo podría ser la creencia de que todos los andaluces son graciosos, los alemanes disponen de mentes cuadriculadas o que todas las personas con el cabello rubio son ingenuas.
El problema aparece sin duda cuando pensamos que el estereotipo siempre se cumple o que lo hace en la mayor parte de los casos.
El peso de los prejuicios, el componente emocional
Los prejuicios en cambio, nos hablan de la parte afectiva o actitud negativa. Igual que decíamos que tener estereotipos es algo normal y social, los prejuicios llevan implícita una connotación negativa.
- Por seguir el ejemplo de antes podríamos tener un estereotipo de que los andaluces son graciosos y el prejuicio negativo de que nunca se toman las cosas en serio.
- La última parte que nos faltaría para cerrar el círculo, sería que tras el estereotipo, que hace referencia a la parte cognitiva y su correspondiente prejuicio, apelando a la parte afectiva, tendríamos la discriminación.
La discriminación nos hablaría del comportamiento y las acciones llevadas a cabo para expresar tanto el estereotipo como el prejuicio, es decir lo que cada uno hace.
¿Qué papel tienen los estereotipos?
La psicología social ha estudiado los estereotipos, cómo surgen y las diferencias que podríamos encontrar entre estos, los prejuicios y la discriminación. Las funciones que se han encontrado dentro de esta actividad cognitiva son:
- Sistematizar y simplificar la realidad: haciendo grupos amplios con los que poder categorizar y clasificar, convirtiendo mentalmente al mundo, de alguna manera, en un lugar más previsible.
- Defender los valores de la persona. Los grupos me permiten asignar características amplias con las que es más fácil las compararme que si se hiciera uno por uno.
- Mantener un cierto control social. Al tener grupos amplios, es más fácil controlar el exterior que si lo hacemos por individuos.
¿Es posible limitar los estereotipos y prejuicios?
Algo que debemos entender, es que los estereotipos surgen como economía cognitiva. Es decir, se busca “agrupar” personas, homogeneizarlas para facilitar entendimiento social.
Solo las perfiles más abiertos, empáticos e informados, saben que estas categorías no siempre se cumplen, y que si nos paramos a observar los grupos más de cerca, encontraremos diversos matices.
Limitar los estereotipos y prejuicios es posible si en lugar de evaluar, observamos.
Los estereotipos en ningún caso están ahí para limitarnos, sino al contrario, lo que tenemos que hacer es limitarlos nosotros a ellos, manejarlos con prudencia.
Nos ayudan a organizar, pero de ningún modo constituyen un modelo sin error. Los estereotipos, como hemos visto, también se encuentran en la base de los prejuicios, por ello si podemos limitar los estereotipos, estaremos contribuyendo a que los prejuicios no sean algo determinante para nosotros.
Cambiar un estereotipo o un prejuicio solo es posible si nos acercamos al grupo y tratamos de observar sin aplicar filtros o tratando de confirmar ideas previas. La cuestión, por tanto, está en dedicar nuestros esfuerzos a fijarnos en esas ideas y situaciones que rompen con las ideas previas. Y esa, es una responsabilidad de todos.
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- Allport, GW (1954). La naturaleza del prejuicio. Lectura: Addison-Wesley.
- Caprariello, P. A., Cuddy, A. J. C., & Fiske, S. T. (2009). Social structure shapes cultural stereotypes and emotions: A causal test of the stereotype content model. Group Processes and Intergroup Relations, 12(2), 147–155. https://doi.org/10.1177/1368430208101053
- Crandall, CS, Bahns, AJ, Warner, R., y Schaller, M. (2011). Los estereotipos como justificaciones del prejuicio. Boletín de Personalidad y Psicología Social , 37 (11), 1488–1498. https://doi.org/10.1177/0146167211411723
- Morales, JF, Huici. C. (2003). Psicología social . Madrid: UNED