Gracias por hacerme creer en la magia de la conexión
¿Sabes? La vida está repleta de sorpresas en forma de personas que dan giros inesperados a nuestras historias. Algunos las llaman coincidencias, otros serendipias, sincronicidades o incluso encuentros conectados por el hilo rojo del destino. Todo depende de a quien le sucedan. Sea lo que sea todas coinciden en un mismo punto: el misterio de la conexión. Y eso es lo que me ha pasado contigo.
Aun me sigo preguntando, de vez en cuando, cuándo comenzó todo esto, de qué forma te has reservado un espacio en mi para ti, en qué momento la conexión comenzó a formar parte de nuestras vidas… Lo cierto es que aunque no pueda señalar el origen, formar parte del recorrido es algo que me encanta.
Dejarme llevar ocupa el primer puesto en mi lista de deseos, al que le sigue jugar a enviar mensajes cifrados. Lo siento pero no es tan fácil desvelar eso a lo que no alcanzan las palabras.
Eso sí, espero que me guardes el secreto….
“Las personas se encuentra cuando necesitan encontrarse”.
-Paulo Coelho-
Mi recurrencia favorita
No sé como lo haces, pero te has convertido en mi recurrencia favorita, el motor de mis pensamientos, el eje de mis sonrisas… Casi ni yo misma puedo explicarlo con palabras, pero así es. Lo cierto es que me encanta esta sensación que experimento y, lo mejor de todo, es que has sido capaz de generarla sin rozar mi piel.
“Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima… eso es admirable”.
-Anónimo-
Me estás ganando, lo confieso. Poco a poco y sin saberlo, e imagino que casi sin pretenderlo. Pero es imposible cerrar los ojos y hacer como si nada cuando se entra en contacto con tu alma -aunque solo sea un poco-. Es tan sincera, tan bondadosa y a veces, tan enérgica…
Ahora bien, tengo que admitir que reservado eres un rato, pero sobre todo experto en sortear temas que tengan que ver contigo. No me importa, me gusta. ¿Sabes lo que disfruto investigándote? Quizás te hayas hecho una idea… Pero esto dejémoslo para otro momento.
¿Eres consciente de que tienes una habilidad especial para conectar con los demás, para escuchar a sus monstruos y también a sus alegrías? Y no solo eso, ¿sabes que con tu humor echas a un lado esos tonos grises que a veces se empeñan en conquistar rutinas? Eres todo un revolucionario. Apareces, llegas y con tus estrategias inesperadas eres capaz de crear magia y dibujar sonrisas. De hecho, gracias a ti comencé a dar una oportunidad a la mía…
A veces pienso que ejerces como una especie de ancla en terrenos movedizos con los demás -y conmigo-, y otras que eres algo así como esa sorpresa que irrumpe en lo ordinario y hace que todo sea diferente. Vaya, sabes dejar marca.
Un secreto: te admiro. Porque una cosa es vivir para un sueño y otra muy distinta vivir para conocerse, para recorrer la senda del autoconocimiento, para transformarse, evolucionar y exprimir lo máximo de uno mismo para ser feliz y hacer felices a los demás. Eres el mayor ejemplo de lucha por la conexión con uno mismo que he conocido.
Gracias por ser tú, por hacerme creer en el misterio de la conexión
No quiero terminar sin darte las gracias, sin agradecerte el haberme dado la oportunidad de encontrarme contigo después de los primeros intentos fallidos. Lo sé, no por tu parte, sino por la mía. Todo hay que decirlo. Pero a veces tenemos la mala costumbre de ir por la vida de puntillas, por encima y sin hacer ruido, ignorando todo aquello que podemos dejar por el camino.
Lo cierto es que por una razón u otra, aquí estamos: enviándonos mensajes cifrados y enigmas para resolver entre líneas. Al menos eso es lo que creo, ya que solo tengo la certeza de mi parte. Igualmente no me arrepiento, porque si no es correspondido, al menos estoy disfrutando del camino a pesar de que el destino sea ninguna parte, de esa especie de conexión desdibujada…
No obstante, quiero creer que no, que existen razones reales que han creado el epicentro de este huracán. Que entre tus miedos y mis inseguridades, tus dudas y mis temores es verdad que existe algo.
Gracias de verdad por no cerrar la puerta cuando la que empezó a llamar fui yo. Gracias por tu comprensión, por compartir tu tiempo, por tus debates, por tus reflexiones a deshoras y por tus rarezas -ya sabes a qué me refiero-.
Gracias por invitarme a recorrer esos caminos intransitables, por crearme laberintos mentales, por despertar la fuerza -que tenía dormida- para descubrirme. Créeme no es fácil dar con alguien que te impulse a crecer en lugar de estancarte, que te haga ver cosas que antes ni percibías y sobre todo, que te regale otra forma de ver la vida.
En definitiva, gracias por ser tú…
“Eres luz en las tinieblas,
pasión en la desgana
y huracán en la calma.
Mi punto de inflexión,
el motor que ha transformado
la rutina en magia”.