Fases de la esquizofrenia
¿Conoces las fases de la esquizofrenia? Las personas con este trastorno del espectro psicótico suelen pasar por cinco. En este artículo hablaremos sobre las características y síntomas propios de cada una de ellas. Además, conoceremos por qué es tan importante actuar en algunas fases específicas.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo. Es más común en hombres (12 millones) que en mujeres (9 millones) y además los hombres la desarrollan a edades más tempranas.
Fases de la esquizofrenia
Vamos a conocer las fases de la esquizofrenia; se trata de fases contrastadas y aceptadas por los expertos. La mayoría de los individuos que padecen ese trastorno mental grave pasan por todas ellas.
De hecho, la American Psychiatric Association (APA, 1999) reconoce cuatro fases de la esquizofrenia: 1) la fase prodrómica, 2) la fase aguda, 3) la fase de estabilización y 4) la fase estable o residual. Aquí hablaremos de cinco fases, porque diferenciaremos la fase estable de la residual.
Fase prodrómica
La primera de las fases de la esquizofrenia es la fase prodrómica; en ella, el paciente empieza a experimentar los primeros síntomas de la enfermedad, que son previos a la fase aguda o activa.
Es una fase de vital importancia porque si trabajamos en ella, podemos reducir el riesgo de un brote psicótico o prevenir recaídas de la enfermedad. Es decir, podemos llegar a evitar que esta fase derive en la siguiente (fase activa). Esto no resulta fácil; para ello, deberemos estar atentos a los síntomas característicos de la fase prodrómica. Son los siguientes:
- Dificultades de concentración.
- Nerviosismo o agitación.
- Alteraciones/desórdenes en los horarios y rutinas (acostarse, levantarse…).
- Síntomas de tristeza y depresión.
- Alteraciones en la alimentación (con frecuencia, falta de apetito).
- Alteraciones en el sueño (por ejemplo insomnio).
- Aislamiento social (dejar de ver a amigos, por ejemplo).
- Principios de anhedonia (no disfrutar con las cosas).
- Sentimientos de inutilidad.
- Preocupación por las cosas, rumiación.
Hay personas que solo manifiestan algunos de estos síntomas; lógicamente, no hace falta presentarlos todos para pasar a una fase activa de la enfermedad. Eso sí, cuantos más síntomas, más probabilidades de desencadenar el brote psicótico o la enfermedad (o la recaída).
Es importante remarcar que cuantas más recaídas sufre el paciente, mayor es el deterioro que experimenta, por lo que será de gran importancia trabajar en la fase prodrómica de la esquizofrenia y estar alerta a los síntomas mencionados.
Fase activa/aguda
La segunda de las fases de la esquizofrenia es la fase activa (también denominada fase aguda). En esta fase, se puede decir que el paciente ha entrado en crisis o ha padecido un brote psicótico. Es aquí donde aparecen de forma intensa los síntomas positivos de la esquizofrenia que, recordemos, incluyen: alucinaciones, delirios, pensamiento y lenguaje desorganizados, etc.
Esta fase se caracteriza porque la conducta del individuo cambia mucho; se descompensa y se desorganiza. Además, el comportamiento puede llegar a ser llamativo y extraño. Así, los síntomas típicos de la fase aguda son los siguientes:
- Síntomas positivos de la esquizofrenia (ya mencionados).
- Desconfianza hacia los demás, llegando a la paranoia.
- Comportamiento llamativo, extraño y desorganizado.
La duración de esta fase puede variar mucho de una persona a otra. Sin embargo, una misma persona suele tener brotes psicóticos (fase activa) de la misma duración cada uno. En esta fase la persona suele requerir hospitalización, debido a la gravedad de los síntomas.
Fase de estabilización
La fase de estabilización también se denomina fase de recuperación. En esta fase los síntomas psicóticos disminuyen en intensidad. Se trata del período que se inicia una vez resuelta la fase anterior, eso es, la fase aguda. Esto suele ocurrir cuando el paciente empieza a responder satisfactoriamente al tratamiento.
El objetivo en esta fase es doble: evitar las recaídas y mejorar la sintomatología aún presente. Según Martín & Navarro, en su artículo La Esquizofrenia, la duración media de esta fase es de 6 meses.
En la Guía de práctica clínica sobre la esquizofrenia y el trastorno psicótico incipiente encontramos que esta fase dura entre 6 y 12 meses.
“No hay estabilidad sin solidaridad, ni solidaridad sin estabilidad”.
-José Manuel Barroso-
Fase residual
En esta fase, también denominada fase post-brote, aparecen los síntomas negativos de la esquizofrenia en un grado variable. Una de las posibles complicaciones que encontramos en esta fase es la aparición de una depresión post-brote. En esta fase, y con una depresión, la prevención del suicido resultará de vital importancia.
¿Cuáles son los síntomas negativos de la esquizofrenia mencionados y que aparecen en esta fase? Vamos a enumerar los más importantes:
- Alogia: la alogia es un empobrecimiento del pensamiento; implica un pensamiento lento y poco alternativo. Además, el lenguaje de la persona con esquizofrenia y este síntoma suele ser estereotipado, repetitivo y pobre.
- Apatía: implica falta de interés y de ganas por las cosas. En pocas palabras, es no tener ganas de hacer nada. Se da una ausencia de inquietudes y de metas (aunque sean pequeñas).
- Anhedonia: la anhedonia es la falta de disfrute de las cosas que antes nos hacían disfrutar.
Un metaanálisis de Savill et al. (2014) publicado en la revista Psychological Medicine sugiere que los síntomas negativos de la esquizofrenia presentan una reducción significativa con el paso del tiempo, independientemente del tipo de intervención realizada. En el metaanálisis, concretamente se observó que los síntomas que se reducían eran la alogia, la abulia, la apatía, el embotamiento afectivo y el aislamiento social. Los síntomas que más se redujeron fueron la abulia y la apatía.
Fase estable (asintomática)
La última de las fases de la esquizofrenia que conoceremos es la fase estable o asintomática. Se trata de la fase “buscada”, ya que en ella el paciente se muestra estable y sin síntomas (o con síntomas muy leves). Cuando aparecen síntomas, estos suelen ser: ansiedad, depresión, tensión y/o insomnio, según la Guía Terapéutica para el Manejo de la Esquizofrenia.
Es una buena etapa para que el psicólogo pueda dotar al paciente con las herramientas necesarias para prevenir las recaídas y mantener un funcionamiento adecuado y un buen grado de bienestar. Cuando esta fase se quiebra, eso es, el paciente vuelve a descompensarse, entonces entramos de nuevo en otra de las fases de la esquizofrenia: la fase aguda (brote psicótico). Es por ello que trabajar aquí también será de gran importancia, para acompañar al paciente en todo su proceso. A nivel farmacológico, la medicación también será de gran importancia aquí (como en todas las fases).
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- de la Guía, G. D. T. (2009). Guía de práctica clínica sobre la esquizofrenia y el trastorno psicótico incipiente. Agència d'Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques.
- Savill, C. Banks, H. Khanom and S. Priebe (2014). Do negative symptoms of schizophrenia change over time? A meta-analysis of longitudinal data. Psychological Medicine, 1-15.
- Yung, A.R y McGorry, P.D. (1996). The prodromal phase of firstepisode psychosis: past and current conceptualizations. Schizophr Bull, 22(2): 353-70.