Freud y otros ateos que cambiaron el mundo

Freud y otros ateos que cambiaron el mundo
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 28 julio, 2019

La relación del hombre con Dios o la ausencia total de la misma ha sido una cuestión que ha generado gran parte de los más bellos relatos o de las más agrias polémicas desde la antigüedad. Normalmente las personas suelen denominarse como ateos, agnósticos o creyentes si le preguntamos acerca de la idea de Dios.

Esta idea ha sido definida y extendida por la mayoría de religiones monoteístas del mundo, ha calado en millones de personas y en torno a ella se organizan un gran número de sociedades. A veces el escepticismo respecto a los elementos religiosos va más allá y no solo se niega esta idea de deidad sino también otras de corte intuitivo o energético tales como la Ley del Karma o la Ley de la Atracción.

Ser ateo no te hace ni mejor ni peor persona

Podríamos decir que más allá de que hayas recibido una educación religiosa o no, hay personas “descreídas” y otras que no lo son, tal como afirmaba el gran actor Fernando Fernán Gómez. Lo que es un hecho es que esta creencia en sí misma no hace tu vida mejor ni peor, pues son otro tipo de variables las que determinan nuestra historia y nuestras relaciones.

A pesar de esto, un reciente experimento diseñado por Jean Decety, neurocientífico y psicólogo de la Universidad de Chicago con menores de entre 5 y 12 años en seis países culturalmente muy diversos (Canadá, EE UU, Jordania, Turquía, Sudáfrica y China), se encontró que los escolares que no reciben valores religiosos en su familia son más generosos cuando se trata de compartir sus tesoros con otros niños a los que no conocen. Curioso cuanto menos.

“Mi ateísmo se enciende cuando la creencia privada se convierte en un asunto público y cuando, en nombre de una patología mental personal,se organiza el mundo también para el prójimo.Porque de la angustia personal al manejo del cuerpo y el alma del otro, hay un mundo en el que bullen, emboscados,los aprovechadores de esa miseria espiritual y mental”

-Michel Onfray-

Pero sin entrar a valorar con profundidad lo que es más conveniente creer o no, pues no existe respuesta clara para eso, no deja de ser interesante conocer como a lo largo de la historia numerosos personajes se han definido como ateos y lo han hecho con firmeza y convicción, aún a riesgo de sufrir represalias. Simplemente han expresado sus creencias con libertad y su forma de percibir las relaciones humanas y sociales desde un prisma radicalmente distinto.

Veamos algunos de los ateos más famosos y controvertidos:

Ayn Rand

En muchas ocasiones se relaciona el pensamiento marxista con la forma más antagónica de entender la sociedad respecto a la propuesta por la religión. La creadora del “objetivismo” se opone a ambas posturas, defendiendo que para cualquier persona que aspire a ser alguien distinto tomar ideas como la religión o el comunismo resultan nefastas.

“Realmente, si quiero resumir mi actitud hacia la cuestión de Dios, es esta: por todo lo que sé, la definición de Dios es “lo que la mente humana no puede entender”. Siendo una racionalista, de mente literal y creyendo que es una obligación moral el creer realmente lo que uno dice, tomo literalmente la palabra a los que dan esta definición, estoy de acuerdo con ellos y les obedezco: no lo entiendo”

-Ayn Rand-

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Ayn Rand expone una filosofía neoliberal agnóstica que ha sido muy bien aceptada por algunos círculos intelectuales y artísticos, que echaban en falta que esta ideología individualista fuese explicada de forma más profunda. Aunque se contradijo a lo largo de su vida en algunas de las cuestiones sociales y políticas, lo que siempre sostuvo fue su ateísmo hasta la muerte.

Albert Einstein

Si existe una personalidad cuestionada respecto a si sostenía o no la idea de Dios esa es la de este científico de sobra conocido y autor de la Teoría de la Relatividad. Einstein era un ateo convencido, aunque en realidad se declaraba agnóstico de forma pública, intentando sortear enemistades académicas.

No le interesaba en absoluto la religión y para él el concepto de Dios no era algo central ni en su teoría ni en su vida. En una de sus declaraciones y respondiendo al enorme interés por conocer su opinión acerca de esta cuestión.

Einstein explicó que para él, si Dios existiera sería muy parecido al descrito por Spinoza: un Dios extensivo y sin naturaleza dualista que contradice totalmente la idea convencional y aceptada por la mayoría de las personas que siguen una religión monoteísta.

Hipatia de Alejandría

Hipatia fue probablemente la filósofa más importante de la antigüedad, junto a Aspasia y a Hiparquía. Su figura ha quedado relegada al ostracismo debido al ocultamiento de su enorme influencia en la historia de diferentes ciencias que aún estaban naciendo. Fue su condición de mujer y agnóstica lo que provocó este hecho.

Hipatia de Alejandría

No fue una persona comprometida con los sucesos religiosos que ocurrieron en su ciudad y que serían los que derivarían en su horrible asesinato por parte de una jerarquía religiosa. Una jerarquía que veía en sus conocimientos sobre matemáticas, astronomía o filosofía un enemigo al que temían. Desgraciadamente su muerte fue un preludio del control religioso que existió en la Edad Media.

Karl Marx

Karl Marx fue un intelectual alemán de origen judío que, junto a Friedrich Engels, fundó el socialismo científico, el comunismo moderno, el marxismo y el materialismo histórico. La obra de este pensador es imposible de sintetizar, pero lo que está claro es que rechazaba frontalmente la idea de Dios, la religión y la existencia de clases sociales.

“Igual que en la religión el hombre es dominado por el producto de su propia cabeza, en la producción capitalista lo es por el producto de su propia mano”

-Karl Marx-

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Aunque a priori estas ideas no parezcan tener relación, en su desarrollo encuentran su lógica y perfecta coherencia: una sociedad para ser más libre debe intentar ser lo más igualitaria y justa posible, algo que se consigue mediante la acción y la razón social. Si abandonamos esa razón y nos entregamos a ideales como los de Dios o el dinero como formas de solucionar los problemas, la sociedad y su organización quedan a la deriva.

Sigmund Freud

En la actualidad, en el mundo de la psicología; la figura de Sigmund Freud es venerada y odiada a partes iguales. Algunos otros toman una actitud intermedia sobre este polémico neurólogo y reconocen la labor que llevó a cabo en su época, pero piensan que su peso en la actual psiquiatría es totalmente desproporcionado, teniendo en cuenta que apenas una ínfima parte de su teoría ah encontrado respaldo científico.

“Sería muy simpático que existiera dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista”

-Sigmund Freud-

De esta forma, podríamos definir a Freud como un enamorado del estudio del ser humano, alguien en permanente búsqueda del por qué del complejo comportamiento de los adultos, obstinado con dar una explicación global y bella de nuestro plano más íntimo y subjetivo.

En ese ámbito subjetivo, para Freud la idea de Dios no tenía ninguna cabida para explicar las complejas relaciones humanas y suponía un retroceso en la madurez y el compromiso de cada uno de los individuos. Para él, constituía así de un fracaso personal en dar respuestas realmente satisfactorias y útiles a los enigmas de nuestra propia historia.


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