Las cuatro fases del proceso creativo, según Graham Wallas
El proceso creativo es eso: un proceso. Por lo tanto, implica la realización de varios pasos de forma sistemática. Al respecto existen varios enfoques. Sin embargo, uno de los más conocidos es el de las cuatro fases del proceso creativo propuesto por Graham Wallas.
Durante mucho tiempo, se creyó que el proceso creativo estaba relacionado con agentes externos, como musas o genios, que intervenían para inspirar al creador. Hoy se sabe que es resultado de una intensa y compleja actividad cerebral, pero cómo funciona sigue siendo un misterio.
Graham Wallas fue un profesor universitario y un teórico de las ciencias políticas y las relaciones internacionales. Destacó por su liderazgo en varias áreas y fundó junto con otros colegas The London School of Economics de Londres. A él se le debe una de las tesis más interesantes acerca del proceso creativo. Veamos de qué se trata.
“La humanidad necesita pensamiento creativo si queremos impedir desastres inmediatos o futuros”.
-Graham Wallas-
Las ideas y la creatividad
Las ideas son representaciones mentales que nacen del razonamiento o la imaginación de un ser humano. Están asociadas con procesos de reflexión, creatividad y la habilidad de aplicar el intelecto. De las ideas derivan los conceptos, los cuales son la base de todo tipo de conocimiento, ya sea artístico, científico o de otra índole.
La creatividad es la habilidad o capacidad para generar nuevos conceptos o ideas, partiendo de otros ya existentes. Usualmente, busca resolver un problema. Esto involucra la imaginación constructiva y el pensamiento divergente.
Aunque la creatividad es característica de la cognición humana, también está presente en varias especies de animales y totalmente ausente en los sistemas algorítmicos de la computación. En humanos el proceso creativo es muy complejo y exige la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, englobando la memoria y la inteligencia, entre otros aspectos.
Se desconocen todos los procesos mentales en los que puede participar la creatividad, pero lo que sí está claro para los expertos es que está muy asociada a la imaginación. Un poder mental que nos permite recrear acciones, consecuencias o iniciativas en un espacio abstracto antes de llevarlas a la realidad.
Las cuatro fases del proceso creativo de Graham Wallas
Aunque existen diversos enfoques que analizan y sintetizan la generación de ideas creativas, uno de los más notables es el propuesto por Graham Wallas. Este propone un modelo de cuatro fases del proceso creativo que siguen un orden determinado. Veamos.
Fase 1: Preparación
Esta es la primera de las cuatro fases del proceso creativo. Busca identificar un problema en un contexto determinado e incluye la recopilación de buena parte de la información ya disponible. Exige un esfuerzo de comprensión y análisis consciente y voluntario.
Es un periodo de observación e inmersión en el que se identifican situaciones problemáticas que son interesantes y suscitan curiosidad. Es decir, se detecta la oportunidad. En ella, el pensador creativo sondea, revisa y explora las características de tales situaciones. Concentra la atención en pensar sobre lo que se quiere intervenir.
Aquí vale aclarar que en algunos casos el problema en sí ni siquiera pudo haberse identificado como problema, lo que implica mayor complejidad y agudeza para precisarlo. En otros casos, el problema puede ser percibido más como una dificultad, reto o tarea. De cualquier forma, lo fundamental en esta fase es comprender a fondo la situación y sus implicaciones.
Fase 2: Incubación
Esta etapa del proceso creativo se caracteriza por la desconexión del problema que nos ocupa durante un lapso indeterminado. Este periodo es crucial para que puedan aflorar las ideas que nos ayudarán a resolver el problema y opera de manera inconsciente.
En ellas, podemos entrar y salir del tema, por periodos de actividad y pausa, de acuerdo con nuestro estado de ánimo. Realizamos anotaciones, modificaciones y conexiones inusitadas, que van mejorando el progreso en la medida en que surgen las ideas. Aún, las etapas de descanso constituyen momentos significativos para la generación de ideas creativas, en tanto soluciones alternativas a las tradicionales.
Gracias a la incubación, las ideas surgirán de manera espontánea en un sueño, mientras caminamos, durante un viaje o en cualquier momento. En algunos casos, es en esta etapa en la que muchos abandonan, deteniendo así las fases del proceso creativo, especialmente por no saber esperar.
Fase 3: Iluminación
De todas las fases del proceso creativo, la iluminación es el momento en el que las ideas empiezan a tomar forma. Corresponde al momento en el que surgen las alternativas para el problema inicial. Algunos autores llaman a este momento “la experiencia eureka”. Es la etapa en la que se materializa la idea en algo concreto. Pueden darse varias iluminaciones entremezcladas en las diferentes etapas, que conllevan a la idea creativa.
Esta también comprende el instante de mayor satisfacción personal, constituyéndose como una recompensa a la inversión realizada. También al hecho de haber sido capaces de encontrar una solución por un camino que nadie había recorrido antes.
Fase 4: Verificación
Es la etapa en la que se confirma si la nueva idea es realmente novedosa y cumple o no con el objetivo para el cual fue concebida. Una vez confirmada en su utilidad, novedad y pertinencia, se le dedica todo el tiempo y la atención requerida para desarrollarla y llevarla a cabo.
Durante la etapa de verificación, se busca comprobar, fortalecer, aplicar y evaluar los resultados con el objetivo de corregir o mejorar algún aspecto del resultado final. De igual modo, se constata si efectivamente el proceso creativo rindió sus frutos y cumple con las expectativas luego de haber seguido las fases del proceso creativo.
De lo contrario, habrá que retroceder a la fase de incubación y considerar nuevas opciones para alcanzar la meta. Aquí cabe señalar que si no se tuvieron en cuenta aspectos fundamentales desde el inicio, habría que empezar todo de nuevo. En la mayoría de los casos, esta fase también comporta la socialización de los resultados.
Algunas consideraciones adicionales
Finalmente, cabe señalar que todas las etapas del proceso creativo presentan sus propios desafíos. Está la parte intelectual, pero también la parte emocional.
Por ejemplo, puede ser necesario saber gestionar las dificultades que siempre surgen al dar un paso hacia delante y descubrir que en realidad están entrando en juego variables con las que no contábamos, como tener que dar forma a la solución en un espacio más pequeño del que creíamos. De hecho, es frecuente que en varios momentos aparezca con fuerza la intención de abandonar.
De igual modo, la presión o el afán por ver resultados cuanto antes pueden echar a perder el trabajo adelantado. Este tipo de procesos tienen su propio ritmo, por lo que la paciencia es una virtud necesaria para que precisamente esa idea creativa termine convirtiéndose en una aplicación con resultados reales.
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- Impulsa, C. (2018). Las 4 etapas del proceso creativo según Graham Wallas.