Éxito: aspiración personal o presión social
La cuestión de si el éxito es una aspiración personal o una presión social es objeto de reflexión desde hace mucho tiempo. Psicólogos, filósofos y sociólogos se han entregado a la tarea de desentrañar el asunto y aclarar un poco las dudas.
En ese proceso, hay quienes defienden que el éxito es una aspiración personal proveniente de los valores, creencias y motivaciones internas de cada persona. Por otro lado, algunos argumentan que resulta de una presión social aunada a las expectativas y dinámicas socioculturales.
Este artículo analiza ambas posturas a través de los fundamentos teóricos que las respaldan. Continúa la lectura para descubrir si el éxito es un anhelo individual o una presión que impulsa a triunfar en la vida.
Éxito: aspiración personal o presión social
El éxito es una idea multifacética que varía de una persona a otra. Y aunque es complejo de definir, se puede entender como el logro de un objetivo o meta deseada. En este sentido, es la última fase de un proceso continuo.
Ahora bien, ¿el éxito es producto de una aspiración personal o de la presión social? ¿Nace de los valores, creencias y motivaciones internas o de las dinámicas sociales, culturales y comunitarias? Indaguemos el fundamento de ambas dimensiones.
El éxito como aspiración personal
La idea del éxito como una aspiración resalta que el individuo tiene la facultad de establecer sus propias metas y esforzarse para cumplirlas. De manera que proviene de los deseos, motivaciones, necesidades, creencias y valores que definen a una persona.
Por consiguiente, cada quien construye su propio ideal de éxito. Para algunos, puede ser una carrera triunfante o la fama. Para otros, tener estabilidad económica o riquezas. Todo depende de la aspiración de la persona. Enseguida, se detallan algunos enfoques que sustentan esta noción.
1. Teoría de la motivación humana de Maslow
En un artículo publicado en la revista Psychological review, Abraham Maslow afirmó que existen cinco categorías de necesidades básicas que motivan: fisiológicas, seguridad, amor, estima y autorrealización.
Todas ellas conforman una jerarquía donde las inferiores deben satisfacerse antes de pasar a las superiores. Las necesidades fisiológicas y de seguridad son las más elementales, mientras que la autorrealización es la más elevada.
Desde esta perspectiva, el éxito como aspiración es una necesidad de autorrealización. Está asociado al desarrollo del potencial humano, al crecimiento y a la satisfacción. Así pues, todo anhelo de ser exitoso brota del deseo de autorrealizarse.
2. Teoría de la autodeterminación de Edward Deci y Richard Ryan
La teoría de la autodeterminación, reseñada en la International Encyclopedia of the Social & Behavioral Sciences, sostiene que hay tres necesidades psicológicas básicas: competencia, autonomía y relación. Suplirlas es crucial para el funcionamiento y bienestar.
«La satisfacción de estas necesidades básicas promueve los rasgos motivacionales óptimos y los estados de motivación autónoma y aspiraciones intrínsecas, que facilitan la salud psicológica y el compromiso efectivo con el mundo».
-Deci y Ryan-
Según este enfoque, el éxito se obtiene cuando se apaciguan las necesidades internas y no cuando uno se adapta a las expectativas culturales. Dado que nos encaminamos al crecimiento, el triunfo depende de él. De esta forma, el éxito parte de una aspiración personal.
3. Teoría del logro de David McClelland
Esta teoría está inspirada en la de Maslow y sostiene que nos mueven tres necesidades básicas: logro, afiliación y poder. En este contexto, el éxito es alcanzado al satisfacerlas todas, en especial, el logro.
De acuerdo con un trabajo publicado en Revista INFAD de Psicología fue David McClelland quien vinculó la motivación de logro con el impulso de distinguirse, de cumplir las metas y de esforzarse por ser exitoso. La base está en «hacer algo mejor» e implica actuar de manera correcta por la satisfacción de desempeñarse bien.
En su libro, Estudio de la motivación humana, McClelland señala que los sujetos que tienen una mayor necesidad de logro destacan su desempeño en tareas de dificultad moderada. Además, asumen la responsabilidad de su rendimiento y buscan retroalimentación sobre su función. También prueban nuevas formas de hacer las cosas.
