Funciones del neuropsicólogo
La neuropsicología es el área de la psicología que estudia la relación entre el cerebro, sus procesos y la conducta. Aunque a priori pueda parecer una ciencia reciente, sus objetivos han ocupado durante muchos años el foco central de la psicología. No obstante, ha sido con el desarrollo de la neurociencia y los métodos de neuroimagen cuando ha avanzado considerablemente.
Dentro de la neuropsicología se pueden encontrar dos vertientes principales: la experimental y la clínica. Por un lado, la neuropsicología experimental tiene como objetivo validar modelos teóricos y comprobar el funcionamiento de procesos cognitivos. Por otro, la neuropsicología clínica aplica esos conocimientos a la evaluación e intervención desde un punto de vista científico, con el objetivo de tratar las disfunciones del sistema nervioso central.
Neuropsicología experimental
El área experimental o de investigación, se centra en dotar a la disciplina de un marco teórico-experimental, de modo que los hallazgos obtenidos puedan ser aplicables al ámbito clínico.
Para ello, se basa en el método hipotético-deductivo, habitual en las neurociencias. Este método consiste en formular hipótesis y objetivos que serán comprobados mediante un método riguroso, así como por validación de la comunidad científica.
Existen varios tipos de diseños que se pueden elegir para estudiar el fenómeno que interese, pudiendo usarse modelos animales o humanos. En cualquier caso, los estudios deben ser aprobados por un comité ético científico. En el estudio de humanos, además, se deberá firmar un consentimiento informado por parte de los participantes.
La investigación en neuropsicología está enfocada a:
- Describir trastornos y el funcionamiento del cerebro y sus procesos cognitivos
- Determinar factores de riesgo y protección
- Diseñar y evaluar intervenciones y métodos de rehabilitación
Por tanto, la función básica del neuropsicólogo experimental es la de comprometerse con los principios éticos y metodológicos, con el objetivo de proporcionar hallazgos válidos y transparentes.
Así, podrá contribuir a aumentar los conocimientos sobre las alteraciones y desarrollar intervenciones verdaderamente eficaces.
Funciones del neuropsicólogo clínico
Evaluar
La evaluación neuropsicológica es un proceso en el que el fin último es detectar, describir y medir el cambio o déficit cognitivo y de las alteraciones que han tenido lugar tras una lesión o funcionamiento inadecuado del cerebro.
El primer paso es recopilar información acerca del paciente y del trastorno, desarrollando así la historia clínica. Posteriormente, se han de seleccionar los instrumentos de evaluación (tests, cuestionarios o pruebas) más adecuados según el perfil del paciente y los procesos que hayan de evaluarse.
Por último, hay que aplicar los instrumentos de evaluación. Estos dan una información cuantificable (puntuaciones) con la que poder comparar el funcionamiento con el de la población general. Además, una parte fundamental es la observación del neuropsicólogo durante el transcurso de la evaluación. Así será capaz de ver qué dificultades encuentra y en qué parte del proceso, así como su actitud y reconocimiento de los propios hándicaps.
Diagnóstico
Una vez obtenidos los resultados de la evaluación, hay que interpretarlos. La información acerca de qué procesos están afectados y en qué medida, ayudarán al profesional a emitir un diagnóstico. Una vez identificado el problema, se plantea cómo puede verse afectada su vida social, laboral y familiar, así como cuál puede ser el pronóstico de la evolución y recuperación.
Entonces, se elabora un informe que recoja los resultados, el diagnóstico y un planteamiento de la intervención, así como de la estimación del beneficio que se va a conseguir. En cualquier caso, siempre se ha de optar a obtener el beneficio máximo. Esto es la readaptación del paciente, consiguiendo el mayor grado de autonomía y calidad de vida posible.
Por otro lado, es primordial que en el informe se recoja toda la información de una manera comprensible para el paciente y familiares, así como para otros profesionales. Aun así, este informe debe ser comentado en consulta para que los afectados puedan resolver todas sus dudas y comunicar sus preocupaciones y objetivos personales.
Rehabilitación
Una vez detectadas las dificultades y pautada una intervención, se procede a la rehabilitación neuropsicológica. Consiste en aplicar técnicas de tratamiento para mejorar las disfunciones conductuales y cognitivas que aparecieron tras el daño o alteración.
Para ello, se establecen una serie de objetivos basados en las necesidades y unas pautas específicas de implementación. Lo principal en cualquier intervención neuropsicológica es la recuperación, en la medida de lo posible, de las funciones que estén deterioradas, mediante la estimulación cognitiva.
Dentro de la rehabilitación, también se trabaja el entrenamiento y uso de estrategias que compensen las dificultades. Así, si no es posible recuperar una función cognitiva a niveles previos, al menos se podrán seguir realizando actividades con unas estrategias complementarias.
También es muy importante trabajar las emociones y conductas relacionadas con la alteración y acompañar en el proceso de adaptación. Dentro de este trabajo, no hay que olvidar a los familiares.
El papel de los cuidadores y personas de alrededor es esencial. Por ello, es necesario explicarles qué le ha ocurrido al paciente y qué supondrá en su vida. Igualmente, es de gran valor enseñarle estrategias de afrontamiento y formas de participar en su recuperación.
Áreas específicas de trabajo
A pesar de que el neuropsicólogo parezca dedicarse solo a la clínica, el daño o disfunción cerebral puede tener orígenes muy diversos y afectar a poblaciones completamente diferentes. Es por ello que la neuropsicología comprende numerosas áreas a las que se aplica.
Actualmente, las que cuentan con un peso considerable son la neuropsicología infantil, neuropsicología geriátrica o de las demencias, de las adicciones, neuropsicología transcultural, jurídico-forense, laboral o de la educación, entre otras.
A modo de conclusión, sin importar el área, es básico que el neuropsicólogo busque por encima de todo mejorar la calidad de vida del paciente, así como ser capaz de trabajar con otros profesionales (neurólogos, enfermeros, terapeutas ocupacionales, etc.) para lograr ese objetivo de manera conjunta.
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- Fernández González, S., Paúl Lapedriza, N., Maestú Unturbe, F. (2003). El papel de la Neuropsicología en la formación del psicólogo. EduPsykhé, 2(1), 67-80.