Hazte fuerte ante las críticas
Todos los días nos enfrentamos a las críticas. Es algo muy habitual y, sin embargo, nos cuesta acostumbrarnos. Las críticas son difíciles de encajar , especialmente las que vienen de personas que nos importan.
“Con cada piedra que me tiran construyo mi fortaleza”
-Elvira Sastre-
Las críticas son inevitables
La aceptación es el primer paso. Si no nos damos cuenta de que las críticas son normales, la frustración acabará con nosotros. A no ser que vivamos en una isla, separados del resto de la humanidad, siempre habrá alguien que diga algo negativo de nosotros.
También hay que aceptar que, unos más y otros menos, todos hemos tenido este comportamiento en algún momento. Quizás hayan sido más inocentes o quizás más destructivas. Puede que lo hiciéramos porque así lo estaban haciendo los demás. Aceptemos que a veces criticamos y que, otras veces, seremos el objeto de la crítica.
Cultiva la paciencia
La paciencia requiere poner en marcha todos nuestros recursos para mantener la tranquilidad. Consiste en no ser impulsivo y mantener la calma, dejando que las emociones inmediatas se enfríen para poder analizar la situación y actuar de forma más racional.
Esas herramientas son, entre otras, respirar hondo, obligarte a callar durante unos momentos poniéndote a contar si es necesario, o focalizarse en algo diferente, por ejemplo, en una imagen o recuerdo agradable.
Ese ejercicio permitirá que los problemas parezcan algo más sencillos y que no empeoremos la situación diciendo o haciendo lo primero que se nos venga a la cabeza. Sin duda, es la forma más inteligente de actuar.
Aprende a perdonar
Siempre encontraremos a personas que nos harán daño. En algunos casos serán personas tóxicas, en muchos otros, lo habrán hecho sin mala intención. Pero sea cuál sea el motivo, la decepción y el dolor son inevitables.
Si no somos capaces de perdonar, esas emociones negativas se irán acumulando hasta el punto de imposibilitarnos ser felices. No podemos cambiar al mundo para que sea perfecto, pero sí podemos cambiarnos a nosotros mismos.
Perdonar significa aceptar lo que ha sucedido y dejarlo ir. Implica situar las cosas en el pasado y no dejar que afecten a nuestro presente. Aunque no es fácil hacerlo, es lo más beneficioso para nosotros. Es la forma de seguir adelante.
Reconoce los tipos de críticas
No todas las críticas son iguales. Puede que alguien nos critique de forma justa, porque hemos hecho algo inapropiado, y esa persona solo pretenda ser sincera con nosotros y ayudarnos. Esta crítica sería justa y constructiva, porque es un vehículo para mejorar.
La crítica destructiva está hecha con mala fe. Su intención es la de hacer daño y puede que se base en mentiras, o bien que tome algún dato cierto sobre nuestro carácter y lo exagere y distorsione. Son, normalmente, fruto de la envidia y el resentimiento.
¿Qué hacer ante una crítica justa?
Si acabamos de recibir una crítica constructiva, aunque no nos guste, tenemos que reconocerla como algo positivo. Si nos ponemos a la defensiva negando la situación e incluso atacando a la otra persona con más críticas, provocaremos una discusión. La solución está en ser valientes y racionales.
Tenemos que aceptar la crítica con sinceridad, reconociendo nuestras faltas y proponiendo una solución: “Sí, es cierto lo que me dices, lo entiendo perfectamente. No lo había visto de esa forma hasta que no lo has dicho. A partir de ahora me esforzaré en cambiar esa actitud”.
¿Qué hacer ante una crítica destructiva?
Esta es la que más trabajo cuesta enfrentar. Hay que entender que constituyen una provocación y, por tanto, si respondemos a ella, entraremos en una guerra. Probablemente se produzca una escalada de descalificaciones en la que no ganemos nada más que un buen disgusto y quizás, una mala imagen de cara a terceras personas.
En estos casos, lo recomendable es armarse de paciencia y mostrar indiferencia. No entrar en el juego porque, como dice el refrán, “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”. La otra persona está buscando dañarnos y, si nos hacemos una coraza y no dejamos que nos afecte, estaremos ganando la partida.
Normalmente serán personas mediocres, con baja autoestima, que nos tienen envidia por cómo somos o por lo que hemos conseguido.
La crítica es su forma de desahogar la envidia y un intento de recuperar su autoestima bajando la nuestra. Piensa que, si alguien llega a criticarte así, es que algo estarás haciendo bien.
¿Y si somos nosotros los que criticamos?
Cuando los críticos somos nosotros, el primer paso es reflexionar sobre ese comportamiento. ¿Por qué lo hacemos? ¿Es porque nuestros amigos critican e intentamos integrarnos en la conversación? ¿Es porque sentimos envidia? ¿O porque nos avergonzamos de nuestros defectos y queremos hacer ver que el otro también tiene fallos?
La reflexión nos servirá para poder cambiarlo. Nunca es demasiado tarde para mejorar ni para cambiar aquello que no nos gusta de nosotros. Trabajar la empatía y aprender a ponernos en el lugar del otro será un ejercicio que, sin duda, nos hará sentir mejor.
Vivir lejos de las críticas
Sin duda, la crítica está tan arraigada en la sociedad que sería una utopía pensar que puede desaparecer. Pero introduciendo pequeños cambios en nuestra vida, podemos librarnos de sus efectos más negativos.
Aprende a aceptar las críticas constructivas y úsalas de trampolín para mejorar. Ignora las críticas injustas y aléjate de las personas tóxicas que las promueven. Evita en lo posible hacerlo tú, y no participes en ese tipo de conversaciones. Sin duda, mejorará tu paz mental y tendrás una vida más tranquila y feliz.