Grit, pasión y perseverancia para alcanzar el éxito
¿El talento nace o se hace? Esta es una de las cuestiones sobre las que trabaja la teoría del Grit, desarrollada por la escritora estadounidense Angela Duckworth. Esta teoría pretende fomentar el desarrollo personal a través de la pasión y la perseverancia, a la hora de perseguir cualquier objetivo en la vida.
Las ideas de esta filosofía se muestran en su libro Grit: the power of passion and perseverance (Grit, el poder de la pasión y la perseverancia). Ante su publicación, muchos periódicos y revistas de los Estados Unidos se han deshecho en elogios ante las ideas que propone la autora. Y así es como este fenómeno se ha ido extendiendo por el mundo, originando un gran interés por los principios del Grit y la psicología del éxito.
Los inicios de la teoría del Grit
En el verano del año 2004, Angela Duckworth estudió a más de mil jóvenes cadetes de la academia militar de West Point, en los Estados Unidos. Estos jóvenes se enfrentaban a su primer año en la academia, conocido como Beast Barracks (cuarteles de bestias), por la dureza de las pruebas, tanto a nivel físico como académico.
A lo largo de este entrenamiento de siete semanas, los cadetes trabajaban durante 17 horas seguidas sin descanso. Estas pruebas servían como filtro para reclutar solo a los candidatos más aptos y dejando atrás a cientos de cadetes. Antes esta situación, la autora quiso saber cuáles eran las cualidades que caracterizaban a los recién llegados que determinarían su éxito en las pruebas.
Para ello, Duckworth diseñó un test que dejaba atrás los métodos de evaluación más tradicionales. Con él, pretendía medir las habilidades de liderazgo y de rendimiento físico, así como la voluntad de perseverar y de conquistar objetivos a largo plazo. Esto es, precisamente, lo que la autora denominó Grit. A través de sus mediciones, Duckworth consiguió un grado de predicción muy alto, que usó más adelante como referente para su futura obra.
Los fundamentos de la teoría del Grit
Para Angela Duckworth, ni la educación, ni la inteligencia, ni la situación familiar ni el nivel económico son los factores que determinan el éxito. Por supuesto, todo esto influye en la trayectoria personal y profesional de una persona, pero, según la autora, es el carácter lo que realmente importa. En pocas palabras, el famoso periódico The New York Times simplificó el concepto con una especie de ecuación: “Talento + Esfuerzo = Habilidad. Habilidad + Esfuerzo = Logro”.
En otras palabras, uno de los principios de la teoría del Grit es que “el esfuerzo vale por dos”, de forma que la perseverancia será el factor determinante a la hora de conseguir el éxito en cualquier objetivo que uno se proponga. Por tanto, cualquier persona, independientemente de su situación, puede aprender y desarrollar cualquier cualidad, siempre que se esfuerce lo suficiente.
El Grit trata de predecir el éxito de la manera más fiable, superando incluso al coeficiente intelectual. La teoría defiende así que el talento se hace, y no que se nace con él. Según la autora, si fuese al contrario, dejaríamos de luchar por conseguir un objetivo al considerarlo imposible. De esta forma, el Grit invita a quien desee seguirlo, a que tenga esperanza y resiliencia.
Por otro lado, Juan Carlos Cubeiro, uno de los mejores expertos en desarrollo de talento, liderazgo y coaching para profesionales, afirma que son cuatro los ingredientes fundamentales para cultivar el Grit: interés, práctica, propósito y esperanza.
La validez del Grit
Más allá de mostrar una idea que “suene bien”, los discursos de Angela Duckworth no parecen tener mucha más profundidad. Su teoría puede asemejarse a otras ideas muy extendidas hoy en día, como “la cultura del esfuerzo“. Por tanto, las ideas de la escritora han despertado debates en la sociedad estadounidense sobre su idoneidad y efectividad, especialmente a la hora de instaurar estos principios en los escolares.
Además, la teoría de Duckworth fue tachada en algunas ocasiones de clasista y racista, ya que la autora llevó a cabo su investigación con grupos privilegiados, como en universidades de la Ivy League o en la mendionada academia de West Point. Por tanto, puede que las ideas de la escritora esté presentando una teoría muy atractiva pero que, en definitiva, solo se puede aplicar a ciertas personas que ya parten desde una buena situación. Esto iría en contra de las propias bases del Grit, según las cuales el éxito está al alcance de cualquiera.