Habilidades terapéuticas relevantes en psicoterapia
Las habilidades terapéuticas son una herramienta esencial e imprescindible cuando se trabaja en terapia. Los psicólogos o psicoterapeutas, por tanto, tienen que aprender dichas habilidades y ponerlas en marcha en las sesiones, al igual que lo hacen con las técnicas psicológicas avaladas.
El concepto de alianza terapéutica, originado en el modelo psicodinámico, fue introducido por Bordin hace ya varias décadas. Se puede conceptualizar como un ingrediente de cambio esencial en cualquier modelo terapéutico. Es decir, es un ingrediente que debe estar presente a lo largo del tratamiento si queremos que este realmente funcione.
Los componentes de esta alianza terapéutica son tres: el vínculo entre cliente y terapeuta, determinado por el tono emocional y la colaboración; el acuerdo en los objetivos a alcanzar y el acuerdo en las tareas para conseguir dichos objetivos.
Otros autores, como Rogers, desde la terapia humanista, plantean que los ingredientes que deben estar presentes en todas las terapias son: la autenticidad o congruencia del terapeuta, la aceptación incondicional del cliente y la empatía. De hecho, Rogers pensaba que estos componentes eran necesarios y suficientes para que tuviera lugar el cambio. Además de la imprescindible alianza, también son necesarias otro tipo de habilidades que favorecen la creación de la alianza.
Una de las habilidades terapéuticas más importantes es la capacidad del psicólogo para establecer una buena alianza o “rapport” con su paciente.
Habilidades terapéuticas importantes en un terapeuta
Para estudiar las variables a tener en cuenta en el uso de las habilidades terapéuticas es de obligatoria referencia el estudio de Sloane y colaboradores (1975) sobre la importancia que los pacientes dan a esas variables y que consideran el motivo del éxito. Fueron agrupadas en cinco:
- La personalidad del terapeuta.
- Su capacidad para escuchar.
- La forma del terapeuta a la hora de animarlo gradualmente a practicar aquello que le molestaba.
- La capacidad del terapeuta para hablar de forma que se le entienda.
- La ayuda que le ofrecía el terapeuta para comprenderse a sí mismo.
Otros autores, como Ackerman y Hilseroth (2003) realizan una revisión de las publicaciones sobre este tema y encuentran que las características del terapeuta que favorecen la alianza son:
- Flexibilidad: acepta y adapta su forma de comunicar a la situación y al paciente que tiene delante
- Experiencia: muestra experiencia clínica
- Honestidad: el paciente lo percibe sincero
- Respeto: se muestra respetuoso con lo valores y con la forma de expresarse y comunicarse en general el paciente
- Lealtad: digno de confianza
- Seguridad en sí mismo: el paciente percibe que sabe lo que hace
- Interés por el paciente y su problema
- Atención: está pendiente de lo que ocurre en la sesión. Es decir, de las manifestaciones, verbales y no verbales del paciente
- Cercanía: el paciente lo percibe cercano
- Calidez: cariñoso, afectuoso
- Mentalidad abierta: comprensivo con otros puntos de vista
Actualmente, se puede concluir que hay información abundante sobre la importancia de las características del terapeuta en los resultados del tratamiento.
Los estudios señalan que la eficacia del tratamiento y la reducción de sesiones es significativamente mayor cuando se utilizan estas estrategia que cuando no se hacen.
¿Y qué ocurre dentro de las sesiones?
Aproximadamente, la mitad de los pacientes que acuden a tratamiento abandona en la primera sesión. Por lo tanto, las primeras sesiones son cruciales para decidir seguir o no.
Algunos estudios revelan que la primera entrevista en la que se ven por primera vez paciente y terapeuta es decisiva en la mayoría de los pacientes. Así, los terapeutas que “enganchan” a los pacientes para seguir el tratamiento muestran mayor facilidad verbal y habilidades diagnósticas que los terapeutas de poco enganche.
Si aislamos los factores ajenos al tratamiento, como las posibilidades económicas de los pacientes o los desplazamientos para acudir a la sesión, los autores coinciden en presentar dos motivos fundamentales que explican los abandonos. Estos son, por un lado, las características personales del terapeuta y su falta de interés en el planteamiento de intervención propuesto. Por otro, que el paciente cree haber mejorado de forma suficientemente importante como para decidir no continuar.
Se ha visto que el momento oportuno para establecer una buena alianza con el paciente es entre la tercera y la quinta sesión de terapia. Sin embargo, la posibilidad de abandono surge antes de que se pueda establecer dicho vínculo. En este sentido, la personalidad del terapeuta puede hacer mucho para evitar que se deje de acudir.
Respecto al abandono antes de tiempo, los estudios apuntan a que son las habilidades verbales de los terapeutas las que influyen en el éxito final del tratamiento, hasta el punto de que el número de abandonos es significativamente menor en terapeutas que tienen estas habilidades.
Por lo tanto y a la luz de los estudios, es importante que los terapeutas aprendan habilidades útiles en terapia. No basta con tener buenos o amplios conocimientos, sino que hay que saber en qué momentos ponerlos en práctica, cómo presentarlos y a qué tipo de paciente. En esta tarea de precisión ayuda tanto la formación.
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- Vallejo, P, M.A. (2016). Manual de Terapia de Conducta. Editorial Dykinson-Psicología. Tomo I.