Las experiencias cercanas a la muerte según la ciencia
El 17 % de las personas que casi mueren informan que han tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM) (Zingrone y Alvarado, 2009). Este tipo de vivencias han sido reportadas por personas de todo el mundo sin importar la edad y el credo: niños, adultos, científicos, médicos, religiosos, ateos…
Aunque no todas las ECM son idénticas, hay algunos rasgos comunes en todas ellas: ver y escuchar fuera del cuerpo, pasar a través de un túnel, encontrar una luz mística, sentir emociones intensas. También hay quienes aseguran que han tenido encuentros con seres queridos que han muerto y que han tenido la posibilidad de elegir volver a esta vida terrenal.
¿Qué son las experiencias cercanas a la muerte?
Son eventos lúcidos que ocurren cuando un individuo está frente a una amenaza que pone en riesgo seriamente su vida. Las experiencias cercanas a la muerte se deben, por lo general, a episodios que entrañan un riesgo inminente de morir, como una fuerte contusión, un infarto de miocardio, la asfixia, el shock, etc.
Greyson y Stevenson (1980) encontraron que de 78 casos de ECM, el 40 % sucedió durante una enfermedad, el 37% en accidentes traumáticos, el 13 % por cirugías, el 7 % durante el parto (7 %) y el 4 % por uso de drogas. Después de una ECM, ocurren cambios sustanciales en la percepción del yo y alteraciones significativas en el modo en que las personas viven y afrontan su existencia.
Algunos de estos cambios son los siguientes:
- Perdida del temor a la muerte.
- Sensación de estar favorecido por Dios.
- Vivir conforme a un nuevo sentido o propósito en la vida.
- Incremento de la autoestima.
- Mayor aprecio por la vida.
- Aumento de la espiritualidad.
- Mayor atención al presente.
De hecho, las personas se relacionan con otras de manera diferente, son más compasivas y amorosas, tienen un mayor deseo de ayudar y se preocupan menos por las ganancias materiales, el reconocimiento o el estatus público.
Elementos característicos de las experiencias cercanas a la muerte
Las ECM pueden incluir algunos de los siguientes 12 componentes:
- Experiencias fuera del cuerpo, o sea, la separación de la conciencia del cuerpo físico.
- Aumento de la percepción sensorial.
- Emociones intensas y positivas.
- Viaje a través de un túnel.
- El encuentro con una luz brillante y mística.
- Reunión con seres místicos o familiares y amigos ya fallecidos.
- Alteración en la percepción del tiempo y el espacio.
- Revisión de la vida.
- Observación de paisajes celestiales indescriptibles.
- El aprendizaje de un conocimiento especial.
- El encuentro con una barrera o límite.
- Regreso voluntario o involuntario al cuerpo físico.
Es necesario aclarar que no todas las experiencias cercanas a la muerte están asociadas con sentimientos positivos, algunas de ellas están marcadas por un terror intenso, por sentimientos de culpa, pánico, soledad y desesperación.
Las experiencias cercanas a la muerte según la ciencia
¿Qué nos dice la dicen sobre estas atípicas experiencias? Las investigaciones revelan que las áreas involucradas en este tipo de experiencias incluyen: la corteza occipital, lóbulos frontales, el hipocampo, los ganglios basales, la amígdala y la unión temporal parietal (Saavedra-Aguilar y Gómez-Jeria, 1989).
Cuando una persona está muriendo, su cerebro deja de recibir oxígeno; una condición que facilita que se produzca una experiencia cercana a la muerte de las que hablamos. Además de esto, la anestesia general y sustancias, como la ketamina, el LSD y los cannabinoides, pueden generar experiencias de alegría, alucinaciones visuales, visión de túnel y sentimientos trascendentales.
La profundidad emocional y del sentido de la vida o del destino personal producto de las ECM se han correlacionado con patrones electroencefalográficos anormales en los lóbulos temporales. Además, cuando esta región del cerebro se estimula, las personas informan de recuerdos retrospectivos, revisión de sus vidas y experiencias místicas (Blanke y Thut, 2007).
En un estudio realizado por Blanke, et al. (2002), se reportó una inducción de una ECM a través de la estimulación eléctrica del giro angular derecho de una paciente que estaba siendo evaluada por epilepsia del lóbulo temporal derecho. Cuando esa región del cerebro fue estimulada, la paciente afirmó que se estaba “hundiendo en la cama” o “cayendo de lo alto”.
Al aumentar la intensidad del estímulo eléctrico, dijo: “me veo acostada en la cama, desde arriba, pero solo veo mis piernas y la parte inferior del tronco”. Cuando le pidieron a la paciente que observara sus piernas durante la estimulación eléctrica, ella reportó que “se estaban acortando”.
Saliendo un poco del campo de la neurobiología, también se han propuesto interpretaciones psicológicas de las experiencias cercanas a la muerte. La hipótesis de la expectativa afirma que las ECM son producto de estados mentales alterados producidos por condiciones que amenazan la vida. Estos estados desencadenan la fenomenología de las ECM como una proyección de creencias y expectativas del más allá.
Parece que las experiencias cercanas a la muerte son inducidas por agentes farmacológicos, descargas epilépticas, estimulación cerebral. Sin embargo, hay personas que reportan estas experiencias, a pesar de haber tenido una perdida completa de la función cerebral. En estas condiciones, ¿estos eventos cercanos a la muerte son percepciones de lo que posiblemente hay más allá de nuestra comprensión y de nuestro mundo?
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