Fotografía terapéutica o consciente: ¿en qué consiste?
Las fotografías forman parte del día a día. En la actualidad, no es preciso ser un fotógrafo profesional para contar con una buena cámara; de hecho, casi todos llevamos la nuestra en el móvil. Precisamente por la accesibilidad, hoy queremos hablar de la llamada fotografía terapéutica.
La fotografía puede ser un medio para promover la salud mental y el bienestar, facilitando la conversación contigo mismo y con el otro (psicólogo, terapeuta, grupos, etc.). Dado que, los elementos visuales comunican experiencias difíciles de poner en palabras.
¿Tengo que ser un profesional?
La fotografía como forma de comunicación no requiere conocimientos o experiencia previa con cámaras. Por el contrario, esta técnica facilita la exploración simbólica. Lo que le permite a la persona acercarse a sus propios sentimientos, que cuestione y se reconcilie con su definición.
En cualquier caso, la fotografía consciente utiliza la proyección como herramienta de ayuda, eludiendo los mecanismos de defensa, tales como filtros, excusas, racionalizaciones, etc. Una de las pioneras es la psicoterapeuta canadiense Judy Weiser, quien identificó 5 técnicas en la fotografía terapéutica:
1. Fotografías tomadas por ti
Al tomar la fotografía, aumentas las posibilidades de interpretar la realidad. De alguna manera, puedes fusionar la realidad con tu forma de ser, conectar y mirar el mundo que te rodea. Además, tomar fotos puede ayudarte a identificar las necesidades de las personas de tu alrededor.
De este modo, en espacios terapéuticos, las fotografías pueden ser usadas como metáforas y símbolos para expresar el significado de los lugares, cosas y temas que aparecen en ellas.
2. Autorretratos
En terapia, con esta técnica trabajamos el autoconcepto y la autoestima. Debido a que los autorretratos permiten la confrontación, las fotografías tomadas de uno mismo pueden ser una vía para la expresión emocional.
De este modo, el autorretrato puede acompañar procesos de encuentro dolorosos y vulnerables cara a cara consigo mismo. Estos encuentros pueden tener un efecto positivo en la “imagen que uno tiene de sí mismo” si son dirigidos por un terapeuta que esté al tanto de los problemas particulares de la persona. Por lo tanto, el autoconocimiento facilita la asertividad, favoreciendo la tarea de identificar nuestros puntos más fuertes, y también los más débiles.
3. Fotos en las que estamos, tomadas por otros
Con esta técnica, las personas pueden ver partes de sí mismas que quedan fuera del foco en otros modos de autoobservación. Por ejemplo: su perfil o espalda, cómo lucirían si estuvieran dormidos o atrapados en medio de un movimiento, etc.
Este tipo de fotos permite vernos a nosotros mismos desde puntos de vista poco comunes y, por lo tanto, privilegiados. Así, de alguna manera, somos capaces de vernos desde la perspectiva del otro: no hay una única verdad sobre quiénes somos, porque las fotografías en las que aparecemos pueden variar mucho, y ninguna de ellas es más real que otras. Todas muestran muchas “verdades” diferentes de nuestra identidad.
4. Fotografías recopiladas por ti
Almacenar fotografías es útil para crear caminos internos que conduzcan a la comprensión. Porque, la recolección de fotografías es un medio de autoexploración a través de metáforas. Además, las fotos pueden ayudar a expresar contenidos complejos sobre la razón y la emoción.
Las fotos que recopilamos suelen decir algo de nosotros, también quizás porque al tomarlas ya les dimos un significado especial.
5. Álbumes familiares
Un álbum familiar no es solo un libro; en cambio, son momentos de tiempo congelados para siempre. Como si estuvieran “vivos” y existentes “ahora mismo”. Un álbum anima a las personas a explorar sus vidas, a descubrir su historia personal a través de sus familiares, ¿quiénes son? ¿Quiénes fueron sus padres? ¿Cómo fueron las relaciones familiares?
Finalmente, recuerda que la fotografía terapéutica puede:
Reducir los problemas, o puede ser solo una actividad preventiva para ayudar a fortalecer la salud mental y promover el crecimiento personal.
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