Es así como las teorías de Maslow, Deci y Ryan y McClelland respaldan la idea de que el éxito es una aspiración personal producto de necesidades internas. La autorrealización, la competencia, la autonomía y el logro son claves para motivarlo.
El éxito como presión social
Las sociedades, las culturas y las comunidades delimitan los estándares de éxito que las definen. Esto genera una presión en las personas para ajustarse a dichas expectativas y ser consideradas miembros del grupo.
Una sociedad puede valorar, por ejemplo, la consecución de riquezas, reconocimientos y lujos como sinónimo de éxito en la vida. En estas condiciones, los sujetos se verán presionados a tener una carrera profesional exitosa y ganar mucho dinero. Algunas teorías que amparan esta concepción son las siguientes.
1. Teoría de la influencia social
Scientific Reports indica que la influencia social lleva a las personas a actuar en coherencia con las creencias y expectativas del grupo o los demás. De esta manera, terminan haciendo lo que la mayoría hace, aunque discrepen de lo establecido.
En su libro Psicología social, Morales, Gaviria, Moya y Cuadrado afirman que «los procesos de influencia social también acentúan y potencian sus efectos como formas de presión intragrupal, dirigidas a fomentar la identificación, la cohesión y la aceptación de las decisiones del grupo». Así, toda persona se ve impulsada a conformarse a los estándares del grupo en cuestión.
El afán de tener éxito, entonces, aparece como consecuencia de la influencia de los otros (la sociedad) sobre el sujeto. Por ejemplo, si todos lo buscan en el crecimiento económico, el individuo se sentirá presionado a perseguirlo ahí también.
2. Teoría de la identidad social
La teoría de la identidad social, referida en la Encyclopedia of Critical Psychology, asegura que las personas definen su identidad en relación con los grupos sociales a los que pertenecen. Este proceso de identificación protege y refuerza la propia identidad.
De ahí que el autoconcepto de los sujetos esté siempre en sincronía con su grupo o sociedad. Por ejemplo, muchos se definen a partir de su religión, nacionalidad, equipo de futbol, gremio profesional, familia, etc.
Bajo esta óptica, el éxito no es más que una presión por adaptarse a la identidad social del grupo. Si para un conjunto la fama es la cúspide del éxito, todos sus miembros se sentirán presionados a poseerla; de lo contrario, su identidad estaría en riesgo.
3. Teoría del aprendizaje social
Los individuos aprenden a comportarse mediante la observación y la imitación de los demás. La teoría del aprendizaje social hace hincapié en la relevancia de los modelos para adquirir conductas y adaptarse a la sociedad.
Partiendo de lo anterior, la pretensión de acoplarse al entorno social hace que las personas adopten comportamientos, actitudes y creencias que modelaron de los otros. Esto influiría en su búsqueda del éxito, la cual termina como producto de la presión social.
A modo de resumen, dicha presión afecta la manera en que se busca el éxito, ya que las sociedades delimitan los parámetros de triunfo que definen su identidad. Las teorías de la influencia, la identidad y el aprendizaje social muestran cómo las personas asimilan las expectativas y presiones de éxito que caracterizan a una población determinada.
El éxito: aspiración personal y presión social
Como se ha expuesto, el éxito es la culminación de un proceso que varía de una persona a otra. Por un lado, la aspiración lo concibe como parte de la satisfacción de una serie de necesidades: autorrealización, competencia, autonomía y logro. En otro ámbito, la presión social lo ve como el resultado de la influencia del entorno.
En cualquier caso, es importante resaltar que las dos posturas son válidas. La complejidad del éxito no se reduce a una sola dimensión humana, ya sea psicológica o social. Él es producto de ambas; es multifactorial y relacional.
Por lo tanto, se concluye que el éxito es resultado tanto de la aspiración personal como de la presión social. El equilibrio entre estos planos es la clave para construirlo. ¡No te rindas y trabaja en tus sueños!
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