Estrés y sistema inmune: ¿cómo se relacionan?
Son muchos los autores que se han interesado por la relación entre el estrés y el sistema inmune. ¿Cómo nos afectan las situaciones de estrés a nuestras defensas?
El estrés se suele asociar a un estado patológico. Sin embargo, el mismo alude a una reacción del ser humano ante situaciones amenazantes o de excesiva demanda. Así, pueden estar al servicio de la supervivencia del sujeto y de la especie.
El estrés y el sistema inmune
Los constantes cambios a los que nos vemos sometidos diariamente pueden pasarnos factura. Las dificultades económicas, exigencias laborales o los acontecimientos negativos vitales ocurridos pueden generarnos una inadaptación inadecuada por parte de nuestro cuerpo. Cuando estas reacciones se prolongan en el tiempo, se produce una sobrecarga en el organismo que puede desencadenar problemas en la salud. Esto se conoce como disestrés.
Por el contrario, cuando un individuo genera respuestas bien controladas y eficaces que le permiten una buena adaptación, ello se denomina euestrés.
¿Cómo puede responder el cuerpo ante estas demandas? Ya hemos mencionado previamente cómo se da la respuesta de estrés. En ella intervienen diferentes sistemas, en una relación sistémica y compleja. Esta red está formada por la interacción que implica al psiquismo y a los sistemas nervioso, endocrino e inmune, como algo diferente de la suma de dichos sistemas.
En este sentido, Ader (2003) explica:
“Ahora está claro que la función inmune se ve influida por la actividad autónoma del sistema nervioso y por la liberación de sustancias neuroendocrinas de la hipófisis. A la inversa, citoquinas y hormonas liberadas por el sistema inmune activado influyen en procesos del sistema nervioso y endócrinos. Los péptidos reguladores y los receptores, confinados en el cerebro, son expresados tanto por los sistemas inmunológicos como por el sistema nervioso que permiten a cada sistema supervisar y modular las actividades del otro”.
Historia de la psiconeuroinmunología
Es por primera vez, en 1981, cuando el científico Robert Ader presenta el término de psiconeuroinmunología. La define como la disciplina científica que estudia la interacción entre conducta, las funciones neural y endocrina, y los procesos inmunes.
Anterior a esta definición, la concepción clásica del sistema inmune fue considerarlo como un sistema autoregulatorio y autónomo de defensa. En los años 20 comienza a investigarse en Rusia sobre el condicionamiento clásico de las respuestas inmunes. Algo más tarde, en los años 50, Rasmussen y sus colaboradores forman el primer equipo de investigación en estrés y enfermedades infecciosas.
Sin embargo, no es hasta los años 70 que John Hadden intuye esta relación entre el estrés y el sistema inmune. En concreto, se refiere a la asociación entre el sistema nervioso simpático y el sistema inmune.
Los experimentos de Ader
Así, en 1981, Robert Ader presenta el primer manual y, con ello, el comienzo de la disciplina de la psiconeuroinmunología. Sus experimentos con roedores se centraron en la aversión gustativa mediante condicionamiento clásico. En sus experimentos, realizó una fase previa de entrenamiento, donde el grupo control fue tratado con placebo y el experimental con ciclofosfamida.
En el primero no se produjo ninguna respuesta anormal, sin embargo, el grupo experimental presentó náuseas e inmunosupresión. En la segunda fase, el científico administró sacarina a los dos grupos. Así, el grupo control continuó sin producir ninguna respuesta anormal, mientras que el grupo experimental presentó un condicionamiento aversivo gustativo e inmunosupresión.
Otros autores, como George Solomon, también se introdujeron en el mundo de la psiconeuroinmunología. En concreto, Solomon estudió sobre la autoinmunidad y el bienestar psicológico. Sin embargo, al contrario que Ader, Solomon no continuó sus estudios. Ello provocó que sus hallazgos no llegaran a ser famosos. Besedovsky fue otro de los autores que se interesó por las relaciones del sistema inmune. Consideró a este como un órgano sensorial.
Concepto actual de la psiconeuroinmunología
Actualmente, se considera que la comunicación entre el sistema inmune y el cerebro es bidireccional. Los cambios que se producen en el sistema inmune son un mecanismo explicativo por el que los factores psicosociales influyen en la salud y en la enfermedad.
Nuestra especie está bajo constante amenaza de un gran número de agentes patógenos. En este sentido, las tareas del sistema inmune son:
- Reconocer rápidamente la degeneración celular y prevenir el desarrollo del cáncer
- Garantizar la integridad del cuerpo
De esta manera, ante el estrés, el cuerpo reacciona con una respuesta que puede ser adaptativa o no. Nadie duda de que el estrés y el sistema inmune están en contacto constante; una comunicación de la que depende, en buena medida, nuestra calidad de vida.
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Valdés, M., & De Flores, T. (1985). Psicobiología del estrés. Barcelona: Martínez Roca, 2.
- Ader, R. (2003), «Conditioned immunomodulation: research needs and directions», Brain, Behavior, and
Immunity, 1, 51-57 -
Ader, R., & Cohen, N. (1981). The influence of conditioning on immune responses. In Psychoneuroimmunology (pp. 611-646).
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Penfield, W., & Rasmussen, T. (1950). The cerebral cortex of man; a clinical study of localization of function.
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Hadden, J. W., Hadden, E. M., & Middleton Jr, E. (1970). Lymphocyte blast transformation: I. Demonstration of adrenergic receptors in human peripheral lymphocytes. Cellular immunology, 1(6), 583-595.