La herencia de Chernóbyl: primer estudio genético
El mayor accidente de la historia nuclear ocurrió en la ciudad de Chernóbyl, en el año 1986, conmocionando al mundo por completo.
Son muchas las preguntas que aún hoy siguen sin encontrar respuesta. Sin embargo, uno de los mayores interrogantes que se planteaban, parece haber encontrado respuesta 35 años después de la catástrofe.
En fechas recientes se ha publicado el primer estudio genético realizado a los descendientes de las personas afectadas por el terrible accidente nuclear y las conclusiones han sido realmente esperanzadoras.
Las consecuencias de una catástrofe
El 25 y el 26 de abril de 1986 marcaron un antes y un después en la historia mundial. En esas fechas tuvo lugar el peor accidente nuclear de la historia en la ciudad de Chernóbyl (Ucrania).
El día 25 se inició el mantenimiento rutinario del cuarto reactor de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin. Sin embargo, durante esta prueba, los trabajadores incumplieron los protocolos de seguridad, lo que aumentó súbitamente la potencia centro de la central. Los intentos de apagar el reactor fueron infructuosos y el aumento de potencia provocó una reacción en cadena de explosiones en el interior.
Lo peor vino después. El núcleo de reactor quedó expuesto y expulsó material radiactivo a la atmósfera. Dos personas murieron directamente por las explosiones y varias de ellas fueron hospitalizadas. Sin embargo, el gran peligro quedó flotando en el aire.
Actuaciones tardías y consecuencias evitables
Por otro lado, las negligencias se siguieron sucediendo; no se evacuó el entorno de la central hasta horas después de las explosiones. Lo cierto es que hasta un 30% de las 190 toneladas métricas de uranio de Chernóbil estaban en la atmósfera.
En un principio, fallecieron 28 personas a consecuencia del accidente, y más de 100 heridas. Posteriormente el Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas informó que más de cinco mil niños y adolescentes desarrollaron cáncer de tiroides como consecuencia de la exposición, aunque también han sido varios los expertos que han cuestionado estas cifras.
Las investigaciones internacionales pronosticaron que miles de las personas expuestas a altos niveles de radiación podrían desarrollar cánceres vinculados a la misma.
El futuro de Chernóbyl
El desastre ocasionado estuvo rodeado de secretos y marcó un momento decisivo en la Guerra Fría y en la historia de la energía nuclear. Las preguntas alrededor del accidente que quedaron por responder fueron demasiadas.
Los científicos estimaron que la zona que rodea la antigua central no será habitable hasta dentro de 20 mil años.
Te preguntarás, ¿qué ha sido de ese cuarto reactor? Los restos del mismo permanecen dentro de una enorme estructura de contención de acero que fue desarrollada a finales del año 2016. Todos los esfuerzos de contención y supervisión continúan en la actualidad y se prevé que los trabajos lleguen hasta 2065 como mínimo.
Lo cierto es que las consecuencias finales del accidente, los impactos en la salud física y mental de las personas presenten en aquel momento así como de las generaciones posteriores siguen siendo foco de interés y lugar para el estudio. Pero ahora, por primera vez, conocemos los resultados del primer estudio genético realizado a las generaciones posteriores de las personas que sobrevivieron a la catástrofe nuclear.
Resultados del primer estudio genético sobre Chernóbyl
De esta manera, uno de los grandes interrogantes, encuentra respuesta 35 años después. Desde la terrible catástrofe, muchas de las personas que han sobrevivido han tenido que luchar contra enfermedades vinculadas a la radicación. Además, han vivido todo este tiempo con la incertidumbre de qué podría pasar con su descendencia: son los llamados “hijos de Chernóbyl”.
El estudio ha sido publicado en la revista “Science”, y ha durado ocho años. Ha sido el resultado del trabajo conjunto del genetista Stephen Chanock, director del área de Epidemiología y Genética del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, y de Dimitry Bazyka, director general del Centro Nacional de Investigación de Medicina Radiológica de Kiev.
Participantes del estudio
Los participantes, que tenían en común haber sido concebidos después del accidente, fueron divididos en varios grupos. A nivel técnico, el procedimiento consistió en secuenciar los genomas de 105 padres y 130 niños nacidos entre 1987 y 2002.
En este estudio se tuvieron en cuenta los hijos de los trabajadores que se habían alistado para ayudar en las tareas de limpieza de la zona considerada como muy contaminada alrededor de la planta de energía nuclear. Estos trabajadores eran conocidos como los “liquidadores”, pues ayudaban en las operaciones de limpieza después del desastre.
También los descendientes de las personas evacuadas de la ciudad cercana de Pripyat, donde vivían más de 50 mil personas. Y finalmente, personas de otros asentamientos en un radio de 70 km alrededor del reactor que explotó.
Resultados obtenidos
El estudio no encontró un daño adicional al ADN en los niños que nacieron de padres expuestos a la radiación antes de ser concebidos. Tal como explicó la profesora Gerry Thomas, del Imperial College de Londres: “Incluso los hijos de aquellos que estuvieron más expuestos a la radiación no parecen presentar huellas de la misma a nivel genético”.
Los resultados sorprendieron a muchas personas. Este estudio fue el primero aportar evidencias que apoyan la hipótesis de que no existe un daño genético heredado tras la exposición a la radiación.
Conclusiones del estudio de los hijos de Chernóbyl
Stephen Chanock, uno de los investigadores principales de esta investigación, también del NCI, explicó que el equipo de investigación reclutó a familias enteras de modo que el personal científico pudiese comparar el ADN de la madre, del padre, de la niña o del niño.
La conclusión fue clara: el efecto de la radiación en el cuerpo de los padres no tiene ningún impacto en los hijos que conciban en el futuro, es decir, los hijos de los supervivientes del mayor desastre nuclear de la historia no heredan las mutaciones de sus padres.
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- L.M. Morton et al., “Radiation-related genomic profile of papillary thyroid cancer after the Chernobyl accident,” Science, doi:10.1126/science.abg2538, 2021.
- M. Yeager et al., “Lack of transgenerational effects of ionizing radiation exposure in cleanup workers and evacuees of the Chernobyl accident,” Science, doi:10.1126/science.abg2365, 2021.